España y Francia, con sistemas educativos con importantes similitudes, tienen un problema con la enseñanza de las matemáticas y las ciencias en la etapa de Primaria. En vísperas de una nueva revolución tecnológica en la que es probable que ambas materias sigan cobrando importancia, estos … malos resultados se traducirán en importantes pérdidas económicas para ambos países: de 44.000 millones de euros en Francia y de 7.000 en nuestro país. En el país vecino las pérdidas en salarios son mucho mayores porque las tasas de fertilidad son mucho más elevadas y los resultados son mucho peores que en España. Las estimaciones son de Esade, que ha publicado un nuevo informe en el que se busca explicación a los bajos resultados de estos dos países a partir del análisis de microdatos de las pruebas TIMSS.
Para poder medir la contribución ‘en neto’ de los sistemas educativos al aprendizaje, los autores del informe han descontado el contexto social, económico y cultural de los alumnos y las familias. El nivel socioeconómico, como es evidente, marca los resultados académicos y también la tasa de empleabilidad de los jóvenes. Sabemos que hay más probabilidad de que el hijo de dos universitarios termine yendo a la universidad. De hecho, el reciente descenso de los resultados en matemáticas y ciencias puede atribuirse en gran medida al empeoramiento de las condiciones sociales en la infancia. Cada vez más niños, reporta el informe, declaran llegar con hambre a la escuela, con un aumento del 50% en España y del 55% en Francia, y con casi la mitad de los alumnos franceses de cuarto curso declarando sentir hambre todos o casi todos los días.
El sistema penaliza a los estudiantes de familias con más recursos, con peores resultados en estos países que sus pares de la OCDE
Sin embargo, ¿qué nos dirían los datos de nuestros sistemas educativos si descontáramos el contexto social, económico y cultural? ¿Tendríamos una educación que busca la excelencia o más bien que prima la equidad? Según Esade, más bien lo segundo. Tanto en Francia como en España, los niños más aventajados socialmente son los que están más alejados de sus semejantes de la OCDE. Nos referimos a los niños cuyos padres tienen más estudios, ejercen profesiones más cualificadas o poseen abundantes bienes culturales como pueden ser los libros.
Diferencia en
puntuaciones TIMSS
Resultados de España y Francia comparados
con la media OCDE por clase social
Diferencia en puntuaciones TIMSS
Resultados de España y Francia comparados con la media OCDE por clase social
Pues bien, estos niños en Francia y en España obtienen resultados académicos mucho peores que los de su misma clase social en el resto de países de la OCDE. Por el contrario, los resultados de los estudiantes más desfavorecidos son similares en ambos países a los de la media. «Esto indica que el sistema no es puramente meritocrático, no busca la excelencia sino que prima la equidad, que no es suficientemente ambicioso», expone Lucas Gortazar, que es el autor del informe junto con el francés Paul Cahu, experto internacional en materia educativa. Es decir, España (y Francia de forma aún más acusada) llevarían años igualando a la baja.
Brecha lingüística
El informe también se fija en el aumento de la brecha entre la lengua que se habla en el hogar y la que se emplea en los colegios, especialmente en España: el 32,1% de los alumnos de Primaria nunca o a veces hablan la lengua de enseñanza en el hogar. Según explica Gortazar a este periódico, esto se debe tanto a la población extranjera que llega a nuestro país como a los inmigrantes de segunda generación, ya españoles, que no hablarían castellano en el entorno familiar. Sin embargo, también influye la realidad que se vive en comunidades como País Vasco o Cataluña, donde en muchos casos la lengua cooficial se impone en el entorno educativo y no en el hogar, o a la inversa.
Los datos muestran que las competencias académicas de los profesores de Primaria y Secundaria no son un obstáculo, con la excepción de los maestros de Primaria españoles. El clima de aprendizaje que se respira en las aulas está cerca de la media de la OCDE, pero ha empeorado en varios países y especialmente en el nuestro. En España el acoso escolar no es un problema como sí lo es en Francia, aunque los alumnos tienen menos confianza en sí mismos que los del resto de la OCDE. ¿Y las soluciones? Esade propone mejorar las condiciones de aprendizaje en la escuela, incluyendo programas de desayuno y alimentación. Además, apuntan a elevar las expectativas de aprendizaje de los alumnos y las competencias académicas de los profesores, así como simplificar los planes de estudios creando un currículo más ágil. Por último, apuestan por invertir en programas de apoyo eficaces, dando prioridad a las tutorías en pequeños grupos y a la aplicación radical de recursos en Primaria para abordar de manera urgente las brechas de aprendizaje.