Los efectos del cambio climático son cada vez más visibles, y los expertos advierten que el tiempo de reaccionar se agota. Un informe de la NASA alerta sobre un futuro cercano en el que algunas zonas del planeta, incluidas partes de España, podrían volverse prácticamente inhabitables debido al calor extremo.

El estudio, titulado “Too Hot to Handle: How Climate Change May Make Some Places Too Hot to Live”, proyecta que en torno a 2050 el sur de Asia, el Golfo Pérsico y partes de Oriente Medio podrían registrar temperaturas extremas que pondrían en peligro la vida humana. Según los investigadores, el fenómeno no se limitará a esas zonas: el sur de Europa, incluyendo España, también se enfrenta a un futuro complejo.

ESPAÑA, EN EL PUNTO DE MIRA

Las proyecciones climáticas sitúan a comunidades como Madrid, Andalucía o la Comunidad Valenciana entre las más vulnerables a olas de calor extremas. Las consecuencias no serán únicamente térmicas. Se prevé una combinación letal: temperaturas insoportables, lluvias torrenciales, inundaciones y desertificación progresiva.

Estas condiciones extremas podrían afectar tanto a la calidad de vida como a la propia viabilidad de algunas zonas para seguir siendo habitadas en las próximas décadas. Y aunque no todas las provincias corren el mismo riesgo, el informe es un toque de atención contundente: nadie está del todo a salvo.

¿Y ARAGÓN?

Aunque Aragón no figura entre las comunidades más amenazadas en los escenarios más inmediatos, no está exenta de riesgo. Sus zonas más secas, especialmente las áreas del Valle del Ebro, ya muestran signos de estrés hídrico, pérdida de biodiversidad y olas de calor cada vez más largas. La escasez de precipitaciones y el aumento de la temperatura media anual son tendencias que preocupan a los expertos locales.

Además, ciudades como Zaragoza, con una densidad urbana creciente y pocos espacios verdes, podrían experimentar el temido “efecto isla de calor”, donde las zonas urbanas acumulan más temperatura que los espacios rurales cercanos.

UN FUTURO MÁS CALIENTE, MENOS HABITABLE

Según el estudio de la NASA, en apenas 30 años podríamos ver temperaturas que dificulten seriamente el día a día de millones de personas. El informe pone el foco en un tipo de calor poco conocido pero extremadamente peligroso: el “calor de bulbo húmedo”. Este índice combina temperatura y humedad, y cuando supera los 35 °C, el cuerpo humano no puede enfriarse ni siquiera sudando.

En este tipo de escenarios, el aire acondicionado deja de ser un lujo y pasa a ser una necesidad vital. Pero no todo el mundo tiene acceso a él. Los mayores, las personas con enfermedades previas o en situación de pobreza serán los más afectados. El trabajo al aire libre será casi imposible, especialmente en sectores como la agricultura o la construcción.

¿PODEMOS HACER ALGO?

Sí. Y urge hacerlo. Los expertos piden una respuesta política clara, medidas de adaptación climática y una apuesta decidida por la sostenibilidad urbana. Potenciar las energías renovables, invertir en infraestructuras verdes y reforzar los sistemas sanitarios y sociales para los colectivos más vulnerables será clave.

Además, la población puede contribuir reduciendo su huella ecológica: menos consumo de energía, más uso de transporte sostenible y un cambio en los hábitos de consumo.

UNA CUENTA ATRÁS SILENCIOSA

El futuro que dibuja la NASA no es ciencia ficción, sino una proyección basada en datos. Aún estamos a tiempo de actuar, pero la ventana de oportunidad se va cerrando. España ya está sintiendo los primeros síntomas de lo que puede convertirse en una crisis climática sin precedentes. Y Aragón, aunque no en el epicentro inmediato del problema, tampoco debe bajar la guardia.

El calor no avisa: llega, se instala y transforma. Y cada grado cuenta.