La primera de abono dejó la primera puerta grande, la de Samuel Navalón, que paseó una oreja de cada uno de sus enemigos, mientras que Fortes cortó un apéndice del cuarto y Molina, otro del segundo.

Cuatro orejas en el arranque ferial, premio del respetable más a la entrega de la terna que a lo que se pudo ver sobre el ruedo, porque la corrida de toros de Conde de Mayalde, ganadería triunfadora el año pasado, fue la cruz del festejo, con toros descastados, poca clase y poco entrega en general.

Con este material, la terna fue la que dio un paso adelante. Fortes, con el peor lote, fue capaz de realizar una firme faena al cuarto de la tarde, con el premio de una oreja.

Molina, también muy dispuesto y entregado toda la tarde, paseó una oreja del primero y, viendo la generosidad del público en la primera de abono, el fallo a espadas ante el quinto es lo que le privó de salir en hombros.

En una línea similar estuvo Navalón, con mucha entrega y ganas, pero sin material para poder lucir. Paseó una oreja de su primer enemigo y, como él sí estuvo más certero con los aceros que Molina, cobró otra oreja del sexto y se encontró con el premio de la puerta grande.