Tu historia
Españoles en el extranjero
En La Vanguardia queremos contar tu experiencia en otros países. ¿Te has mudado fuera de España porque tu trabajo está mejor valorado en el extranjero? ¿Has cruzado las fronteras por amor? Si has cambiado de vida lejos de casa, escríbenos a tuhistoria@lavanguardia.es
Nuria estudió un doble grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y Magisterio de Primaria en Valencia, y hace un año, después de opositar, se mudó a Dublín con su pareja. Al principio trabajó en una escuela infantil y ahora está en el sector de Atención al Cliente y Ventas en una empresa internacional.
A día de hoy, asegura que mudarse a Dublín ha sido una etapa genial para conocerse y crecer tanto personal como profesionalmente. “Aunque aprobé las oposiciones con buena nota, sabía que tardaría mucho en que me llamaran, y eso me hizo replantearme mi futuro. Sentía que necesitaba un cambio, y Dublín me ofrecía la posibilidad de ejercer mi profesión y crecer tanto a nivel laboral como personal”, explica para La Vanguardia.
Salarios más altos, flexibilidad y variedad de oportunidades marcan la diferencia con España
¿Qué diferencias encuentra entre el entorno laboral en España y en Irlanda?
Principalmente, la diferencia más obvia y que más se nota es el salario. Es cierto que la vida en Irlanda es más cara, pero los salarios también son mucho más altos que en España. Por otro lado, está la flexibilidad laboral: la mayoría de trabajos en el sector corporativo, especialmente en la industria tecnológica, permiten trabajar desde casa, incluso desde España. Algunas empresas ofrecen trabajos a media jornada o solo fines de semana.
Otra gran diferencia es la variedad de trabajos, oportunidades y cantidad de empresas grandes que hay. Aquí, aunque no tengas la carrera universitaria, si tienes un buen nivel de inglés, experiencia y una buena actitud, puedes acceder a puestos muy buenos en empresas como Google, Facebook, LinkedIn, etc., algo que en España puede ser mucho más complicado.
Nuria, española viviendo en Dublín
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En su experiencia, ¿cómo son los horarios de trabajo y la organización de las jornadas laborales en Dublín?
Depende mucho del sector y del tipo de trabajo. Por ejemplo, cuando trabajaba en la escuela infantil, que aquí se llaman creche, tenía un horario normal de 8 de la mañana a 5 de la tarde. Ahora, en la empresa en la que estoy, los turnos se dividen entre AM shift, que es por la mañana, y PM shift. Yo estoy en el turno de la tarde, de 12:30 a 9 de la noche, porque trabajamos con clientes y ciudades internacionales y hay que adaptarse a las diferencias horarias.
En mi empresa permiten librar los fines de semana o no, tener un contrato de 20 horas, 25 horas o jornada completa. La organización y los tipos de contrato son muy flexibles, y eso permite adaptarse a las distintas necesidades de cada uno.
¿Cuál es el salario medio en su sector y cómo se compara con el coste de vida en la ciudad?
El salario suele variar bastante según la empresa, pero normalmente se mueve entre 28 y 32 mil euros al año. Dependiendo de la empresa y la experiencia, puede haber algún salario más bajo o llegar hasta 35-40 mil en roles más senior o especializados. En cuanto al coste de vida en Dublín, lo más caro suele ser la vivienda, es la parte que más impacta en el presupuesto.
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En cuanto a la alimentación y productos del día a día, depende mucho del tipo de supermercado, pero tanto yo como mis amigos coincidimos en que la compra nos suele salir más barata que en España. Si hablamos de restaurantes o pubs, el precio es mucho más elevado que en España. Otros servicios, como gimnasios, academias de idiomas o alquiler de coche, también suelen duplicar el coste de España. Aun así, con un salario medio en este rango, se puede vivir bien e incluso ahorrar bastante.
Vivienda y vida social
¿Cómo gestiona la vivienda y la convivencia con otros compañeros? ¿Es fácil encontrar alojamiento?
Para nada. Encontrar alojamiento no es fácil, de hecho es de lo más complicado cuando vienes a Dublín, mucho más que encontrar trabajo. En mi caso, me mudé con mi pareja y, por suerte, conseguimos piso desde España. Hay muchos grupos de WhatsApp, Facebook y páginas específicas de Dublín donde se ofertan viviendas, y gracias a eso pudimos contactar con una pareja de españoles que buscaba compañeros para la otra habitación, y esa fue nuestra casa durante el primer año.
Más tarde, hace unos meses, decidimos mudarnos a otra casa solo nosotros, y nos costó muchísimo encontrarla: muchas visitas y fue desesperante. Finalmente tuvimos suerte y dimos con un piso en pleno centro, pero realmente fue cuestión de mucha insistencia. Encontrar vivienda aquí es una carrera de fondo.
¿Cómo describiría la vida social en Dublín y la relación con otros españoles o locales?
La vida social aquí es increíble y muy variada, aunque el tiempo no siempre acompaña. Dublín está llena de pubs con mucho encanto, que suelen tener música en directo todos los fines de semana. Además, aunque la ciudad no es muy grande comparada con otras capitales internacionales, está rodeada de pueblos y naturaleza. En primavera y otoño es común alquilar un coche o coger el tren para hacer rutas por la playa o la montaña.
