Convertir el baño en un refugio moderno e íntimo, lejos de clichés decorativos y fórmulas repetidas, es uno de los sellos más reconocibles de Noé Prades. Con su estudio homónimo, el interiorista catalán ha sabido dar a esta estancia de la casa un protagonismo inesperado, transformándola en un espacio donde la calma y la naturalidad conviven con el diseño. Frente a la visión más técnica y práctica que suele dominar este tipo de proyectos, Prades propone un lenguaje propio que bebe de los materiales nobles, las texturas vivas y las atmósferas que invitan a detenerse.

En sus baños no hay cabida para lo impersonal ni para lo meramente funcional. Cada decisión, desde la distribución fluida hasta la elección de una mampara sutil o de un plato de ducha elevado, está pensada para aportar emoción y carácter. Porque, como él mismo defiende, “un baño no es un espacio técnico, es un refugio íntimo”. En esta entrevista nos adentramos en su manera de entender esta estancia tan cotidiana y, al mismo tiempo, tan llena de posibilidades.

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Una conversación sobre baños que se alejan de lo tradicional, con el interiorista Noé Prades Proyecto baño Noé Prades

Foto: Noé Prades Studio

Tus baños se alejan de lo tradicional: sin alicatados típicos, sin distribuciones al uso. ¿Qué debe tener sí o sí un baño según tu filosofía?

Para mí un baño debe transmitir calma y naturalidad. Más allá de la funcionalidad, tiene que invitar a desconectar. Por eso busco materiales nobles, texturas que dialoguen con el agua y una distribución que fluya sin rigideces. Un baño no es un espacio técnico, es un refugio íntimo.

En uno de tus últimos proyectos el plato de ducha está elevado. ¿Es una elección estética, técnica o ambas cosas?

Es ambas cosas. A nivel técnico puede resolver temas de instalaciones o desniveles, pero también me gusta cómo eleva la experiencia: entrar en la ducha se convierte en un pequeño ritual, casi en un escenario dentro del baño. Ese gesto simple cambia la percepción del espacio.

¿Qué papel juegan las mamparas en tus baños? ¿Eres partidario de eliminarlas o reinventarlas?

Las mamparas pueden ser un obstáculo visual, así que intento integrarlas al máximo. A veces las elimino si el proyecto lo permite, otras las reinvento con vidrio texturizado o marcos muy sutiles. No se trata de esconder, sino de que acompañen con ligereza y carácter.

¿Hay algún material o elemento que nunca utilizarías en un baño?

No trabajaría con materiales que se sientan fríos o impersonales, como ciertos revestimientos brillantes que imitan lo natural sin serlo. Prefiero acabados que envejezcan con belleza, que acepten la huella del tiempo y del uso, porque eso les da alma.

¿Cómo consigues que un baño, que a veces se entiende solo como zona de paso, se convierta en un espacio acogedor?

Cuidando la atmósfera. La iluminación cálida, los tonos suaves, las texturas táctiles y la integración de elementos naturales hacen que el baño se viva como un espacio íntimo, no de tránsito. Me gusta pensar en él como un pequeño templo cotidiano, donde cada gesto se convierte en un momento de cuidado personal.

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