Poco a poco, el mercado de renta fija se está recuperando del trauma que supuso el año 2022. Aquel año los inversores en bonos tuvieron que pagar la cuenta de los estímulos de los años previos, y lo hicieron con el mayor desplome visto en el precio de los bonos en toda la historia. El mercado se llevó por delante un 16% del precio en el principal índice de renta fija del mundo, una caída nunca antes vista en un año (de máximos a mínimos el descenso superó el 25% en el selectivo), y que puso en duda el mantra de que los bonos son el activo adecuado en las carteras de los inversores conservadores. Con este desplome, la renta fija entró en una situación de mercado bajista, el primero de la historia desde que se creó el índice, en 1990, pero este acaba de terminar: el índice ha tardado tres años, pero ya ha rebotado un 20% y vuelve a estar dentro de un mercado alcista.

La idea de que un mercado está en situación alcista, o bajista, no asegura rentabilidades en ningún sentido, pero históricamente, en el plano técnico, se considera que un activo está en una tendencia cuando acumula un movimiento del 20%, a la baja, o al alza. Así, si una acción, o el precio de un bono, consigue encadenar una subida de ese porcentaje, entra en situación alcista, y esta no desaparece hasta que el activo acumula un desplome del 20%, en el periodo que sea.

Según esta lógica, el mercado de renta fija, tomando como referencia el índice mundial más importante en esta clase de activos, el Bloomberg Global Aggregate Bond Index, acaba de despedirse del único mercado bajista que ha sufrido en su historia, desde que se elaboró el selectivo en el año 1990. Este se ha mantenido vigente desde el año 2022, cuando el selectivo encadenó por primera vez una caída acumulada de más del 20%.

La recuperación tras un año de pesadilla

El ejercicio 2022 fue una auténtica pesadilla para los inversores. Después de años en los que la renta fija disfrutó de ganancias, apoyada por las bajadas de tipos y los estímulos de los bancos centrales, el repunte de inflación que empezó en 2021 y se prolongó en 2022, forzó a los grandes bancos centrales del planeta a llevar a cabo una subida agresiva de los tipos de interés. En el caso de la Reserva Federal, fue la más agresiva en 40 años, y en el del Banco Central Europeo, la más rápida de la historia.

Así, las pérdidas del 16,2% por precio que sufrió el índice en 2022 no tienen comparación en la historia, y sumadas a las caídas que también se habían producido en 2021, dejaron un balance de una caída de casi el 26%, desde los máximos de 2021, hasta los mínimos que se tocaron en 2023.

De este modo, la renta fija entró de lleno en un mercado bajista, el primero de la historia, que ha durado casi tres años hasta que se ha conseguido acumular un rebote de más del 20% desde los mínimos. Esta recuperación se basó en la misma lógica que generó el hundimiento de 2022, pero por los motivos contrarios: en un momento en el que la inflación parece controlada los bancos centrales han empezado a bajar los tipos de interés, algo que aumenta el precio de los bonos en el mercado. La corrección que se vivió en los años de mercado bajista terminó incrementando los retornos a vencimiento de los bonos, mejorando su atractivo de forma general para los inversores. Estos, al aprovechar la circunstancia, han terminado generando este rally de más del 20% que devuelve a los bonos a una situación alcista.

«Los intereses impulsan una parte significativa del rendimiento general», explica Daniel J. Ivascyn, director de inversiones de Pimco, y señala cómo «después de unos años de rendimiento relativamente débil, ahora estamos en un nivel en el que los intereses iniciales a nivel mundial, en términos del conjunto general de oportunidades, son bastante atractivos», señala.

«Las grandes pérdidas de bonos han quedado atrás y hoy los mercados de renta fija están haciendo lo que se supone que deben hacer: proporcionar ingresos con una volatilidad de rendimiento total que suele ser un tercio de la de la renta variable», confirma Chris Iggo, CIO de Axa IM Core.

Además, desde principios de agosto de este año, tras conocerse el mal dato de empleo en Estados Unidos, que ha quedado confirmado en la lectura de septiembre, los mercados han empezado a descontar que la Fed se tendrá que poner manos a la obra con bajadas de tipos relativamente agresivas en los próximos meses, algo que apoya la entrada de los inversores en este tipo de activos, que se beneficiarán de los recortes en el precio del dinero por parte de los bancos centrales.

El año ha sido de recuperación generalizada en los grandes índices de renta fija que recoge Bloomberg, los más importantes del mundo y que sirven como referencia para la industria de la inversión. Las mayores revalorizaciones de 2025 se han producido en deuda corporativa de empresas estadounidenses, pero otras categorías también están funcionando bien, como la deuda high yield (sin grado de inversión) mundial.

¿Hacia dónde se dirigen los bonos?

Si bien la renta fija ha entrado de nuevo en su situación más normalizada, la de un mercado alcista que ha imperado en el mercado en las últimas décadas en casi todo momento, esto no puede asegurar que las ganancias vayan a continuar a corto o medio plazo.

De hecho, si se atiende a las previsiones que maneja el consenso de analistas que pondera la agencia Bloomberg, queda claro que ahora no hay una tendencia definida para el futuro de esta clase de activos. Desde los niveles actuales hasta el cierre del año 2027, los analistas esperan, en el caso del bono estadounidense con vencimiento a 10 años, que se mantenga el nivel actual, en el entorno del 4,06% de rentabilidad a vencimiento.

Para la deuda alemana, sin embargo, se esperan ligeras pérdidas por precio, ya que los expertos esperan que el título a 10 años cierre 2027 en el 2,87% de rentabilidad, algo por encima del 2,66% que ofrece en la actualidad. Una situación similar se espera para los bonos japoneses, que pasarán, si se cumplen las previsiones, del 1,57% actual hasta el 1,95% al cierre de 2027.

Es en Reino Unido donde se podrán cosechas las mayores ganancias, según los analistas, ya que pronostican que el título de deuda británica pasará del 4,62% de rentabilidad a vencimiento actual, hasta el 4,06%.

El índice mundial de deuda recogerá los movimientos que se produzcan en estos bonos, pero también en la deuda corporativa y en el high yield, ya que se trata de un selectivo que incluye todo tipo de bonos, ya sean soberanos o corporativos, con un enfoque geográfico global.

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