El aumento de los costes, tanto de las materias primas como de los servicios generales y los regulados por la administración, se ha convertido junto a la escasez de mano de obra en uno de los dos problemas que amenaza el plan para levantar 184.000 viviendas públicas lanzado por el Gobierno, según la Confederación Nacional de Construcción (CNC).
En un encuentro con la prensa, su presidente, Pedro Fernández Alén, ha cifrado en 700.000 trabajadores –“la cifra podría quedarse corta”– el déficit de fuerza laboral para poder levantar todas estas viviendas. Si antes de la Gran Recesión había 2,7 millones de trabajadores en el sector, ahora hay 1,4 millones, insuficiente para alcanzar “el ritmo óptimo de 150.000 viviendas al año”.
Los constructores reclaman entre otras cosas regularizar inmigrantes y atraer trabajadores del exterior para atender este déficit. Se trata “tanto de regularizar los irregulares como traerlos de fuera” porque “nos estamos quedando sin mano de obra”, ha señalado. Es necesario “dar formación y arraigo aquí”, para “luchar contra la economía sumergida”, ha añadido sobre las regularizaciones.
La CNC también es partidaria de impulsar “convenios de doble nacionalidad” con otros países para resolver esta “dificultad importante”. “Las grandes infraestructuras como las de Adif no se van a quedar sin mano de obra, pero en la construcción privada ya se están dando plazos para muy lejos”, ha añadido.
Una de las grandes denuncias de la CNC es el aumento en cerca del 50% de los costes generales de la construcción, que oscilan entre el 14% y el 21% de los totales y que se deben a las numerosas cargas regulatorias y administrativas impuestas en los últimos años. El pago de salarios forma parte de esta categoría.
En los últimos años ha surgido una veintena de nuevas exigencias regulatorias que van desde los sistema de protección de datos personales hasta los registros de jornada, pasando por los canales de denuncia, la trazabilidad de los residuos de la construcción, las normativas medioambientales o la normas de adaptación a la responsabilidad social corporativa.
Los constructores indican que la ley solo les permite repercutir estos costes hasta lo equivalente al 13% del valor del contrato. Según indican, es posible elevar este porcentaje al 17% sin necesidad de un cambio legislativo, y es lo que ya están reclamando a varios ministerios.
La CNC también denuncia el elevado número de licitaciones que se quedan desiertas y la ausencia de un sistema que equilibre financieramente los contratos. Reclama además que, al abordarse la eventual reducción de la jornada laboral, se tengan en cuenta las particularidades del sector de la construcción.
Sobre el aumento del coste de los materiales, asegura que entre 2020 y 2021 subieron tanto como entre 2007 y 2020.
A la vez que financian a los medios y partidos que los ponen de salvajes bárbaros que vienen a okupar nuestros bocatas del desayuno y a follarse nuestros coches.
Un plan sin fisuras.
Quieren esclavos para seguir construyendo vivienda para guiris a precio de oro, que no os la metan. A esta gente los ciudadanos de a pie les importa una mierda, quieren volver a sacar grandes beneficios; y la vivienda para ciudadanos normales no les da las cantidades a las que se acostumbraron hace 15 años justo antes de la burbuja.
Viene en un lenguaje algo raro, en español común sería algo así:
“Empresarios piden regularizar mano de obra barata, sin formación, que ni hable español y que no se queje para no mejorar sus condiciones laborales y poder seguir sacando el máximo beneficio por un piso que cuesta lo mismo construir en Cuenca que en Madrid, pero en Madrid te lo van a colar por medio millón y con paredes de papel”
Pedro Sánchez cederá, claro, todo sea por el bien de la clase obrera! Y siendo de los países de Europa con más paro pues no hay gente libre para ocupar esos puestos, así que ya ha dicho que va a traer a 250k tíos de Mauritania creo que era, país bien conocido por sus ingenieros, su progesismo, feminismo y avances de los colectivos lgtb, y sus votantes aplaudiendo.
Otra vez con lo mismo?
1. El ritmo de construcción y empleados durante la burbuja (la época anterior a la gran recesión según las constructoras, lo que indica que para ellas la burbuja era una mina de oro) vino de la mano de los muchos que adquirieron vivienda con fines especulativos. La necesidad real era bastante menor.
2. El número de obreros faltantes “necesarios” incluye, sin duda, a un remanente de desempleados para evitar recalentamientos salariales
3. Se van a construir donde se requieren, en las grandes urbes? Donde y como tienen planeada esa expansión? De que manera afectará a las zonas verdes localizadas en sus interiores o en sus extrarradios?
4. Para completar el número de viviendas requeridas hará falta más de una legislatura. Hay algún acuerdo con la oposición para blindar dicho plan?
Esto es un Win-Win-win para los explotadores de siempre:
– Trabajadores baratos que impiden que suban los salarios y se mantenga el nivel de paro.
– La alarma social ante la inmigración sin control llevará a los votantes a los mismos partidos que benefician a los explotadores, PP y Vox.
– La izquierda no dirá ni mú para que no la llamen racista, así que admitirá todos los indocumentados que haga falta.
