¡HARFUCH REVELA cómo ASES1NARON a CARLOS MANZO frente a todo su pueblo!

Buenos días, México. Soy Omar García Harfuch. Anoche, en el corazón de Uruapán, un evento familiar se convirtió en una escena de terror. Eran las 21:58 horas cuando el alcalde Carlos Alberto Manso Rodríguez caminaba entre la multitud del festival de velas. A su alrededor había música, niños y cámaras. En segundos, el sonido de las detonaciones rompió la calma. Tres disparos a corta distancia. El objetivo era claro. Manso cayó herido frente a su gente. El caos fue inmediato. Decenas de personas corrieron buscando refugio detrás de los puestos y los muros del jardín principal. El agresor intentó escapar entre la multitud, pero fue alcanzado por los escoltas municipales. Hubo intercambio de fuego. Uno de los atacantes fue abatido y dos más quedaron detenidos. La zona quedó asegurada minutos después. A las 22:10 horas recibí el primer reporte desde el C5 de Michoacán. Confirmaba ataque directo al presidente municipal de Uruapán. Ordené contacto inmediato con la Guardia Civil y con la Fiscalía del Estado. La instrucción fue una localizar el origen del atentado y preservar toda evidencia. Paramédicos intentaron reanimar a Manso en el lugar. Lo trasladaron al hospital regional, pero llegó sin vida. Los impactos fueron certeros. A menos de 3 m de distancia. Un ataque planificado. Las luces de las velas siguieron encendidas en el piso mientras la plaza quedaba vacía. Horas antes, el alcalde había dicho frente a las cámaras que no pensaba rendirse ante el crimen organizado. Esa frase ahora era su despedida. Lo ocurrido en Uruapán no fue un hecho aislado, fue un mensaje, una advertencia al poder local y a quienes todavía se atreven a desafiar a los grupos que dominan la región del aguacate. Minutos después del ataque, la zona centro de Uruapán fue completamente cerrada. Agentes municipales, guardia civil y personal del ejército desplegaron un cerco de emergencia. Los asistentes que aún quedaban fueron evacuados. El suelo estaba cubierto de velas rotas, teléfonos abandonados y restos de ropa manchada de sangre. En medio del caos, un niño lloraba buscando a su madre. Esa imagen bastó para entender la magnitud del crimen. El cuerpo del agresor abatido fue identificado de inmediato. Portaba un arma corta calibre 9 mm con cargador extendido. En su mochila había un teléfono con mensajes recientes y una fotografía del alcalde tomada minutos antes del ataque. Todo fue asegurado y enviado al laboratorio pericial. A las 22:45 horas se instaló un puesto de mando. Ordené que las cámaras del C5 y las de los comercios cercanos fueran descargadas cuadro por cuadro. La ruta de los agresores quedó grabada desde su llegada. Dos de ellos habían arribado en motocicleta y uno más a pie. Permanecieron ocultos entre los asistentes, esperando la señal. El disparo fue simultáneo y a corta distancia. En la madrugada, el gabinete de seguridad estatal confirmó dos detenidos, ambos con antecedentes portación de armas y vínculos con células delictivas de la región. Uno de ellos declaró que habían sido contratados tres días antes. No conocían personalmente al alcalde, solo seguían instrucciones. Las investigaciones apuntan a que el atentado fue ordenado por un grupo que opera en la zona serrana entre Uruapan y Paracho, un territorio en disputa por el control del aguacate y las cuotas de protección. El asesinato de Carlos Manso no fue improvisado. Fue ejecutado con precisión frente a las cámaras y en el evento más concurrido del año, un acto destinado a sembrar miedo y demostrar poder. A las 23:30 horas, el cuerpo del alcalde fue trasladado a las instalaciones del servicio médico forense. En el hospital regional, decenas de ciudadanos aguardaban noticias sin comprender aún la magnitud de lo ocurrido. Las autoridades municipales declararon luto inmediato y el festival quedó suspendido. La ciudad, que minutos antes estaba iluminada por miles de velas, se sumió en un silencio absoluto. Desde el centro de mando iniciamos la