El Espanyol vive. Los pericos, con una gran primera mitad y aguantando en la segunda, se impusieron al Rayo Vallecano a domicilio y dan un paso importante en su lucha por conseguir la salvación. Un triunfo fuera de casa es oro a estas alturas, más para un equipo que pelea por escapar de la zona baja. Los de Iñigo Pérez, por su parte, frenan en su carrera por Europa. Marcaron Cabrera,  partidazo del central, Roberto Fernández, Puado, de penalti, y Pere Milla para los catalanes.

El rayo fue el Espanyol, que en un instante, visto y no visto, puso tierra de por medio en el marcador con dos goles en cuatro minutos, los que pasaron del 12 al 16. El 0-1, obra de Cabrera llegó de cabeza a la salida de un córner que botó Edu Expósito. Remató con demasiada facilidad en el área el central perico, que se zafó de la marca de Pathé Ciss. 

El Rayo, que había empezado queriendo el balón y dando mejor sensación en los primeros minutos, acusó el golpe. Y lo aprovecharon los catalanes. Cabrera, que estaba en todos sitios, le robó la pelota a Nteka en la medular y armó la contra. Puado se la dio después a Roberto Fernández, que no falló en el mano a mano ante Batalla, al que batió con un remate ajustado al palo. 0-2 y pura efectividad de los de Manolo González que enviaron al fondo de la red sus dos primeros remates a puerta.

El Espanyol pudo ampliar aún más su ventaja por medio de Puado. La primera vez, en el 18′, se le fue por poco un disparo cruzado tras una gran acción individual y la segunda, en el 34′, se topó con un paradón de Batalla. Lo mismo le ocurrió a Romero después. Él tampoco pudo con el meta, que evitó una goleada antes del descanso. El Rayo, un remate de Ávaro García, que salió lamiendo el poste, y poco más en ataque.

Arreón y VAR

Salieron Isi y Espino al inicio del segundo tiempo. Necesitaba reaccionar el Rayo y apretó: encerró al Espanyol. Monopolizaron la pelota los vallecanos, pero apareció Joan García, como en todos los partidos, para desviar un remate de De Frutos, que era medio gol, y para atrapar un golpeo peligrosísimo de Álvaro García.

Aguantó el arreón el Espanyol y encontró el premio tras la intervención del VAR, que llamó al colegiado para que viera una acción en la que remató Roberto Fernández y después, ya con el balón lejos de su pie, le golpeó Pathé Ciss, que se había lanzado para evitar el disparo. Hernández Hernández lo revisó en el monitor y señaló los 11 metros. Puado no falló y puso el 0-3. Ahí se acabó el ímpetu del Rayo. Más aún cuando Pere Milla, que acababa de salir, firmó el 0-4 final en el 90′.