Verano ajetreado y en modo montaña rusa el que le ha tocado vivir al raqueta de Ciutadella, Sergi Bagur, estas pasadas semanas. Tras verse obligado a cortar de cuajo su aventura en Brasil a causa de una indisposición de su pareja de juego, Iván Delgado, el insular participó con buena nota esta semana pasada en el Mundial celebrado en Cesenático, en Italia. Formando pareja con el melillense, Nico Volpe, Bagur rozó su pase al cuadro final mundialista.
El ciutadellenc empezaba las previas de este Mundial 2025 con victoria en el primer encuentro por un claro 6-3 y un 6-2 frente a la ex pareja número 20 del mundo, Zapparata-Burini. Ya en su segundo compromiso en el litoral italiano, el menorquín, frente a dos españoles que se encuentran ahora en el top50 del planeta, cayó por 3-6, 6-3 y 5-10 en el ‘supertiebreak’. «Estuvo muy igualado el encuentro y para pasar a la fase final debíamos ganarlos», señalaba Bagur, ya de vuelta a casa.
Odisea en tierras cariocas
Sin embargo, el verano del insular ha estado marcado por la mala suerte que tuvo en la que debía ser su gira de verano en Brasil. «Mi compañero estuvo indispuesto por una gastroenteritis y a las dos semanas decidió volver y no tenía sentido quedarme solo para entrenar en Brasil, pese a que llegué a planteármelo», lamentaba.
Esas dos semanas las vivió con dobles sesiones diarias de entrenamiento, físico y de tenis playa. Y jugaron dos internacionales en BT200, en los que lograron pasar a cuadros, pese a perder luego en la primera ronda en ambos, en el ‘supertiebreak’. Tras su efímero periplo brasileño, Bagur se preparó de nuevo en Ciutadella para el Mundial de Italia, por parejas.
Ya disputado el Campeonato del Mundo y tras el ajetreo de Brasil, a Bagur le toca ahora, «descansar de la competición durante un mes, antes de irme al Nacional de octubre con el Freeplay», avanza.