reconstrucción del ataque. Los peritos confirmaron tres disparos de arma corta, dos de ellos en la parte superior del torso y uno en el costado. Los proyectiles fueron recuperados para análisis balístico. La distancia no superaba los 3 m. La ejecución fue directa y sin margen de error. El fiscal regional informó que en las cámaras de seguridad los agresores se mantuvieron en posición por más de 20 minutos antes de disparar. Uno de ellos fingía hablar por teléfono. Otro grababa con una cámara deportiva colocada en el pecho. Esa grabación, aún en revisión, podría haber sido usada como prueba para quien ordenó el ataque. A las 0:40, la información ya circulaba en redes sociales. En cuestión de minutos, el video del atentado se había compartido miles de veces. El impacto mediático fue inmediato. No era solo el asesinato de un alcalde, era un desafío abierto al estado. Horas antes de su muerte, Manso había publicado un mensaje en el que pedía protección al gobierno federal. Afirmaba que su administración estaba siendo presionada por grupos criminales que exigían control sobre obras y contratos públicos. Sus advertencias no eran nuevas. Había denunciado amenazas directas semanas atrás. Esa noche las amenazas se cumplieron y el país entero lo vio en tiempo real. El informe balístico recién llegado confirmó algo más brutal de lo que creíamos. Seis disparos, todos a quemarropa, tres impactaron el pecho, dos el abdomen y uno el brazo izquierdo. Ninguno falló. Las trayectorias indicaban que el atacante estuvo a menos de 2 m mirándolo de frente. No hubo aviso ni tiempo para correr. Los casquillos hallados en el suelo formaban una línea perfecta hacia el cuerpo. Fue una ejecución fría planeada para no dejar sobrevivientes. En los audios captados por testigos se escucha la última detonación y luego el grito colectivo de la multitud rompiendo el silencio. Durante la madrugada, equipos de inteligencia comenzaron el rastreo de llamadas y mensajes en los teléfonos de los detenidos. En uno de los dispositivos se encontró una conversación registrada a las 19:1 horas del mismo día del ataque. El mensaje decía, “El objetivo está confirmado. Evento grande, demasiada gente. Espera la orden.” La respuesta llegó una hora después. Ejecuta. Esa palabra bastó. A las 2 las 2 el análisis de cámaras confirmó la ruta de escape que los agresores habían planeado. Un vehículo los esperaba en una calle lateral con placas de otro estado. Dentro se hallaron guantes, gorras y un cambio de ropa. Las huellas digitales coincidieron con antecedentes de uno de los detenidos en 2023 por extorsión. El despliegue de fuerzas continuó toda la noche. Patrullas, unidades tácticas y drones recorrieron la periferia en busca de posibles cómplices. En una casa ubicada en la colonia La Magdalena se localizó un escondite con armas, radios de comunicación y teléfonos encriptados. Todo fue asegurado. A las 4:30 la zona de riesgo estaba bajo control. Desde la capital del estado se coordinaba ya la llegada de elementos federales. En conferencia de prensa, las autoridades locales confirmaron el saldo, un agresor abatido, dos detenidos y el presidente municipal asesinado. Las primeras líneas de investigación señalan que los responsables pertenecen a una célula delictiva que opera bajo la estructura del CJNG. Esa región productora de aguacate ha sido disputada por varios grupos que buscan controlar la exportación y los cobros ilegales. El asesinato de Carlos Manso no fue un ataque fortuito, fue un golpe calculado contra una autoridad que se negó a someterse. La ejecución fue un mensaje. Nadie está fuera del alcance del crimen, ni siquiera quienes lo enfrentan con nombre y rostro. Son las primeras horas después del ataque y el operativo sigue activo. La ciudad de Uruapan continúa bajo resguardo. Las calles del centro permanecen acordonadas mientras peritos forenses levantan evidencia. Los helicópteros sobrevuelan el perímetro para descartar nuevos movimientos. Aún hay unidades en patrullaje constante. El gobernador y el gabinete