El Documento Nacional de Identidad (DNI) se ha convertido en un pilar fundamental de la sociedad española actual, simbolizando la identificación y la legalidad de cada ciudadano. Aunque puede sorprender, la idea de un documento identificativo no es universal. Por ejemplo, en el Reino Unido, la propuesta de implementar un sistema similar por el exprimer ministro Tony Blair enfrentó fuertes críticas y parodias.

La historia del DNI en España comienza oficialmente con un decreto del 2 de marzo de 1944, que establecía la necesidad de identificar legalmente a cada persona mediante un número único. Este sistema se instauró en un contexto de dictadura bajo el mando de Francisco Franco. De hecho, el propio Franco recibió el DNI número uno en 1951, seguido por su esposa Carmen Polo y su hija Carmen Franco. Los números del DNI para la familia real se reservaron del 10 al 99, empezando por el rey emérito Juan Carlos I.

Evolución del diseño del DNI

El diseño inicial del DNI fue resultado de un concurso público en 1946, ganado por Aquilino Rieusset Planchón, quien propuso un modelo rectangular verde que incluía fotografía, datos personales y huella dactilar. Este diseño se mantuvo hasta 1961, cambiando luego a un tono azul oscuro y reduciendo su tamaño. En 1981, se añadió el escudo constitucional al documento.

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Antes del DNI, existían documentos como cartas de identidad para comerciantes y salvoconductos de viaje desde el siglo XIX. En 1824, Fernando VII inició la formación de una policía moderna, y en 1844 se fundó la Guardia Civil, marcando el inicio de una estructura organizada de cuerpos de seguridad que permitía recopilar datos básicos de los ciudadanos.

Las cédulas de vecindad del siglo XIX

En 1854, las cédulas de vecindad fueron introducidas como el primer documento de identificación personal en España. Aunque algunos sugieren que su propósito era control social durante levantamientos contra Isabel II, otros argumentan que servían más bien como comprobantes fiscales para determinados sectores de la población.

La idea de un documento de identidad nacional cobró fuerza durante la dictadura de Franco, tras varios intentos fallidos en gobiernos anteriores. La implementación comenzó primero con prisioneros y personas bajo vigilancia, extendiéndose gradualmente a toda la población. Para 1955, no poseer un DNI se consideraba una infracción legal.

Este recorrido por la evolución del DNI en España, desde sus primeros antecedentes hasta su consolidación, refleja cómo los sistemas de identificación han moldeado la interacción ciudadana y el control estatal. Según información de ‘National Geographic’, el DNI no solo es un requisito legal, sino también un fascinante espejo de la historia y la cultura de un país.