El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, ha denunciado este martes el acoso sufrido desde que ayer afirmara que en Gaza no hay un genocidio, unas descalificaciones a él y a su familia que están «alentadas en gran medida desde determinadas posiciones políticas»: «Mis últimas 24 horas no se las recomiendo a nadie».

Así lo ha manifestado el primer edil madrileño en declaraciones a los periodistas después de que en el debate sobre el estado de la ciudad celebrado ayer afirmara que en Gaza «no hay un genocidio».

«Mi postura es la que tiene la Unión Europea, es decir, no parece que sea una postura estrambótica (…) Es un delito tipificado como tal, que tiene una calificación jurídica y que por la gravedad de lo que supone, no se debe banalizar su uso ni se debe hacer partidista su uso con carácter meramente político o instrumental», ha considerado.

Ha añadido que lo que sucede en Gaza no le «puede gustar a ninguno», una realidad que provoca «dolor» a todos, pero ha matizado que «es cierto» que no todos «identifican» de la misma manera a «los culpables y las situaciones».

Por eso ha pedido que sea el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien explique por qué utiliza el término genocidio, «en qué se fundamenta para utilizar el término genocidio y si la utilización de este término no tiene una finalidad política».

«En su caso es una cortina de humo para tapar los problemas internos que tiene en España», ha apuntado.

Eso sí, Almeida no ha salido indemne tras esta consideración y, según ha denunciado, nunca había recibido «tal volumen de descalificaciones, de insultos y de alusiones» a su vida personal y a su vida familiar.

Unos insultos, ha afirmado, que están «alentados en gran medida desde determinadas posiciones políticas que han magnificado completamente» sus palabras.

«Estamos en un momento en España en que lo que se pretende es que no haya aquí ningún tipo de debate (…) lo que me preocupa es cómo se me ha insultado, se me ha descalificado«, ha manifestado sobre lo que vive desde estas últimas 24 horas que no recomienda a nadie.