Carbonero el Mayor vivió este martes, 9 de septiembre, un segundo encierro campero que será recordado por la excelente labor de los caballistas y la limpieza con la que los novillos completaron el recorrido. Y es que los aproximadamente 120 participantes a caballo han sido los encargados de guiar a los animales por el alto de la Muela hasta el paseo de la Cañada, un giro de 90 grados que une en encierro campero con el urbano y que suele ser complicado para los astados. Por ello, los caballistas han jugado un papel fundamental, templando y redirigiendo a los novillos para que mantuvieran la manada compacta. 

El primero en llegar fue un novillo negro, seguido poco después por los tres colorados, cuya entrada en la localidad resultó especialmente vistosa gracias a la coordinación de los jinetes y el trabajo de los mansos. Según los expertos, nunca se había visto en Carbonero una bajada tan bonita.
Abel Carlos Galindo, miembro de la peña La Capea, ha explicado que ha sido un encierro «precioso».

«Es de los pocos encierros en los que han entrado todos los toros. El grupo de caballistas ha demostrado la importancia de su papel y los novillos se han lucido. Se han juntado todos los elementos para que haya sido un encierro precioso». 

Algo en lo que coincide la alcaldesa de la localidad, María Ángeles García. «Ha sido un desarrollo muy bonito y creo que eso se puede resumir en los aplausos de la gente al finalizar el encierro por el campo».

Carbonero El Mayor concluye así sus festejos taurinos con éxito, tradición y un ambiente festivo que atrae a vecinos de toda la provincia y a visitantes de pueblos cercanos. La combinación de velocidad, espectáculo y trabajo en equipo ha consolidado, un año más, a sus encierros como uno de los eventos más destacados de la temporada.