Marruecos consolida su posición como primer origen de las importaciones españolas de frutas y hortalizas por valor. Entre enero y abril, España adquirió al país magrebí mercancías por 672 millones de euros, y en el primer semestre el volumen económico ascendió a 899,5 millones, con crecimientos de doble dígito respecto a 2024. Las organizaciones del sector, encabezadas por FEPEX, piden a la Comisión Europea que aplique de forma estricta la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE sobre el Sáhara Occidental y que revise el Acuerdo de Asociación con Rabat.

Si miramos a la foto del primer cuatrimestre, esta muestra un aumento sostenido de las compras y un tirón del volumen. Según FEPEX, que trabaja con datos oficiales de DataComex, el valor importado desde Marruecos en enero-abril llegó a 672 millones de euros, mientras que el volumen creció un 26% interanual hasta 254.385 toneladas.

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En el acumulado, de enero a junio, la importación española de frutas y hortalizas marroquíes alcanzó 899,5 millones de euros, un 33% más que un año antes, lo que refuerza a Marruecos como primer proveedor por valor en el mercado nacional. En volumen, continúa por detrás de Francia, pero recorta distancias.

El tomate concentra parte de la tensión competitiva. En la última década, las importaciones españolas de tomate procedente de Marruecos aumentaron un 269%, de 18.045 toneladas en 2014 a 66.624 en 2024, mientras que la exportación española de tomate a la UE cayó un 25% en el mismo periodo. El sector advierte de pérdida de rentabilidad y de desplazamiento del producto nacional en lineales.

El asunto ha llegado a la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo, pues las eurodiputadas españolas Carmen Crespo (PP) y Mireia Borrás (Vox) pidieron vigilar el cumplimiento del sistema de precios de entrada y revisar el acuerdo agrícola con Marruecos. Crespo denunció un “desequilibrio inaceptable” para los productores del sur de España y ambas reclamaron ejecutar la jurisprudencia europea sobre el Sáhara.

Hay que recordar que esta dimensión jurídica es clave, pues tras el fallo del TJUE del 4 de octubre de 2024, anuló los acuerdos de pesca (publicado en este enlace) y agricultura (se puede consultar en este enlace) entre la UE y Marruecos por falta de consentimiento del pueblo saharaui, con un periodo de adaptación para el agrícola. La sentencia, rectificada el 15 de enero de 2025, refuerza que las producciones del Sáhara Occidental deben quedar excluidas de las ventajas arancelarias y correctamente identificadas en origen.

Fuentes del sector insisten en que una parte de la presión en precios deriva de un control insuficiente del sistema de precios de entrada en frontera, particularmente en el tomate, y piden a Bruselas medidas para frenar posibles elusiones. La cuestión está sobre la mesa de los eurodiputados y de la Comisión, que aún no ha detallado cómo aplicará plenamente los fallos del TJUE.