La isla de Formentera es infinita bajo la mirada de Robert P. Hawkins (Boston, 1948). Por las manos y los pinceles de este pintor estadounidenses, que vive a caballo entre París y Formentera, ya han pasado los acantilados de la pitiusa del sur, sus gentes, la vida en los quioscos tradicionales, la posidonia y los paisajes rurales isleños.
En su nueva exposición, que lleva por título ‘Luz Ambiental’ y puede visitarse en la sala de exposiciones Ajuntament Vell de Sant Francesc hasta el 20 de septiembre de 11 a 14 horas y de 19 a 21 horas, Hawkins propone al espectador una quincena de obras al óleo de diferente formato y temática donde la luz es tan protagonista como el paisaje que retrata.
Hay varios pinares fácilmente reconocibles situados en los alrededores de es Ca Marí donde el sol del atardecer pinta de tonos anaranjados la memoria de los observadores; agrupaciones de juncos y de las bellas pero tóxicas cebollas albarranas y una enorme tela doble donde reina una majestuosa pradera de posidonia. También varios paisajes nocturnos entre los que se cuela a bordo de una patera la tragedia de la migración ilegal.
Salir, pintar y mirar
Hawkins viene «de un lugar de Boston donde salir al exterior y pintar es algo casi tan normal como respirar», cuenta frente a sus creaciones este paisajista que lleva exponiendo en la isla cada dos años desde 1982. Y así lo hace él mismo: salir, mirar y pintar, la mayoría de las veces al natural y con la premura a la que obliga la cambiante luz solar.
Además, este artista destaca la ventaja de conocer de antemano el espacio físico donde se expondrán sus telas: «Esta sala es perfecta, y la conozco tan bien que mientras pinto ya sé exactamente dónde va a estar expuesto el cuadro, la luz que va a recibir…», asegura.
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