Pasaba la una de la madrugada cuando la pareja alemana formada por Tim Puetz y Kevin Krawietzderrotaba a los argentinos Andrés Molteni y Horacio Zeballos, el compañero en el circuito de Marcel Granollers, para citarse con España en las semifinales de la Copa Davis el sábado. La resolución de la eliminatoria entre Alemania y Argentina tuvo todos los ingredientes que han convertido en legendaria a la Copa Davis. Alternativas constantes, casi tres horas de pelea, cinco pelotas de eliminatoria para los alemanes, tres para los argentinos… Los germanos terminaron imponiéndose por 4-6, 6-4 y 7-6 (12/10) después de un “tie-break” agónico.

Antes, Alexander Zverev había cumplido con su papel de favorito ante Francisco Cerúndolo por 6-4 y 7-6 (7/3). La estrella alemana se encargó de igualar la eliminatoria. Después del éxito de Tomás Etcheverry ante Jan-Lennard Struff, Zverev, número 3 del mundo, frustró todo el esfuerzo de un Cerúndolo que cayó derrotado con honor, tras un partido de poder a poder y en un “tie-break” en el segundo set en el que claudicó definitivamente.

Se lanzó incluso al suelo para llegar a una bola que supuso, finalmente, el 0-3 para Zverev en ese desempate. Pero antes, la batalla fue muy igualada. El germano, que comentó en varias ocasiones que no es muy apasionado de este formato de la Davis, consiguió quebrar el servicio de Cerúndolo para poner el 4-2 y encarrilar la manga.

En el segundo envite, eso sí, no pudo encontrar una grieta en el muro del argentino hasta que llegó al “tie-break”. Ahí emergió su mejor juego. Se agigantó en el momento clave del partido, su experiencia y nivel marcaron la diferencia en el duelo entre las mejores bazas de ambos combinados. Arrasó a Cerúndolo en ese “tie-break”. Se puso 4-0 arriba y lo cerró con un cómodo 7-3.

Zverev aprovechó su favoritismo en una pista que le beneficia para igualar la eliminatoria.

Antes Tomás Etcheverry superó a Jan-Lennard Struff, por 7-6 (7/3) y 7-6 (9/7). El argentino, número 60 del mundo, superó en dos sets al 84 del mundo en el duelo de segundos espadas de la eliminatoria.

Lo hizo tirando de orgullo Etcheverry, remontando el 4-2 en contra que le infligió Struff con un “break” que bien pudieron ser dos. Sobrevivió el argentino salvando tres bolas de rotura, momento en el que cambió por completo su partido. Sumó tres juegos seguidos, devolvió el “break” y condujo el envite a un desempate en el que volvió a comenzar cediendo su saque, pero su reacción fue inmediata. Quebró dos seguidos de Struff y, con 4-1, encarriló la manga para, en la segunda bola de set, ganar el partido.

La competitividad de Etcheverry fue la verdadera ganadora. Volvió a estar contra las cuerdas nada más comenzar el segundo set, pero salvó tres bolas de rotura para colocar el empate a uno en el marcador.

El partido volvió a llegar al inevitable desempate porque Struff no encontró argumentos para superar a Etcheverry, agigantado. En el “tie-break”, el argentino salvó una bola de set y aprovechó su segunda oportunidad de cerrar el duelo. Al final fue la única victoria albiceleste en la eliminatoria.