Nuria en Dublín
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También hay una gran comunidad de hispanohablantes. Existen muchos espacios donde puedes conocer gente haciendo distintas actividades. Tanto mi pareja como yo formamos parte de una comunidad llamada Dublineros, creada por dos chicos españoles, con grupos de todo tipo y planes muy chulos. La gente es muy maja y siempre intenta ayudarte, tanto compañeros de trabajo como cualquier persona que necesites. Además, aquí no solo hay españoles, sino gente de otros países, y al final todos estamos en la misma situación, lejos de casa, por lo que nos apoyamos mutuamente.
Desde su experiencia, ¿qué retos principales enfrentan los recién llegados al mudarse a Dublín?
Uno de los principales retos es, sin duda, encontrar alojamiento. Te piden muchas cosas: demostrar que tienes trabajo, referencias, depósitos, etc. Otro reto importante es adaptarse al clima. Al principio puede ser muy duro el frío y que se haga de noche muy pronto en invierno, pero te acabas acostumbrando.
También destacaría el acento de los irlandeses, que al principio cuesta entender porque es muy diferente a lo que estamos acostumbrados, y la sanidad, que no es completamente pública como en España y es muy cara, por lo que es importante informarse y, en algunos casos, tener seguro médico puede venir bien. Algunas empresas ofrecen ayudas médicas como beneficio a sus empleados.
¿Qué consejos daría a alguien que esté pensando en trasladarse a Dublín por trabajo?
El principal consejo es que confíen. Al principio puede parecer que las cosas no salen o que todo se complica: el alojamiento es difícil de encontrar, a veces el primer trabajo que consigues no es el tuyo, el clima cuesta y al estar lejos de casa puedes sentirte solo. Además, hay varios trámites y papeleos que pueden resultar frustrantes.
A nivel laboral, hay muchísimas oportunidades pero también bastante competencia. Lo importante es trabajar en uno mismo, tener ganas de aprender, iniciativa para diferenciarse del resto y hacer contactos. Mi consejo es no dejarse intimidar y ser conscientes de la gran suerte que supone vivir en una ciudad llena de oportunidades.
Flexibilidad laboral y proyectos personales enriquecen la experiencia de vivir en la ciudad
¿Cómo compagina su trabajo en atención al cliente y ventas con su vida personal?
He tenido la suerte de que mi empresa es bastante flexible. El ambiente es muy bueno, hacen cosas chulas y el trabajo resulta llevadero. Por ejemplo, tengo horario de tarde y puedo trabajar desde casa siempre que quiera, ya que ir a la oficina es totalmente opcional. Además, cuando lo necesito, también puedo trabajar por la mañana. Eso me da mucha libertad para organizarme y aprovechar mejor el tiempo. Actualmente compagino mi trabajo con un proyecto personal que desarrollo junto a una amiga, llamado Numa.
Se trata de una comunidad enfocada en el bienestar físico y mental, así como en el crecimiento personal y profesional. Es algo que disfruto mucho y que también se ha convertido en una parte clave de mi vida social. Además, siempre saco ratitos libres para hacer planes con amigos, conocer gente nueva, ir a eventos o hacer actividades que hay por aquí. En Dublín siempre hay algo que hacer, y el ambiente es muy divertido, así que intento aprovecharlo al máximo.
¿Qué aspectos positivos destacaría de vivir en Dublín frente a España?
Lo que más destacaría son las oportunidades que hay en Dublín. Debido a la gran oferta de empresas, especialmente tecnológicas, se valoran mucho más las habilidades y la experiencia que los estudios en sí. Yo, por ejemplo, en España he estudiado dos carreras, y con ellas solo podía trabajar de maestra, mientras que aquí, con otras habilidades, tanto sociales como técnicas, y un buen nivel de inglés, he podido trabajar en un entorno completamente diferente.
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Esta libertad profesional te permite explorar trabajos o sectores que ni siquiera sabías que te gustaban. Además, es un lugar donde conoces a personas de muchos países, y eso enriquece muchísimo. Personalmente, me encanta la ciudad. Está rodeada de pueblos con playas y paisajes muy bonitos, y una naturaleza increíble que merece la pena descubrir.
¿Hay algo que le hubiera gustado saber antes de mudarse y que ahora compartiría con otros?
Creo que me hubiera gustado saber que al principio todo cuesta un poco, pero que realmente merece la pena. Mi experiencia puede sonar idealizada, pero también hay momentos en los que te sientes un poco perdida o frustrada.
Fotografía de la ciudad
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Hay muchas oportunidades laborales, pero los trabajos de oficina no llegan solos: hay que esforzarse, cuidar el perfil profesional, tener un buen nivel de inglés y estar siempre al día para poder diferenciarse, porque hay gente muy válida y preparada. Cuando llegamos hace un año parecía que no había tanta competencia, pero ahora sí que se nota más. Para abrirte paso en este mundo, es importante trabajar duro y tener constancia.
Aun así, con buena actitud, todo acaba encajando: mejoras el inglés, haces amigos, consigues estabilidad y poco a poco sientes que tu vida se asienta aquí. Al final te das cuenta de que mudarte a Dublín ha sido, sin duda, una de las mejores decisiones que podías tomar.