Tras su aplazamiento por las trágicas consecuencias que causó la DANA en Valencia y en Castilla-La Mancha, el sector del transporte de viajeros por carretera ha reanudado este jueves el calendario de movilizaciones que inició el 28 de octubre para exigir la aplicación de coeficientes reductores para que los conductores profesionales puedan jubilarse a los 60 años.
Lo ha hecho con escasas afecciones para los usuarios aragoneses y con un solo sindicato convocante, Comisiones Obreras, después de que UGT decidiera descolgarse de la protesta tras firmar un acuerdo con la patronal que incluye “un compromiso claro y concreto” para iniciar el procedimiento administrativo con el que dar respuesta a la exigencia del sector “tan pronto como el nuevo Real Decreto determine el procedimiento general”.
La protesta no ha provocado grandes incidencias, pero a primera hora de la mañana los efectos de la huelga dejaban una sorprendente imagen en Zaragoza: buses y paradas vacíos en lugar de las habituales filas de afectados. Muchos de los usuarios, conocedores de la movilización, se habían organizado para acudir la trabajo en sus propios coches, especialmente aquellos que se desplazan a las empresas del entorno de la ciudad.
Ha habido, sin embargo, líneas urbanas en las que los viajeros han tenido que esperar más de 30 minutos. Ha sucedido en la línea 38 que circula entre Bajo Aragón-Hispanidad. “Es muy cansado, cuando no es por una cosa es por otra, llevamos así tres o cuatro años”, lamentaba indignada Alma Estela Peralta.
La protesta ha reducido también los servicios del extrarradio de la capital aragonesa. Entre las líneas en las que más filas se han visto estaba la que enlaza el barrio rural de Casetas con el centro de Zaragoza, una línea muy utilizada a primera hora de la mañana por trabajadores y estudiantes que se trasladan al centro de la ciudad o a las empresas situadas en la carretera de Logroño. En la parada junto a la Puerta del Carmen, en el paseo de María Agustín, esperaba un buen número de usuarios. “El autobús de las 7.50 ha llegado con el de las 8.00”, contaba una pasajera, para explicar la cantidad de gente que aguardaba en el final y principio de línea situado en dicho punto.
Los viajeros que pasaban por la Estación Central de Autobuses de Zaragoza habían sido informados previamente de las afecciones de la huelga por sus compañías, por lo que en las dársenas solo esperaban aquellos cuyas rutas no se habían visto canceladas. En las pantallas, cerca de una decena de trayectos cancelados entre las 9.00 y las 11.30 a poblaciones como Teruel, Belchite, Lécera, Tarazona, Muniesa y también uno de los servicios a Barcelona.
Tampoco ha habido afecciones de importancia en la capital turolense, aunque la falta de información en las paradas del autobús urbano a primera hora de la mañana ha provocado quejas de usuarios que no conocían la convocatoria de la huelga. Algunos ciudadanos han trasladado su malestar por esta circunstancia al Ayuntamiento, que se ha puesto en contacto con la empresa concesionaria para que colocara dicha información en las marquesinas. Samar, concesionaria del servicio, ha establecido unos servicios mínimos que han duplicado el tiempo de paso por las parada. Unas frecuencias, ha señalado una fuente de la compañía que se han cumplido “con normalidad”.
“Un seguimiento del 90%”
Aunque la normalidad ha sido la nota dominante durante la jornada de huelga de hoy, Comisiones Obreras ha asegurado que el seguimiento de la protesta ha sido de un 90%. “A pesar de habernos quedado solos en la convocatoria, esta circunstancia no se ha dejado sentir porque los profesionales han entendido muy bien los motivos de la huelga”, ha destacado Juan Leyva, secretario de acción sindical de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CC. OO. Aragón, que ha insistido en que a pesar de la ausencia de UGT, otras centrales sindicales (como OSTA, CGT y Sattra) han mostrado su apoyo y adhesión a la movilización.
Para este sindicato, el acuerdo entre la patronal y UGT “supone un retraso injustificado respecto a lo pactado en otros sectores como el transporte de mercancías y las grúas autopropulsadas”. Por ello, los paros continúan este viernes y, si no hay avances, habrá también huelga el 5 y 9 de diciembre, coincidiendo con la operación salida y regreso del puente de la Constitución, y se convertirá en indefinida en plena Navidad, a partir del 23 de diciembre.