La Unión Europea ha lanzado un ambicioso plan para reforzar su soberanía digital con la creación de cinco gigafactorías de inteligencia artificial. Estas instalaciones, que integrarán más de 100.000 ‘chips’ avanzados, estarán destinadas a entrenar y desplegar modelos de IA generativa y proyectos de alta complejidad, con el objetivo de triplicar la capacidad de los centros de datos en los próximos siete años y reducir así su dependencia tecnológica. Con el Plan de Acción AI Continent, Bruselas quiere triplicar la capacidad de cómputo de Europa antes de 2032 y reducir su dependencia tecnológica de Estados Unidos y China.

Austria, República Checa, Dinamarca, Alemania, Países Bajos y España figuran entre los países interesados en acoger las futuras gigafactorías de IA. Se suman a otras candidaturas destacadas como Finlandia (con el superordenador LUMI y cooperación regional), Italia (basada en el superordenador Leonardo y la colaboración internacional) y Francia (con foco en soberanía tecnológica, sostenibilidad e infraestructuras locales).

En total, la Comisión Europea ha recibido 76 propuestas provenientes de 16 países. Las instalaciones seleccionadas deberán estar operativas entre 2027 y 2028 y contarán con hasta un 35 % de financiación pública.

Gigafactorías de IA, un impulso para la productividad y la industria europea

Las gigafactorías de IA son instalaciones a gran escala dedicadas al desarrollo y entrenamiento de modelos de IA de próxima generación que contienen billones de parámetros. Cuentan con decenas de miles de procesadores y sistemas de almacenamiento interconectados, capaces de manejar enormes volúmenes de datos.

Están diseñadas para impulsar la innovación en todo el tejido productivo europeo y soportan desde procesamiento masivo de lenguaje natural y visión artificial hasta aplicaciones industriales y biomédicas.

Contar con gigafactorías propias permitiría a empresas, startups, centros de investigación y administraciones acceder a computación avanzada sin depender de infraestructuras externas. Esto facilitaría el desarrollo de aplicaciones en sectores clave como:

Banca y finanzas: al propiciar modelos de IA generativa para atención al cliente o análisis de riesgo.
Industria y manufactura: mediante procesos optimizados y predicción de fallos.
Salud, energía y clima: por su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos en tiempo real.

Para la Comisión Europea, las gigafactorías no solo son un paso adelante en términos tecnológicos, sino una forma de asegurar que Europa mantiene la autonomía en un ámbito crítico. Frente a la dependencia de servicios de computación en la nube dominados por grandes compañías estadounidenses, la UE busca crear su propia infraestructura estratégica.