Los desastres ambientales que deja el fuego en Galicia

El escenario se repite en otros espacios protegidos como O Invernadeiro (Ourense), el único parque natural de Galicia sin poblaciones humanas y donde entró el fuego de Chandrexa de Queixa y Vilariño, según imágenes de Copernicus.

“Toda esa zona del macizo central es de altos valores, hay representación de especies muy escasas en el resto de Galicia. Por ejemplo, hay parejas de águila real”, explica a EFE el representante de SEO Birdlife en Galicia, Gustavo Ferreiro.

Allí se emplearon máquinas pesadas para mejorar los cortafuegos perimetrales y también se llevaron a cabo ataques manuales contra el fuego, al igual que en el Parque Natural Serra da Enciña da Lastra, informó esta semana la Xunta.

Encajada en los valles del río Sil, esta sierra ourensana se vio afectada en un porcentaje “bastante grande”, avisa Ferreiro, que destaca que tiene la peculiaridad de conservar vegetación mediterránea, con encinares únicos en Galicia y especies como águilas culebreras y alimoche.

La sierra de O Courel (Lugo), Reserva de la Biosfera que ya ardió en 2022, fue asediada por las llamas del mayor fuego de Galicia, el de Larouco, estabilizado este sábado tras quemar más de 30.000 hectáreas.

También han ardido hectáreas en los parques de Baixa Limia-Serra do Xurés (Ourense) y Fragas do Eumes (A Coruña).