La Comisión Europea ha presentado este miércoles el Paquete de Redes Europeas y la iniciativa “Autopistas de la Energía” para ayudar a los Estados miembros aumentar sus interconexiones eléctricas. Un ejemplo claro es el caso de la Península Ibérica, considerada una ‘isla energética’ porque su conexión eléctrica con el resto del continente es mínima. Los tubos eléctricos entre España-Francia apenas permiten transportar entre ambos países el equivalente al 3% de la potencia eléctrica española, mientras que el objetivo comunitario era alcanzar el 10% en 2020 y el 15% en 2030.
El problema se ha puesto todavía más en evidencia después del apagón del pasado 28 de abril, que llevó al Ejecutivo español a aumentar la presión en la Unión Europea ante las históricas trabas de Francia a construir estas infraestructuras. Y la respuesta de la la Comisión Europea ha llegado este miércoles, otorgándose más poder a sí misma para ejercer de coordinador entre los países a la hora de construir nuevas infraestructuras eléctricas, al mismo tiempo que promoverá medidas para acelerar los despliegues con una reducción de los tiempos de obtención de permisos (hasta un máximo 3 años, frente a los 10 actuales).
Además, la Comisión Europea identifica los dos enlaces entre la Península Ibérica y Francia a través de los Pirineos (Navarra y Landres y entre Aragón y Marsillon) como uno de los ocho proyectos prioritarios (lo que la Comisión Europea denomina Autopistas de la Energía), reconoce que el progreso de ambos ha sido “relativamente lento, y es necesario seguir trabajando en los refuerzos internos y en la clarificación del enfoque de financiación”. Y se compromete a trabajar “para facilitar una declaración política conjunta en la próxima reunión ministerial del Grupo de Alto Nivel del Sudoeste de Europa” en el primer trimestre de 2026 con el objetivo de “confirmar el inicio de la implementación de al menos uno de los proyectos y abordar los refuerzos internos necesarios de la red”.
“La Península Ibérica sigue estando insuficientemente conectada con el resto del mercado energético de la UE, con una capacidad transfronteriza actual entre Francia y España limitada a 2,5 gigavatios (GW). Esto dificulta la integración del mercado, impulsa diferenciales de precios persistentes y restringe la integración de las renovables”, reconoce el documento publicado este miércoles por la Comisión Europea, que añade que las dos interconexiones proyectadas elevaría la capacidad entre países a los 8 GW en 2040 (alrededor del 7% de la potencia instalada actualmente en España).
Sin embargo, no está clara la influencia real que estas medidas puedan tener sobre el Gobierno francés y sus reticencias. Preguntado sobre ello, el comisario de Energía, Dan Jørgensen, ha reconocido que “Francia en ocasiones ha tenido sus dudas para mejorar las interconexiones” y le ha recordado que el país “ha evitado 40 apagones al año por estar conectado con los países vecinos”. Acto seguido, Jørgensen ha explicado que la Comisión Europea propondrá nuevas formas de financiación para “distribuir los costes” y “aunar proyectos”.
“Quizás un proyecto no es atractivo para un país, pero sí lo puede ser si le lleva a sacar adelante cinco proyectos más que sí son atractivos. Y a una escala mas técnica, las diferentes hipótesis de planificación permitirán identificar las lagunas existentes para facilitar conversaciones entre países”, ha añadido el comisario de Energía, al lado de la actual vicepresidenta de la Comisión Europea y hace poco más de un año ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, que fue mucho más escueta y se limitó a añadir que “este paquete permitirá que Europa salga mucho mas unida en el sector energético”.
Corredor de hidrógeno
Bruselas también sitúa el Corredor de Hidrógeno del Suroeste, en el que se integra el H2Med, para transportar este vector energético de Portugal a Alemania como otro de los ocho proyectos prioritarios. En este caso reconoce que el progreso “ha sido limitado y persisten varios desafíos, entre ellos la falta de adopción, demoras en la implementación regulatoria, dificultades para asegurar financiamiento y coordinar medidas de reducción de riesgos a lo largo del corredor, y prioridades estratégicas entre los Estados miembros para garantizar que el corredor genere beneficios compartidos para todos los participantes”.
Y promete una “sólida coordinación y un renovado apoyo político a través del Grupo de Alto Nivel del Suroeste” para acelerar el proyecto. “La próxima Reunión Ministerial del Grupo de Alto Nivel sobre el Sudoeste de Europa, que se celebrará en el primer trimestre de 2026, contribuirá a intensificar los esfuerzos y facilitará el intercambio entre los Estados miembros sobre aspectos técnicos, financieros y de reducción de riesgos clave para el desarrollo del corredor”, añade.
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