Dicen que el amor a primera vista es casi imposible de conseguir. A través de la música, Emilia Mernes (1996, Nogoyá) brilló, con más fuerza que nunca, en su debut en Sevilla dejando huella en los corazones de los miles de fans que se dieron cita. La estrella argentina del momento se estrenó en la Plaza de España dispuesta a conquistar cada rincón del Icónica Santalucía Sevilla Fest … y lo hizo con todo: actitud, hits, coreografías, lágrimas y mucho, mucho brillo.

 

Desde antes de que sonaran los primeros acordes, el ambiente ya hablaba por sí solo. La marea de fans que llenó la plaza desde bien temprano, incluso algunos aguardaban la cola con sombrillas desde las 15.00 horas de la tarde, se encargó de calentar motores con looks al más puro estilo de la artista argentina: mucho eyeliner, brillos en los ojos, pancartas, tonos morados y alguna que otra camiseta de la albiceleste.

La escena fue rememorar la época dorada de los dosmil, similar a cualquier videoclip de la popstar y Sevilla no le iba a fallar: la Plaza de España se había engalanado para la gran noche de Emilia. Era su tercer concierto en la gira española.

Un vibrante comienzo lleno de baile

Apenas pasaban las 22:25 horas cuando se apagaron las luces y se encendieron los móviles. Estalló el grito colectivo: “Emilia, Emilia”. Los gráficos de estética Bratz iluminaron las pantallas, y Emilia apareció como una visionaria del pop del futuro, vestida en tonos lilas, con boina, shorts y botas al estilo retro. Fue solo el inicio de un viaje musical y visual de casi dos horas que fusionó nostalgia dosmilera con sus hits más pegadizos, sensualidad y empoderamiento.

El inicio del concierto fue impresionante con una puesta de escena al nivel de una estrella como así mostraba en su top. Comenzó con el tema Exclusive acompañado de una coreografía con su equipo de bailarinas. La intro acabó con la canción de 4:20 y un gran “Buenas noches Sevilla, ¿estáis listo para pasar una noche perfecta?”. En los primeros diez minutos ya se había ganado al público sevillano.

Llegaba el turno para el reggaetón y perreo mas intenso: “Tengo cara de buena pero soy mala”, avisaba la argentina. Con una gabardina y unas gafas de sol entonaba Jagger y Jet Set para acabar con uno de sus temas conocidos Ojitos Verdes. Cogió un poco de respiro la argentina para seguir con una de las canciones más emotivas de la noche: Iconic. El público coreaba las letras de la canción, que acumula millones de reproducciones en las plataformas musicales, mientras Emilia se deslizaba con una facilidad pasmosa sobre el escenario de Icónica. La cantante sacó todo su repertorio bajó el cielo de Sevilla. Además de mucho baile y mucha voz, también se atrevió a cantar Cielo en la mente con la guitarra en mano dedicado “a todos que luchan por sus sueños”.

Emilia Mernes brilla en la Plaza de España con su show urbano

Emilia Mernes brilla en la Plaza de España con su show urbano / Marina Casanova

Un piripi, baladas y ritmo latino

Hubo tiempo para un pequeño descanso y para el humor, mucho humor. Esta Emilia vale para todo, como diría el refrán. “No me voy a ir sin probar un piripi”, “Me quedaría bien el traje de gitana” fueron algunas de las frases más icónicas que dijo en el pequeño monológo que realizó mientras interactuaba con las fans.

Después del humor a la emoción con el turno de las baladas Guerrero o A 1000 KM, momento en el que consiguió los mejores momentos interpretativos de la noche. Acabó visiblemente emocionada tras cantar con tanto sentimiento.

Turno para el reggaeton

A lo largo del show, Emilia realizó tres cambios de vestuario que acompañaron la evolución emocional de la noche. Del conjunto deportivo violeta, pasó a un body de leopardo para poner el party patas arriba con el hit pegadizo Perdonarte…¿ para qué? Los fans levantaron los brazos en alto y acompañaron la coreografía tan popularmente conocida en Instagram y TikTok.

Emilia no solo canta: se mueve como si el escenario fuera una extensión de su cuerpo. Cada canción iba acompañada de una coreografía diferente, con breakdances de infarto y movimientos perfectamente sincronizados con su cuerpo de baile. Pese a la intensidad física, su voz no titubeó ni un segundo. No hubo respiro: ni para ella, ni para los miles que corearon cada letra.

La noche sevillana también fue testigo del nuevo single Motinha 2.0 (Mete Marcha), donde Emilia invitó a tres fans del público a subir al escenario para hacer el trend viral de TikTok. También presentó un adelanto exclusivo de un nuevo tema, Pasarela. Pero seguro que los fans esperaban el momento de sus canciones más reconocidas a nivel mundial: No se ve, Blackout y GTA, canciones que hicieron literalmente vibrar el suelo de la Plaza de Aníbal González. Con un mono rosa con botas de pelo pusieron el broche salvaje y a la escena al cierre del show.

Emilia Mernes brilla en la Plaza de España con su show urbano

Emilia Mernes brilla en la Plaza de España con su show urbano / Marina Casanova

Un final icónico para una noche inolvidable

Con luces y un último grito colectivo, los fans pidieron una última canción a Emilia. La argentina se despidió de Sevilla sabiendo que había dejado una huella imborrable. “Gracias por esta noche, por este lugar tan icónico. ¡Sevilla, sos mágica!”, dijo antes de desaparecer entre los aplausos.

Este viernes, Icónica Sevilla Fest no fue solo un festival: fue el escenario de una de las citas más inolvidables del pop actual. Emilia Mernes se estrenó en la Plaza de España y confirmó por qué es la artista que representa a toda una generación de jóvenes. Y lo hizo en Sevilla, con brillo, talento y el corazón por delante.