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En Gaza ya no hay zonas seguras. Así lo afirma Isaías Barreñada, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid y codirector del Grupo de Investigación sobre el Magreb y Oriente Medio, que denuncia la devastación sistemática del enclave, la atrocidad de decenas de miles de muertos y la inoperancia del sistema internacional.
Barreñada alerta también sobre la deshumanización del pueblo palestino y critica la doble vara de medir de las potencias occidentales. A su juicio, no se trata solo de acabar con el conflicto, sino poner fin a una ocupación ilegal que se prolonga desde hace décadas. Gaza, sostiene, no solo está en ruinas: está poniendo en evidencia las grietas de todo el orden jurídico global.
National Geographic: La situación humanitaria en Gaza ha sido calificada por organismos internacionales como catastrófica. ¿Cómo describiría usted hoy las condiciones de vida en el enclave?
Isaías Barreñada: Gaza ha sido convertida en un lugar inhabitable. No se conoce aún el número real de víctimas, pero sin duda son muchas más de las que se han contabilizado hasta ahora. La reconstrucción llevará décadas y requerirá un esfuerzo financiero gigantesco. Y más allá de lo material, la memoria de lo ocurrido dejará una huella profunda en la población palestina por una generación o más.
National Geographic: Con la mayoría de los hospitales destruidos, el acceso al agua restringido, la ayuda humanitaria entrando con cuentagotas y la población desplazada una y otra vez, ¿quedan aún zonas mínimamente seguras para los civiles en Gaza?
Isaías Barreñada: No, no queda ninguna zona segura. Lo hemos visto durante estos meses: la destrucción ha sido sistemática y no parece haber nada que haya quedado intacto. Casi toda la población ha sido forzada a desplazamientos continuos. La destrucción ha sido sistemática.
La intensidad de la devastación ha alcanzado niveles sin precedentes. Las consecuencias serán de muy largo plazo, con efectos profundos en la salud y la habitabilidad, como la contaminación del suelo, del agua…
National Geographic: Algunos han comparado la situación actual en Gaza con la del Gueto de Varsovia. ¿Es una analogía válida o corre el riesgo de trivializar contextos históricos distintos?
Isaías Barreñada: No soy partidario de ese tipo de analogías. Hay una obsesión constante por comparar todo con el nazismo y con las víctimas judías. La barbarie que estamos viendo en Gaza responde a una lógica propia: es la expresión de la violencia estructural del colonialismo sionista. Así fue en la limpieza étnica de 1948, en la ocupación iniciada en 1967 y, ahora, en forma de genocidio.
National Geographic: ¿Cuándo acabará, si acabará, este conflicto y con qué consecuencias a nivel humanitario, político y de derecho internacional?
Isaías Barreñada: No tengo una bola de cristal. Pero el problema no es simplemente “el fin del conflicto”, sino el fin de una situación anómala de colonialismo continuado y de ocupación ilegal.
Un conflicto suele terminar cuando una parte vence a la otra o cuando se llega a un acuerdo con concesiones mutuas, siempre en función de una correlación de fuerzas.
Pero el colonialismo y la ocupación no se resuelven así: se resuelven poniendo fin, de manera integral, al colonialismo y a la ocupación.
Gaza está dejando al descubierto muchas de las disfunciones del sistema internacional. Tenemos normas, sí, pero no se aplican.