Cuesta creerlo, pero Suede ya han publicado tantos discos, cinco, desde su retorno en 2013, como los que habían publicado en su etapa inicial entre 1993 y 2002. Y aunque es evidente que la balanza se sigue decantando hacia su primera época, con el anterior Autoficition y ahora Antidepressants han logrado equilibrarla un poco.

Destacábamos de su álbum de hace tres años su poderío, más fiel a cómo suena el grupo en directo, y esa urgencia y mayor crudeza se prolonga en este, con su habitual colaborador Ed Buller aplicando un enfoque más Albini a la producción. El vocalista Brett Anderson ha declarado que si aquel era su álbum punk, este es su álbum post punk. Algo de eso hay en el énfasis que han puesto en algunas líneas de bajo o punteos de guitarra, o el fraseo casi hablado que emplea el cantante en el tema titular, pero, en realidad, son matices que se añaden al sonido clásico de Suede.

Nos decía el guitarrista Richard Oakes en nuestra reciente entrevista que, al contrario de otros de sus coetáneos, Suede huyen de la nostalgia, pero por mucho que quieran, o no, su instinto natural les lleva a esas melodías que cautivaron a tanta gente en los 90. Anderson vuelve a regalarnos algunos estribillos memorables en ‘Disintegrate’ («Ven y desintégrate conmigo»), ‘Dancing With The Europeans’ (al parecer inspirada por el entusiasmo de su público en España), ‘Sweet Kid’ o la más épica ‘June Rain’, amén de una teatralidad glam y tomar prestados algunos trucos de Bowie, uno de sus primeros valedores.

De igual manera, aunque el infravalorado Oakes haya buscado algunas notas más disonantes y un tono más cristalino, no muy lejos del de Billy Duffy en Love y otros guitarristas de los 80, sus adornos acaban integrándose en las canciones en perfecta armonía. Haciendo honor a su título, en un álbum que lidia con “las tensiones de la vida moderna, la paranoia, la ansiedad y la neurosis”, su musicalidad actúa como remedio de todos esos males. Nuevas píldoras que preveo que en sus conciertos tendrán un efecto aún más eficaz.

JORDI MEYA