El ID. Polo presentado en Múnich es uno de los cuatro urbanos eléctricos que el Grupo Volkswagen fabricará en España

El ID. Polo se fabricará en Martorell junto con el Cupra Raval. Volkswagen

Juan Roig Valor

Volkswagen ha decidido dar un giro estratégico en su apuesta por la movilidad eléctrica con el lanzamiento de una nueva generación de vehículos más asequibles. El gigante alemán prepara la llegada del ID. Polo y el ID. Cross, dos modelos que marcarán el inicio de una etapa en la que los nombres clásicos de la marca volverán a ocupar un lugar central, dejando atrás la nomenclatura numérica que inauguró la familia ID con su apuesta por la movilidad cero emisiones.

El ID. Polo, cuya producción arrancará en 2025 en la planta de Martorell (Barcelona), será el primer vehículo eléctrico compacto del grupo con un precio de partida de 25.000 euros, sin contar con los incentivos a la compra. Este modelo recupera el espíritu de uno de los coches más emblemáticos de la firma con el objetivo de democratizar la movilidad eléctrica. También confirmaron que habrá una versión deportiva, el ID. Polo GTI, que llegará en 2026.

El otro gran lanzamiento de la marca será el ID. Cross, un SUV compacto que se presentará como la versión eléctrica del exitoso T-Cross. Su estreno mundial está previsto para finales de 2026, con un precio estimado de unos 30.000 euros. El modelo, ha debutado en el Salón del Automóvil de Múnich y se fabricará en la planta navarra de Landaben, de donde salía el Polo de combustión antes de cancelarse.

La ofensiva de producto se complementa con el Cupra Raval, que también se fabricará en Martorell, y el Skoda Epiq, ensamblado en Navarra. Ambos forman parte del plan del Grupo Volkswagen para ofrecer una gama de eléctricos urbanos y compactos a precios más competitivos, en respuesta a la creciente presión de fabricantes chinos como BYD y europeos como Renault, que ya han puesto en el mercado alternativas más baratas, como el Renault 5 o el Dolphin Suf.

La estrategia de recuperar nombres históricos responde, según la dirección de la compañía, a la necesidad de conectar emocionalmente con los clientes. «Nuestros modelos están arraigados en la memoria de las personas. Queremos trasladar esa confianza y familiaridad al futuro eléctrico», señaló Thomas Schäfer, director general de la marca. Una visión compartida por Martin Sander, responsable de Ventas y Marketing, quien subrayó que la movilidad eléctrica no debe ser solo progresista, sino también accesible y cercana.

Volkswagen afronta este movimiento en un contexto complejo, marcado por la caída de la demanda en Europa, la guerra de precios en China y las tensiones comerciales con Estados Unidos. La compañía ha anunciado un plan de ajuste de costes que incluye recortes de capacidad y empleo en sus plantas alemanas, con hasta 35.000 puestos de trabajo afectados.

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