Dagoberto Escorcia

Domingo, 7 de septiembre 2025, 00:47

Aryna Sabalenka, 27 años, ha entrado en la historia del Open de Estados Unidos. Es la primera que defiende el título con éxito en los últimos once años. La última fue Serena Williams. La bielorrusa se coronó ayer por segunda vez consecutiva en Nueva York y amplió su liderazgo en el circuito. La estadounidense Amanda Anisimova, 24 años y octava del mundo, se quedó con las ganas de convertirse en la séptima campeona en doce años en estrenar corona en Flushing Meadow. Perdió en dos sets por 6-3 y 7-6 (3), en una hora y 34 minutos.

Sabalenka era la favorita. Era su tercera final consecutiva de Grand Slam en la temporada. Había perdido las finales del Open de Australia y Roland Garros. Anisimova dominaba en los enfrentamientos particulares 6-3, siendo la última victoria en las semifinales de Wimbledon de este año. Después en la final recibió tal lección por parte de Iga Swiatek que la hizo llorar cuando pronunciaba su discurso. El 6-0, 6-0 fue humillante. En cambio la derrota de ayer no lo fue. Dio la cara, resistió, luchó y hasta tuvo oportunidades para por lo menos forzar un tercer set.

En cuanto ganó el tie-break y vio que el título era otra vez suyo, Sabalenka se tiró a la pista y lloró. Era otra vez una tenista feliz. No podía ser que esta vez el título se le escapara. Había demostrado durante todo el torneo su poder. Un fenomenal juego, y una mentalidad ganadora. Después se fue al palco donde se encontraban sus familiares y su equipo, y allí se desahogó más mientras Anisimova contemplaba la escena con ojos vidriosos; unos minutos más tarde no aguantaría más y fue captada llorando su derrota. Había perdido su segunda final consecutiva. Pero en esta ocasión podía irse sin más dolor que ese. El de una derrota digna. Que seguramente para ella, que soñaba con repetir el título que consiguió cuando era junior ante Coco Gauff, habría colmado todas sus aspiraciones en este momento de su carrera.

Como todas las finales, las dos jugadoras comenzaron con nervios. Sabalenka pronto rompió el servicio de su rival para ponerse 2-0 por delante. Pero a continuación, Anisimova le dio la vuelta al marcador (2-3). Entonces se fue del partido. Sabalenka bordó su juego y sumó cuatro juegos consecutivos. Anisimova cometió más errores (15) por solo cuatro de su rival. Así no podía ganar.

En el segundo set, la rusa parecía haber cogido carrerilla hacia el título cuando en el séptimo juego se puso 4-3 por delante al romper el saque de su adversaria, y mucho más cuando ganó su servicio y se quedó a un juego de la victoria. Pero entonces Anisimova reaccionó. Jugaba ante su público y quiso dar el resto. Forzó el tie-break, donde no pudo con el mejor servicio de Sabalenka.

La tenista bielorrusa se va con su cuarto ‘major’ bajo el brazo, cinco millones de dólares de premio y la victoria número 100 de su carrera y 56 en lo que va de año.

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