El bloque gubernamental de centroizquierda liderado por el primer ministro laborista, Jonas Gahr Støre, se impuso en las elecciones legislativas celebradas este lunes en Noruega, con un 49,2 % de los votos frente al 46,6 % de la oposición de derecha, según datos oficiales con el 54,7 % del escrutinio completado.
El Partido Laborista fue la fuerza más votada con un 28 %, seguido del xenófobo Partido del Progreso (Frp), que alcanzó el 24,7 %, y del Partido Conservador, que obtuvo un 14,4 %, según informó la Autoridad Electoral minutos después del cierre de los colegios, con los datos del voto anticipado.
Proyección favorable al bloque gubernamental
Una proyección de la televisión pública NRK estima que el bloque de centroizquierda obtendría 89 escaños, frente a los 80 de la oposición. Sin embargo, los laboristas necesitarían el respaldo de más fuerzas del centroizquierda que las dos que los apoyaron en la pasada legislatura para formar gobierno.
Los laboristas mejorarían casi dos puntos respecto a los comicios de 2021, mientras que el Frp duplicaría su número de votos y se consolidaría como la fuerza dominante del bloque de derecha.
Hundimiento conservador y retroceso de aliados
El Partido Conservador, liderado por la exprimera ministra Erna Solberg, sufriría una caída de seis puntos, marcando su peor resultado en décadas.
Los antiguos aliados de los laboristas también retrocederían: el Partido Centrista pasaría del 13,6 % al 5,7 %, y el Partido de Izquierda Socialista (rojiverdes), del 7,6 % al 5,5 %.
Por el contrario, otras dos fuerzas del bloque mejorarían sus cifras: los excomunistas de Rojo subirían unas décimas hasta el 5,4 %, y Los Verdes crecerían más de medio punto hasta el 4,6 %.
El Partido Cristianodemócrata obtendría un 4,1 %, tres décimas más que en los anteriores comicios, mientras que el Partido Liberal se quedaría en el 3,4 %, por debajo de la barrera mínima, aunque podría lograr representación en algunos distritos.
Una victoria esperada
Los últimos sondeos publicados el fin de semana ya anticipaban una victoria del bloque gubernamental, con una ventaja de diez escaños y los laboristas como primera fuerza, seguidos por el Frp y los conservadores.
Hasta hace apenas una semana, las encuestas apuntaban a un resultado mucho más ajustado, con el Frp acercándose peligrosamente a los laboristas.
La campaña electoral ha estado marcada por temas como el aumento de los precios, especialmente de los alimentos, la política fiscal, el precio de la vivienda y el debate sobre la posible eliminación del impuesto sobre el patrimonio.