La lluvia quiso romper la quinta de abono de la Feria Taurina del Arroz, pero novilleros y ganaderías rompieron por complejo el mal presagio de la tarde, que comenzó con más de media hora de retraso debido a la lluvia, que hizo presencia durante buena parte de la tarde. Trabajo sobresaliente el de los areneros para que el ruedo tuviera unas mínimas condiciones.
Una tarde donde Joao D’Alba abrió la segunda Puerta Grande de la Feria. Borja Ximelis y Adrián Centenera consiguieron un trofeo por coleta, con un desafío ganadero de Miura y Prieto de la Cal de buena presentación y bravos, y con la plaza rozando el cartel de ‘No hay billetes’.
Con garbo y soltura saludó Borja Ximelis al primer miura de la tarde, bien presentado para, tras varas, abrochar la suerte con una media belmontina. Vibrante suerte de banderillas colocadas por los tres novilleros. Muy buena condición y mucho que torear tenía el miura. En el mallorquín se vio predisposición y ganas, pero su actuación no pasó de discreta, sin calar en el público, que entendió que el novillo estuvo por encima del novillero. La estocada fue de oreja, que el palco concedió, tras aviso. Y el novillo, aplaudido en el arrastre.
Su segundo, de Prieto de la Cal, salió con pies y brío, viéndose desbordado el mallorquín Borja en el capote. De nuevo invitó a sus compañeros de terna a banderillear, saludando desde los medios. Este novillo estaba vacío y no tenía ni un pase, por lo que el mallorquín no tuvo otra opción que echar por la calle de en medio. Le costó dejar a estocada, porque se colocaba fuera de cacho, dejando media certera tras varios intentos. Silencio
El portugués Joao D’Alba calentó al público con dos largas y alegres verónicas, llevando después al novillo hasta el caballo con chicuelinas al paso. Bravísimo en el caballo tomando tres varas, y se hubiera tragado otras tres. Muy bien en banderillas. Con la franela, el novillo tenía son y quizás habría que bajar las manos y doblarse, sin embargo, se fue quedando corto y con la cara alta, por lo que el portugués se tuvo que refugiar en los adornos. Media y descabello, con oreja por toda la faena, y vuelta al ruedo acompañado del picador Héctor Vicente.
A punto de prender a D’Alba segundo, cuando lo esperaba a portagayola. Bravo en el caballo, el novillo viniendo de largo y metiendo los riñones, excelentes los tres de nuevo en banderillas. Se dobló al inicio con la franela, como se les hace a los toros bravos, muy valiente, aunque el Miura fue bajando la persiana conforme avanzaba la faena, pero por lo menos el portugués se fajó con él, siendo muy reconocido por el respetable. Estocada trasera. Oreja y aplausos al novillo.
Al tercero de la tarde, vareado, lo saludó Adrián Centenera al hilo de las tablas, saliendo suelto. Cuando se fue a los medios lo pudo sujetar, rematando de manera garbosa. Bien con los rehiletes. El brindis a los areneros. El Miura se desplomó al inicio de faena, aunque después metió bien la cabeza e iba largo y el de Arganda aprovechó su viaje para sacarle varias tandas sobre todo en redondo, calando en los tendidos. Colocó media estocada, caída y certera. Oreja benevolente.
El sexto, con hechuras y trapío, salió a su aire, quedando inédito. Centenera con el capote salió arrollado al intentar colocar al novillo. De nuevo compartieron suerte de banderillas. En la muleta, el novillo iba también a su aire y buscándole el cuerpo al torero, tanto que el público le aplaudió cuando se fue a por la espada. Estocada entera en lo alto. Aplausos con saludos.