Es su imagen más reconocible, la que todos asocian a su nombre. Bernardo de Gálvez luce en el pecho la cruz de Caballero de la … Real Orden de Carlos III y en una mano sostiene la carta de felicitación que le escribió su padre cuando conquistó Mobile, una de sus muchas victorias. El militar de Macharaviaya aparece ya como héroe de la independencia americana en el cuadro que Mariano Salvador Maella, artista de cámara del rey Carlos III, pintó en 1784. Una réplica de esa obra está desde 2014 en el Capitolio de los EE UU, pero el original colgará a partir de ahora de las paredes del Museo del Ejército de Toledo.

El Ministerio de Cultura ha comprado por 60.000 euros el emblemático óleo a la familia de María de Haya Gálvez, propietaria del lienzo desde mediados del siglo XIX, cuando probablemente fue adquirido en una subasta de bienes. Manuel Olmedo, vicepresidente de la Asociación Cultural Bernardo de Gálvez y gran estudioso de su figura, aplaude la decisión de Cultura y de la familia -adelantada por el diario ‘ABC’- que garantiza que el cuadro permanezca en España. Como asegura, «había rumores» de que era una obra deseada en Estados Unidos, donde el precio de la venta habría sido muy superior. Sobre todo ahora, a las puertas del 250 aniversario de la independencia de Estados Unidos.

Cuadro pintado por Salvador Maella en 1784.

Cuadro pintado por Salvador Maella en 1784.

Esa pintura de Salvador Maella es muy simbólica. Está realizada poco después de que Bernardo de Gálvez regresara temporalmente a Madrid, donde fue recibido como un héroe de guerra. Era 1783, el mismo año en el que el Congreso americano aprobó una resolución para colgar su retrato en el Capitolio en reconocimiento a su decisiva intervención en la victoria frente a Gran Bretaña, una promesa que no se cumpliría hasta más de dos siglos después. No hay que olvidar que su heroica conquista de Pensacola, la ciudad más importante de la Florida británica, marcó el inicio de la victoria de los colonos. A través del Mississippi, bajo su control, De Gálvez hacía llegar uniformes y provisiones a los soldados de George Washington, materiales que fueron clave para inclinar la balanza hacia la independencia.

Sus gestas le valieron el título de conde de Gálvez y, en esa visita a Madrid, fue condecorado con la cruz de Caballero de la Real Orden de Carlos III. «Fue un acontecimiento importantísimo en Madrid, llegaba el vencedor de nuestros tradicionales enemigos», cuenta Olmedo. Bernardo de Gálvez era toda una personalidad de la época, sobrino del ministro universal de Indias, José de Gálvez, e hijo del Virrey de la Nueva España, Matías de Gálvez. Un cargo que el propio Bernardo asumiría al poco de su regreso a México, tras el fallecimiento de su padre. Y en ese contexto se pinta ese retrato.

Deuda saldada

La valentía de Bernardo de Gálvez y la contribución española a la victoria cayó poco después en saco roto con el enfriamiento de las relaciones entre España y Estados Unidos. Según consta en unos documentos históricos descubiertos por Olmedo en los Archivos Nacionales de EE UU, Oliver Pollock, agente del Congreso en Luisiana, llevó en 1783 un retrato del militar al Capitolio y, un día después, se acordó que se ubicara en ese recinto. Nunca se hizo y el cuadro original desapareció.

Dos siglos después, Estados Unidos saldó su deuda con Bernardo de Gálvez. Primero le nombró Ciudadano Honorario, título que solo ostentan ocho personas en todo el mundo, entre ellos, Winston Churchill, el general La Fayette y Teresa de Calcuta. Y después, gracias al trabajo de la Asociación Cultural Bernardo de Gálvez y a la mediación de Teresa Valcarce, malagueña afincada en Washington, EE UU colgó por fin su retrato del Capitolio, una réplica del óleo de Salvador Maella que realizó el malagueño Carlos Monserrate.