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El aumento de los costes, tanto de las materias primas como de los servicios generales y los regulados por la administración, se ha convertido junto a la escasez de mano de obra en uno de los dos problemas que amenaza el plan para levantar 184.000 viviendas públicas lanzado por el Gobierno, según la Confederación Nacional de Construcción (CNC).
En un encuentro con la prensa, su presidente, Pedro Fernández Alén, ha cifrado en 700.000 trabajadores –“la cifra podría quedarse corta”– el déficit de fuerza laboral para poder levantar todas estas viviendas. Si antes de la Gran Recesión había 2,7 millones de trabajadores en el sector, ahora hay 1,4 millones, insuficiente para alcanzar “el ritmo óptimo de 150.000 viviendas al año”.
Los constructores reclaman entre otras cosas regularizar inmigrantes y atraer trabajadores del exterior para atender este déficit. Se trata “tanto de regularizar los irregulares como traerlos de fuera” porque “nos estamos quedando sin mano de obra”, ha señalado. Es necesario “dar formación y arraigo aquí”, para “luchar contra la economía sumergida”, ha añadido sobre las regularizaciones.
La CNC también es partidaria de impulsar “convenios de doble nacionalidad” con otros países para resolver esta “dificultad importante”. “Las grandes infraestructuras como las de Adif no se van a quedar sin mano de obra, pero en la construcción privada ya se están dando plazos para muy lejos”, ha añadido.
Una de las grandes denuncias de la CNC es el aumento en cerca del 50% de los costes generales de la construcción, que oscilan entre el 14% y el 21% de los totales y que se deben a las numerosas cargas regulatorias y administrativas impuestas en los últimos años. El pago de salarios forma parte de esta categoría.
En los últimos años ha surgido una veintena de nuevas exigencias regulatorias que van desde los sistema de protección de datos personales hasta los registros de jornada, pasando por los canales de denuncia, la trazabilidad de los residuos de la construcción, las normativas medioambientales o la normas de adaptación a la responsabilidad social corporativa.
Los constructores indican que la ley solo les permite repercutir estos costes hasta lo equivalente al 13% del valor del contrato. Según indican, es posible elevar este porcentaje al 17% sin necesidad de un cambio legislativo, y es lo que ya están reclamando a varios ministerios.
La CNC también denuncia el elevado número de licitaciones que se quedan desiertas y la ausencia de un sistema que equilibre financieramente los contratos. Reclama además que, al abordarse la eventual reducción de la jornada laboral, se tengan en cuenta las particularidades del sector de la construcción.
Sobre el aumento del coste de los materiales, asegura que entre 2020 y 2021 subieron tanto como entre 2007 y 2020.
A la vez que financian a los medios y partidos que los ponen de salvajes bárbaros que vienen a okupar nuestros bocatas del desayuno y a follarse nuestros coches.
Un plan sin fisuras.
Quieren esclavos para seguir construyendo vivienda para guiris a precio de oro, que no os la metan. A esta gente los ciudadanos de a pie les importa una mierda, quieren volver a sacar grandes beneficios; y la vivienda para ciudadanos normales no les da las cantidades a las que se acostumbraron hace 15 años justo antes de la burbuja.
Viene en un lenguaje algo raro, en español común sería algo así:
“Empresarios piden regularizar mano de obra barata, sin formación, que ni hable español y que no se queje para no mejorar sus condiciones laborales y poder seguir sacando el máximo beneficio por un piso que cuesta lo mismo construir en Cuenca que en Madrid, pero en Madrid te lo van a colar por medio millón y con paredes de papel”
Pedro Sánchez cederá, claro, todo sea por el bien de la clase obrera! Y siendo de los países de Europa con más paro pues no hay gente libre para ocupar esos puestos, así que ya ha dicho que va a traer a 250k tíos de Mauritania creo que era, país bien conocido por sus ingenieros, su progesismo, feminismo y avances de los colectivos lgtb, y sus votantes aplaudiendo.
Otra vez con lo mismo?
1. El ritmo de construcción y empleados durante la burbuja (la época anterior a la gran recesión según las constructoras, lo que indica que para ellas la burbuja era una mina de oro) vino de la mano de los muchos que adquirieron vivienda con fines especulativos. La necesidad real era bastante menor.
2. El número de obreros faltantes “necesarios” incluye, sin duda, a un remanente de desempleados para evitar recalentamientos salariales
3. Se van a construir donde se requieren, en las grandes urbes? Donde y como tienen planeada esa expansión? De que manera afectará a las zonas verdes localizadas en sus interiores o en sus extrarradios?
4. Para completar el número de viviendas requeridas hará falta más de una legislatura. Hay algún acuerdo con la oposición para blindar dicho plan?
Esto es un Win-Win-win para los explotadores de siempre:
– Trabajadores baratos que impiden que suban los salarios y se mantenga el nivel de paro.
– La alarma social ante la inmigración sin control llevará a los votantes a los mismos partidos que benefician a los explotadores, PP y Vox.
– La izquierda no dirá ni mú para que no la llamen racista, así que admitirá todos los indocumentados que haga falta.
Oh no, anyway