España aprueba en los datos macroeconómicos. Las previsiones de crecimiento de la economía son alentadoras –más que las de la media europea y de los grandes países– y ha esquivado la apertura de un procedimiento de infracción por déficit excesivo dado que, sólo dejándose llevar y sin tomar ninguna medida, acabará este año en el umbral del 3% y bajará de ese límite en 2025. Aunque no tenga repercusiones tangibles, la lupa de la Comisión Europea llega más allá y saca los colores a sus estados miembros en cuestiones básicas del Pilar Social Europeo, como ocurre con la vivienda o las tasas de pobreza en el caso de España.
En el análisis de la situación económica de los 27 que elabora cada primavera, la Comisión Europea apunta a que la escasez de viviendas asequibles es un “reto cada vez mayor en toda la UE”, aunque reconoce que afecta de forma más severa en algunos estados miembros. El informe relativo a España revela que es uno de los países a los que pasa especial factura.
“El acceso a viviendas asequibles también sigue siendo un desafío importante, especialmente para los más vulnerables, debido a la baja proporción de viviendas de alquiler social”, señala el documento, que cifra en un tercio la oferta de España respecto a la media europea. La intención del Gobierno es destinar 1.000 millones de euros de los fondos recuperación a la construcción de 20.000 viviendas para alquiler asequible, pero el plan no ha dado aún sus frutos.
Los precios de la vivienda en España experimentaron un aumento interanual del 5,5% en 2022 y el crecimiento fue continuo a lo largo del siguiente año hasta llegar al 4,5%. La compra de viviendas “disminuyó significativamente” en 2023, aunque se mantiene por encima de la prepandemia, dado que el volumen de los préstamos hipotecarios ha ido perdiendo impulso por un endurecimiento de las normas crediticias. Bruselas apunta a “signos de sobrevaloración”, aunque “más contenidos” que en otros países de la UE.
El acceso a la vivienda es una de las claves para combatir la desigualdad y la pobreza, que tiene en España una de las tasas “más altas de la UE”. “Esto ha afectado en particular a los no nacionales de la UE, las personas con discapacidad, las familias monomarentales y las personas baja cualificación”, explica el informe.
Aunque Bruselas reconoce la puesta en marcha de iniciativas como el Ingreso Mínimo Vital (IMV) o la prestación por hijo a cargo, reclama al Gobierno “una acción de política social más eficaz para alcanzar el objetivo nacional de España en materia de pobreza y exclusión social para 2030”. La tasa de sinhogarismo también se ha incrementado pasando del 1,5% la pasada década al 3,4%, en 2020, según los datos del gobierno comunitario, que apunta a “peores condiciones de vida” en España.
A pesar de haber pasado lo peor de la crisis energética, la Comisión Europea hace especial hincapié en el incremento de la pobreza energética poniendo negro sobre blanco la cruda realidad de millones de familas: la proporción de la población española que no puede mantener su vivienda adecuadamente caliente aumentó del 8% en 2017 al 17,1% en 2022, duplican la media de la UE (9,3%). El último año la tasa empeoró situándose en el 20,8%.
De todas formas ya es tarde para hacer un cambio significativo.
¿Podemos estar sorprendidos de la desconexion a la política parlamentaria de la población? La baja participación en las elecciones, el bajo interés por las noticias, es el resultado de una clase política totalmente desconectada de la realidad de los trabajadores. No podemos sorprendernos de que una gran parte de la sociedad piense que no existe un partido que pueda aplicar reformas que cambien la situación.
No es posible hacer reformas que beneficien a los trabajadores sin tocar los beneficios de los ricos. A la derecha del PSOE, están sus mayores defensores; de esos no hay mucho que decir. Hoy el PSOE miente descaradamente al autodenomimarse progresista, cuando es obvio que cada día más familias se sumen en la miseria bajo su gobierno. Los autodenominados “izquierda transformadora”, mienten descaradamente al decir que ellos son los adecuados, pero luego se ven impotentes al intentar aplicar cualquier reforma, y reconocen que solo la presión social puede cambiar algo.
Bruselas puede decir misa, que no tiene forma de aplicar reformas. Si hay alguna multa a España, quienes pagan no serán los ricos. Las grandes reformas siempre han venido de la mano de la presión social en las calles. España es un barril de pólvora donde cualquier chispa, ya sea una nueva acción de Israel en Palestina, la elección de Trump en Estados Unidos, represión más brutal en Alemania, las elecciones en Inglaterra, entre muchas otras, puede hacer explotar la situación.
No hay una reforma que pueda parchear el tema de la vivienda. Sería muy poco y ya muy tarde. Cuando estemos todos en la calle y empecemos a organizarnos, entonces entrarán en pánico e intentaran colar cualquier reforma, incluso deshacerse del rey. Pero esta vez no hay nada que pueda salvar el sistema.
Puede que esto no resuene en algunos, pero probablemente solo en los que su única actividad política es discutir en reddit.
