Un total de 4.960 subestaciones eléctricas en España no cuentan con capacidad disponible, lo que equivale al 82,4% de las 6.023 instalaciones analizadas, según un estudio elaborado por El Foro Industria y Energía y la consultora Opina 360. El dato refleja la presión que afronta la red de transporte y distribución en un momento clave para la transición energética.

El análisis apunta a un elevado nivel de saturación en las infraestructuras, lo que limita la posibilidad de incorporar nueva potencia de generación renovable o facilitar el desarrollo de proyectos de autoconsumo industrial. La falta de capacidad disponible se convierte, así, en un obstáculo para acelerar la descarbonización de la economía y para atraer nuevas inversiones en sectores intensivos en energía.

Rápido crecimiento de demanda eléctrica

De acuerdo con los expertos, la situación responde tanto al rápido crecimiento de la demanda eléctrica como al incremento de solicitudes de conexión procedentes de parques solares y eólicos. Sin embargo, el ritmo de adaptación de la red no ha avanzado al mismo compás, generando un desequilibrio entre la oferta de proyectos y la infraestructura existente.

El estudio subraya la necesidad de invertir en la ampliación y modernización de las subestaciones, así como de mejorar los procesos de planificación para anticipar las necesidades del sistema eléctrico. Para los analistas, resulta esencial establecer una estrategia coordinada entre administraciones, operadores y empresas que permita desbloquear la capacidad y dar respuesta a las crecientes demandas del tejido productivo.

La fotografía que ofrece el informe sitúa a España frente a un reto estructural: garantizar que la red eléctrica no se convierta en un cuello de botella en pleno proceso de transición energética. En palabras del sector, se trata de una condición indispensable para asegurar competitividad, sostenibilidad y seguridad de suministro en los próximos años.

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