Diez años dan para mucho. En una década caben mil y un recuerdos y, en el caso del San Pablo, los hay de todo tipo. Desde sueños inimaginables a pesadillas interminables. El proyecto azulón echó andar en septiembre de 2015 con tanta ilusión como rapidez. El club tomó el testigo del baloncesto en la ciudad con un objetivo:alcanzar la élite. Y lo consiguió en 2017 para asentarse durante un lustro. Sin embargo, en 2022 un inesperado descenso devolvió al club a la casilla de salida. Hicieron falta tres intentos para por fin recuperar la categoría. Y para celebrarlo, el San Pablo y la ciudad de Burgos volverán a disfrutar del mejor baloncesto del país en la temporada que viene. 

Esa será la mejor manera de celebrar una efeméride que esconde muchas anécdotas. Y es que ninguno de los implicados en su creación se imaginaba una primera década de vida tan ajetreada. Con Andreu Casadevall a los mandos en la campaña del estreno, el San Pablo pronto tuvo que cambiar de dirección por la marcha del técnico al Zaragoza. Epi tomó el relevo y llevó al equipo al play off de ascenso. Fue un aviso de lo que estaba por venir.

En el 2020 alcanzó las semifinales de la Liga Endesa, que se jugaron en Valencia

En esa segunda temporada llegarían los primeros momentos para el recuerdo. Tras un inicio de temporada irregular y una segunda vuelta excelente, el equipo azulón se vio prácticamente derrotado en el partido por el ascenso. El Palencia ganaba de 13 puntos en Villamuriel de Cerrato, pero el San Pablo acabó siendo protagonista al remontar y sellar su llegada a la ACB. 

En la élite. Barcelona, Madrid, Unicaja, Baskonia, Joventut… equipos que antes había que ver por la televisión ahora eran rivales. Esa inocencia del debutante se fue esfumando con el paso de las jornadas y la salvación llegó a falta de tres. Luego el proyecto siguió creciendo y un año después, con una plantilla más completa, se estableció en mitad de la tabla hasta ganarse la invitación a la tercera competición europea, la Basketball Champions League (BCL), en la 2019/20.

Ahí comenzó la época dorada gracias a Joan Peñarroya y unas plantillas que se atrevieron a colarse en todas las fiestas. Primero alcanzaron las ‘semis’ de la ACB en una fase final extraordinaria que tuvo lugar en Valencia a causa de la pandemia. El Barça fue el verdugo (98-84), pero lo mejor estaba por llegar.

Entre octubre de 2020 y mayo de 2021 se alzó con dos títulos de la BCL y una Copa Intecontinental 

Entre octubre del 2020 y mayo del 2021, el San Pablo conquistó tres títulos. Ni más ni menos. Primero viajó a Grecia y se alzó con la BCL que había sido pospuesta de la temporada anterior, después se llevó la Copa Intercontinental en Argentina y, por último, defendió con éxito su trono de la BCLen Rusia para convertirse en bicampeón del torneo. Casi nada.

Sin embargo, la llegada a la cima hizo de la caída algo terrible. En el curso 2021/22 el caos tomó el Coliseum. Se hicieron un total de 16 operaciones en una temporada en la que se fue de mal en peor hasta que el descenso de categoría se hizo oficial en el último partido de la temporada, contra el Fuenlabrada en el Coliseum. Una pesadilla. 

El camino de vuelta. Iba a ser pasajero. El San Pablo no quería estar en la segunda categoría nacional más de lo necesario y por ello apostó todo en el curso 2022/23… pero nada fue suficiente. El ascenso directo se escapó y, en la Final Four que acogió el Coliseum, se volvió a vivir otro día negro. Una historia similar a la de la campaña siguiente, en la que apostarlo todo en la Final Four volvió a ser un mal negocio. Tuvo que llegar Bruno Savignani para arrasar la Primera FEB. Ascenso directo para soplar las velas en ACB.