En vistas de que el debate energético vuelve a estar en boca de todos y las nucleares parecen ser la baza que vamos a jugar, un artículo de entre otros tantos que evidencia la tendencia de las materias primas de la energía nuclear desde 2016: la geología no da para más.
En plena “cancelación” de los planes europeos sobre la energía renovable y los objetivos de emisión de carbón, el horizonte no se divisa mejor; vamos camino de quemar todo el carbón que tengamos debido al enfrentamiento con Rusia y el abandono de Estados Unidos, las renovables están en un estado muy embrionario para salvar a un mundo agónico y la nuclear, la única opción que nos permite descarbonizar las fuentes de energía a corto plazo, empieza a presentar problemas de extracción y suministros (sin abordar sus problemas de gestión de residuos).
El futuro no sólo pasa por cuestionar cómo producimos energía, sino en qué la gastamos.
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En vistas de que el debate energético vuelve a estar en boca de todos y las nucleares parecen ser la baza que vamos a jugar, un artículo de entre otros tantos que evidencia la tendencia de las materias primas de la energía nuclear desde 2016: la geología no da para más.
En plena “cancelación” de los planes europeos sobre la energía renovable y los objetivos de emisión de carbón, el horizonte no se divisa mejor; vamos camino de quemar todo el carbón que tengamos debido al enfrentamiento con Rusia y el abandono de Estados Unidos, las renovables están en un estado muy embrionario para salvar a un mundo agónico y la nuclear, la única opción que nos permite descarbonizar las fuentes de energía a corto plazo, empieza a presentar problemas de extracción y suministros (sin abordar sus problemas de gestión de residuos).
El futuro no sólo pasa por cuestionar cómo producimos energía, sino en qué la gastamos.