de seguridad ya se encuentran en sesión permanente. Hemos reforzado la presencia federal y mantenemos comunicación directa con las autoridades locales. El objetivo es, claro, identificar a todos los responsables y asegurar la zona para evitar represalias. Hasta este momento, los dos detenidos se encuentran bajo custodia. Uno de ellos resultó herido durante el intercambio de fuego y está siendo atendido bajo vigilancia. Los interrogatorios se realizarán en cuanto los médicos lo permitan. Las primeras revisiones apuntan a que los agresores recibieron apoyo logístico desde la periferia. Se trabaja en paralelo con la Unidad de Inteligencia Financiera para rastrear movimientos inusuales de dinero en las últimas 72 horas. El ataque no pudo financiarse sin una red detrás. Cada transferencia, cada contacto y cada vehículo utilizado está siendo analizado. Mientras tanto, en la plaza central, las velas que quedaron encendidas siguen iluminando el sitio del crimen. Los vecinos se han reunido de manera espontánea para colocar flores y mensajes frente al ayuntamiento. Nadie entiende cómo un evento cultural terminó convertido en tragedia. El asesinato de Carlos Manso ha sacudido a Michoacán ni al país. Su caso no quedará en silencio. Cada dato, cada nombre y cada conexión será investigada hasta encontrar a quien dio la orden. Son casi las 4 de la mañana y el despliegue continúa. La ciudad está dividida por retenes. Ningún vehículo entra o sale sin revisión. Las luces rojas de las patrullas iluminan las fachadas de las casas. Y en cada esquina hay uniformes vigilando. Los pobladores no recuerdan una noche así. Desde el aire, los drones térmicos detectan movimientos en una zona boscosa cercana al río Cupaticio. Las imágenes muestran siluetas desplazándose entre los árboles. En minutos, un grupo de reacción se moviliza hacia el punto. Nadie habla, solo el ruido de los motores y el zumbido de las hélices. Al llegar, los agentes encuentran una fogata recién apagada, dos motocicletas sin placas y rastros de sangre. Es posible que uno de los atacantes haya escapado herido. Se revisan mochilas, ropa y una radio portátil aún encendida en la frecuencia policial. Alguien escuchaba nuestros movimientos. Ordeno cerrar el perímetro y reforzar el acceso norte. No podemos permitir que el último responsable desaparezca entre la sierra. Cada minuto cuenta. El silencio se vuelve espeso. Solo interrumpido por los pasos sobre la tierra húmeda y el chasquido de las ramas. A las 4:20 se escucha un ruido entre los arbustos. Dos luces apuntan al mismo punto y las órdenes son inmediatas. Alto, manos arriba. Un hombre se levanta lentamente, desarmado, con la ropa cubierta de polvo y sangre seca. Coincide con la descripción de un cuarto participante que había sido visto horas antes en las cámaras. El sospechoso es detenido sin resistencia. Su respiración es agitada, apenas puede hablar. Lo suben a la unidad mientras el amanecer comienza a dibujarse sobre los cerros. Uruapan amanece sitiada. La investigación apenas empieza. El amanecer llegó, pero Uruapán no despertó igual. Las velas del festival siguen encendidas frente al ayuntamiento, mezcladas ahora con flores y silencio. El nombre de Carlos Manso resuena en cada esquina entre la indignación y el miedo. El operativo continúa. Los tres detenidos permanecen bajo custodia y las investigaciones avanzan para identificar a quienes ordenaron el ataque. No daremos un paso atrás. Este crimen no quedará impune. El asesinato de un servidor público en medio de su gente es una herida que atraviesa el país. Es el reflejo de un poder criminal que intenta gobernar a través del terror, pero también es la prueba de que cada vez que lo enfrentan reacciona el Estado, la ley y la fuerza de todos los que no se rinden. Uruapán amaneció sitiada, pero no sola. Seguiremos aquí hasta devolverle la paz que le arrebataron. Y mientras haya alguien dispuesto a desafiar la violencia, cada agresión recibirá respuesta. La justicia no se detiene, ni en la noche más oscura.

