La OCDE acaba de difundir un informe que pone el foco en la importancia que tiene la dinámica empresarial (entrada y salida de empresas, reasignación del empleo entre empresas, etc.) en la productividad y el crecimiento económico, aportando evidencia del caso español.
Las start-ups (nuevas empresas) generan competencia en los mercados, lo que estimula las ganancias de productividad y la creación de empleo.
Los resultados que ofrece el informe son preocupantes, ya que demuestran que el peso de las start-ups (empresas de hasta dos años de antigüedad) ha caído después de la crisis de la Covid-19 de forma acusada en el sector de las manufacturas y los servicios, situándose por debajo de la media de los países europeos analizados (Alemania, Finlandia, Italia, Eslovenia, España, Francia, Portugal y Reino Unido).
Así, en las manufacturas el peso es del 8,4% y del 13,8% en los servicios no financieros, frente al 9,9% y 14,9%, respectivamente, en las empresas europeas. Como señala la OCDE, esta caída post Covid se inició ya en 2017, situándose en niveles muy por debajo de los que existían a mediados de la década de los 2000.
Otro resultado también preocupante hace referencia al crecimiento de las empresas que sobreviven cinco años. Si bien el porcentaje de empresas que sobrevive ese periodo es parecido en España en relación al grupo de países de referencia (55% en las manufacturas y 44% en los servicios), el crecimiento del empleo es claramente menor, de solo el 67% en las manufacturas (frente al 102% en el resto de países) y del 36% en los servicios no financieros (versus 77%).
La OCDE llama la atención sobre aspectos que limitan el crecimiento como los contables, laborales o fiscales
¿Qué factores pueden explicar este menor crecimiento del empleo en España? El informe señala el bajo esfuerzo inversor en I+D, insuficiente stock de capital TIC, barreras regulatorias y restricciones financieras. En el caso de la regulación, la OCDE llama la atención sobre aspectos que limitan el crecimiento como los contables, laborales o fiscales.
En relación a la importancia de las empresas de nueva creación, la caída que se observa en los años más recientes afecta al hecho de que España encabeza el ranking de la UE-27 en tasa de paro (también de la OCDE), dada la importancia que estas empresas tienen en la creación de empleo.
Otro aspecto que limita las ganancias de productividad en España es la importancia relativa que tienen las micro empresas (menos de 10 empleados). En España, este tipo de empresas concentra el 16% del empleo en las manufacturas y el 34% en los servicios, frente a porcentajes del 11% y 25%, respectivamente, en los países de referencia.
El hecho de que este tipo de empresas alcance menores niveles de productividad y de que pesen tanto en nuestra economía, contribuye a los pobres resultados agregados de ganancias de productividad.
El último párrafo del informe de la OCDE (en el que ha participado el Ivie proporcionando los datos de España) señala los factores que pueden explicar el reducido peso que en España tienen las grandes empresas: el bajo porcentaje de empresas que compiten en mercados globales (lo que a su vez tiene que ver con el reducido esfuerzo innovador); barreras a la reasignación eficiente de los factores de producción, lo que impide el crecimiento de las grandes empresas; dificultades para disponer de mano de obra cualificada; y, ¡sorpresa¡, la corrupción!
Aunque la OCDE no se extiende en la explicación, sí incluye la corrupción como un factor explicativo del bajo porcentaje de grandes empresas.
En resumen, son muchos los factores sobre los que hay que incidir en España si queremos reducir la brecha que nos separa de la productividad y el PIB per cápita de los países desarrollados. Y la dinámica empresarial influye y mucho sobre los pobres resultados de la economía española. Por tanto, no pongamos frenos ni al crecimiento ni a la creación de empresas con barreras de todo tipo.
*** Joaquín Maudos es catedrático de economía de la Universidad de Valencia, director adjunto del Ivie y colaborador del CUNEF.