3 comments
España aprueba en los datos macroeconómicos. Las previsiones de crecimiento de la economía son alentadoras –más que las de la media europea y de los grandes países– y ha esquivado la apertura de un procedimiento de infracción por déficit excesivo dado que, sólo dejándose llevar y sin tomar ninguna medida, acabará este año en el umbral del 3% y bajará de ese límite en 2025. Aunque no tenga repercusiones tangibles, la lupa de la Comisión Europea llega más allá y saca los colores a sus estados miembros en cuestiones básicas del Pilar Social Europeo, como ocurre con la vivienda o las tasas de pobreza en el caso de España.
En el análisis de la situación económica de los 27 que elabora cada primavera, la Comisión Europea apunta a que la escasez de viviendas asequibles es un “reto cada vez mayor en toda la UE”, aunque reconoce que afecta de forma más severa en algunos estados miembros. El informe relativo a España revela que es uno de los países a los que pasa especial factura.
“El acceso a viviendas asequibles también sigue siendo un desafío importante, especialmente para los más vulnerables, debido a la baja proporción de viviendas de alquiler social”, señala el documento, que cifra en un tercio la oferta de España respecto a la media europea. La intención del Gobierno es destinar 1.000 millones de euros de los fondos recuperación a la construcción de 20.000 viviendas para alquiler asequible, pero el plan no ha dado aún sus frutos.
Los precios de la vivienda en España experimentaron un aumento interanual del 5,5% en 2022 y el crecimiento fue continuo a lo largo del siguiente año hasta llegar al 4,5%. La compra de viviendas “disminuyó significativamente” en 2023, aunque se mantiene por encima de la prepandemia, dado que el volumen de los préstamos hipotecarios ha ido perdiendo impulso por un endurecimiento de las normas crediticias. Bruselas apunta a “signos de sobrevaloración”, aunque “más contenidos” que en otros países de la UE.
El acceso a la vivienda es una de las claves para combatir la desigualdad y la pobreza, que tiene en España una de las tasas “más altas de la UE”. “Esto ha afectado en particular a los no nacionales de la UE, las personas con discapacidad, las familias monomarentales y las personas baja cualificación”, explica el informe.
Aunque Bruselas reconoce la puesta en marcha de iniciativas como el Ingreso Mínimo Vital (IMV) o la prestación por hijo a cargo, reclama al Gobierno “una acción de política social más eficaz para alcanzar el objetivo nacional de España en materia de pobreza y exclusión social para 2030”. La tasa de sinhogarismo también se ha incrementado pasando del 1,5% la pasada década al 3,4%, en 2020, según los datos del gobierno comunitario, que apunta a “peores condiciones de vida” en España.
A pesar de haber pasado lo peor de la crisis energética, la Comisión Europea hace especial hincapié en el incremento de la pobreza energética poniendo negro sobre blanco la cruda realidad de millones de familas: la proporción de la población española que no puede mantener su vivienda adecuadamente caliente aumentó del 8% en 2017 al 17,1% en 2022, duplican la media de la UE (9,3%). El último año la tasa empeoró situándose en el 20,8%.
De todas formas ya es tarde para hacer un cambio significativo.
¿Podemos estar sorprendidos de la desconexion a la política parlamentaria de la población? La baja participación en las elecciones, el bajo interés por las noticias, es el resultado de una clase política totalmente desconectada de la realidad de los trabajadores. No podemos sorprendernos de que una gran parte de la sociedad piense que no existe un partido que pueda aplicar reformas que cambien la situación.
No es posible hacer reformas que beneficien a los trabajadores sin tocar los beneficios de los ricos. A la derecha del PSOE, están sus mayores defensores; de esos no hay mucho que decir. Hoy el PSOE miente descaradamente al autodenomimarse progresista, cuando es obvio que cada día más familias se sumen en la miseria bajo su gobierno. Los autodenominados “izquierda transformadora”, mienten descaradamente al decir que ellos son los adecuados, pero luego se ven impotentes al intentar aplicar cualquier reforma, y reconocen que solo la presión social puede cambiar algo.
Bruselas puede decir misa, que no tiene forma de aplicar reformas. Si hay alguna multa a España, quienes pagan no serán los ricos. Las grandes reformas siempre han venido de la mano de la presión social en las calles. España es un barril de pólvora donde cualquier chispa, ya sea una nueva acción de Israel en Palestina, la elección de Trump en Estados Unidos, represión más brutal en Alemania, las elecciones en Inglaterra, entre muchas otras, puede hacer explotar la situación.
No hay una reforma que pueda parchear el tema de la vivienda. Sería muy poco y ya muy tarde. Cuando estemos todos en la calle y empecemos a organizarnos, entonces entrarán en pánico e intentaran colar cualquier reforma, incluso deshacerse del rey. Pero esta vez no hay nada que pueda salvar el sistema.
Puede que esto no resuene en algunos, pero probablemente solo en los que su única actividad política es discutir en reddit.