El país entero quedó en shock. Durante el Festival de Velas en Uruapan, Michoacán, el alcalde Carlos Alberto Manzo Rodríguez fue asesinado a quemarropa frente a su pueblo. En este video, Omar García Járfuch revela minuto a minuto cómo ocurrió el ataque, las primeras detenciones, la reacción inmediata de las fuerzas de seguridad y la tensión que aún mantiene sitiada la ciudad.
Un operativo narrado en primera persona, con detalles nunca antes contados sobre cómo actuaron los agresores, cuántos disparos se realizaron y qué descubrieron los investigadores esa misma noche.

21 comments
  1. Es una gran perdida
    Así es como todos deberíamos defender nuestra patria
    Sin miedo a perder la vida
    Que Dios lo tenga en su santa gloria
    Descanse en paz así sea amén
    🙏🙏🙏

  2. tengan cuidado co el que llegara como alcalde ya que le quietaron el puedo a Carlos para poner a una rata asquerosa

  3. Disculpe sr harfuch pero el desde hace tiempo que pidió ayuda al gobierno federal y no hicieron nada ahora que murió ya andan moviendo todo ustedes tienen el poder para limpiar Michoacán y todo México despliegue el ejército y barran con los narcos o les tienen miedo ya estamos hartos de que maten líderes limoneros ,aguacateros ,alcaldes intervención militar por favor

  4. Y Que se Gana Harfuch
    con que diga como fue el Asesinato
    Si no puede Prevenirlos cualquier persona puede hablar y decir cómo fue despues de una investigación aquí lo importante es que no se evito cuando ya sabían que podía pasar
    Y ya se hizo costumbre que Llo fuga como fue aquí lo que queremos es que se Eviten y más si ya saben cómo está la Inseguridad

  5. No digas mmdas… la verdad de las cosas es que la presidenta Claudia junto con MORENA son vengativos, recuerden que MANZO era de Morena, pero cuando eligieron al candidato de Morena para la alcandía de Uruapan no eligieron a MANZO, siendo que el estaba mejor posicionado, eligieron a un amigo del Gobernador, cuando todos sabiamos que MANZO era el mejor candidato de URUAPAN, por lo tanto el hizo su propio movimiento del SOMBRERO y ganó… Por eso Caludia y MORENA no lo quieren por que se reveló, por que les hizo peder URUAPAN, por eso nunca le ayudaron, y cuando le ayudaron le quitaron el apoyo en dos meses… así que no me vengas con que ahora si vamos a defender URUAPAN, por que yo puedo entrar y disparar e irme, pero si tienen guardaespaldas entonces hacen algo, por eso agarraron al que disparó , no se si se dieron cuenta que tambien hubo un guardaespaldas herido, no quieran taparle el ojo al macho… Aqui la unica cumplable es Claudia Sheinbaum Pardo, ya que le dijeron durante un año que hiciera su trabajo, por que el municipio solo tiene policias preventivos, y lo que sucede son delitos federales y Claudia Sheinbaum Pardo nunca apoyó. y HARFUCH es el titere de Claudia.

    Que va a pasar?, primero van hacer como que investigan y agarran a una celula delictiva, va a poner a un substituto PRO-MORENA y este va a negociar con los extorcionadores, y URUAPAN seguirá pagando piso. y dirán que ya bajo la delincuencia, pero realmente es que URUAPAN nuevamente estará sometido… Aquí en México si no estas sometido y haces lo que diga el gobierno entonces eres neoliberal.

    Allá tu si quieres vender tu libertad por unos pesos que al final pagarás de más con tu salud, con tu seguridad, con tu tiempo, con tu tranquilidad, con los aumentos de los productos, con el encarecimiento de las viviendas y el pago de la mega deuda que contrajo el gobierno. allá tu si te vale mad.. pero este país no se construyó con agachones drogadictos, huevones, estira manos.

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