Cada vez son más los coches chinos fabricados en España y en Europa. Este hecho es una solución para evitar los aranceles a las importaciones de coches eléctricos.
La irrupción de las marcas de coches chinos ha marcado un antes y un después para el mercado automotriz europeo. Estos fabricantes procedentes del gigante asiático han conseguido lo que parecía imposible: poner en jaque a toda una industria. Europa no ha tardado en reaccionar imponiendo fuertes medidas arancelarias, pero con los coches chinos fabricados en España se sortea este problema.
La llegada de estas marcas directamente desde China tiene varias lecturas. Desde el punto de vista del comprador final, supone la oportunidad de comprar un coche a un precio muy competitivo, algo que en países como España se valora mucho tras la subida tan fuerte de precios de venta que ha sufrido el mercado del automóvil en los últimos años.
El coche eléctrico, la puerta de acceso a Europa para las marcas chinas
Por el contrario, desde la perspectiva de las empresas locales, la llegada de estos coches chinos ha supuesto un duro revés a sus intereses. Son productos contra los que no pueden competir por su agresiva estrategia de precios, unos precios que consiguen produciendo en China, donde estas marcas cuentan con el apoyo del gobierno local, e importando más tarde a Europa.
Y todo esto se ha producido en un contexto en el que la industria automotriz mundial se enfrenta al mayor cambio en su historia: la llegada del coche eléctrico. De hecho, la electromovilidad se ha convertido en la puerta de acceso a todas estas nuevas marcas que viajan desde el otro lado del planeta para tratar de conquistar un mercado tan fuerte como lo es el europeo.
La estrategia de las marcas chinas está dando sus frutos. Si analizamos el mercado español, podemos comprobar que estos fabricantes están experimentando fuertes crecimientos en sus volúmenes de ventas desde su llegada a principios de esta década.
El caso más sonado es el de MG, una histórica marca británica que lleva años en propiedad del gigante chino SAIC Motor y que desde hace poco se comercializa en Europa. Entre enero y agosto de este año han logrado matricular 31.901 unidades, lo que supone un aumento en las ventas del 58% respecto al mismo período del año pasado.
Tampoco quedan rezagadas otras marcas chinas que han caído de pie en España. Es el caso de Chery Auto, que en nuestro mercado comercializa las marcas Omoda y Jaecoo. Omoda llegó antes y este año está experimentando un crecimiento en las ventas del 101%. Jaecoo tardó algo más, pero crece a un ritmo del 9.200%.
Fuerte crecimiento e interés en países como España
Precisamente por la llegada de Chery Auto es que se ha relanzado hace ahora poco menos de un año una marca que llevaba extinta cuatro décadas. Se trata de Ebro, la histórica compañía española que vuelve a fabricar coches en el país después de que desapareciera a finales de la década de 1980.
Los coches que fabrica y comercializa Ebro en España derivan de productos ya existentes de Chery. Actualmente cuenta con tres modelos en su gama (S400, S700 y S800), y acumula ya 5.841 unidades matriculadas en los ocho meses ya completos de este 2025. De hecho, sus resultados son tan buenos que solo lleva once unidades menos vendidas que Jaecoo en el mismo intervalo.
Sin embargo, a pesar de los excelentes resultados comerciales que muchas de las marcas chinas están logrando en España, otra de ellas es BYD con un aumento del 675% respecto a las ventas logradas entre enero y agosto de 2024, estas compañías se están encontrando con una serie de obstáculos en el camino a la cima.
Su apuesta por el coche eléctrico no ha sentado nada bien a los fabricantes europeos, que ven cómo estas marcas chinas ofrecen vehículos con un buen rendimiento, excelentes autonomías y un completo equipamiento de serie a precios muy por debajo de lo que puede ofrecer el mercado local.
Esto, mientras las marcas europeas se esfuerzan por desarrollar la tecnología del automóvil eléctrico, con la enorme inversión en términos económicos y de fuerza de trabajo que esto supone.
Fabricar en Europa como medida para evitar los aranceles
Por tanto, la industria automotriz europea elevó sus quejas a Bruselas, que no tardó en reaccionar instaurando una medida proteccionista con la que trata de salvaguardar los intereses de sus fabricantes: fuertes aranceles a los coches eléctricos que sean fabricados en China.
Estos aranceles se imponen en diferentes porcentajes en función del grado de participación del gobierno chino en estas marcas. Esta participación se mide en la cantidad de subvenciones que aporta a las empresas, un hecho que sin duda influye en que los costes de producción bajen y en que los precios de venta puedan ser inferiores. Y así ganan competitividad en Europa.
Con aranceles que pueden llegar a ser de hasta el 45%, la única solución que ven desde las empresas afectadas es que sus coches se fabriquen en Europa. Algunas de ellas, como es el caso de Chery Auto, ya construyen sus vehículos en España, mientras que otras están trabajando para establecer fábricas y centros de producción de repuestos en el Viejo Continente.
En este caso, las marcas consiguen evitar los aranceles, ya que ensamblarán sus coches en Europa, lo que obliga a contratar mano de obra local (más cara que en China) y no pueden contar con las ayudas del gobierno chino.
La amenaza de estos aranceles ha llevado a varias marcas a plantear la fabricación de sus coches chinos localmente. Por ejemplo, Chery fabricará el Omoda 5 eléctrico en las antiguas instalaciones de Nissan ubicadas en la Zona Franca de Barcelona a partir de octubre de este año. Lo mismo ocurrirá con Jaecoo, mientras que los modelos de Ebro ya se ensamblan en Barcelona.
Mientras tanto, otras marcas están inmersas en un proceso que las llevará a establecer plantas de producción de automóviles en Europa, y será a nivel local donde se construirán sus coches chinos para su posterior comercialización, algo con lo que lograrán evitar los tan temidos aranceles que afectan directamente al precio de venta del producto.
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Etiquetas: China, Coches chinos