César Mata

Miércoles, 10 de septiembre 2025, 21:04

Tras el aperitivo, consistente, eso sí, de la corrida de rejones, se reinicia la Feria Taurina de Nuestra Señora de San Lorenzo, a la que quedan cuatro carteles para consumar su destino ritual y social. Y, sin duda, ninguno de los cuatro festejos ofrece un mero carácter discreto. Todos contienen notas, sustanciales que no accidentales, de sumo interés para los aficionados, provengan o no de la finalidad que se persigue por la empresa Tauroemoción, que es a la que corresponde rematar las combinaciones de coletudos y ganaderías.

Este jueves, un mano a mano entre Alejandro Talavante y Emilio de Justo. Por cierto, que el festejo comenzará a las 19:00 horas, y no a las 18:00 como los demás. Para no coincidir con la Vuelta Ciclista o con lo que está quedando de ella, presa de apropiaciones políticas violentas. Más allá de la interpretación o valoración que hagan los aficionados de este duelo, ambos espadas reúnen virtudes suficientes para concitar el interés de los aficionados. A lo que hay que sumar, y no es un elemento baladí, que los toros pertenecen a la divisa de Victoriano del Río. Astados que nacen en la localidad vallisoletana de Mayorga, donde el criador madrileño tiene pastando a la mayor parte de su hato de vacas de vientre y, lo más importante, se trata del hierro con mayor regularidad en las últimas temporadas, tanto en plazas de primera como de segunda. Y no solo por un comportamiento noble, sino por unas dosis de bravura enrazada nada despreciables.

Sin que nadie se moleste, no tendrían por qué, la corrida del viernes, día 12, bien puede entenderse como un mano a mano entre Morante de la Puebla y Roca Rey, con la presencia (en ningún caso accesoria) de Marco Pérez. Las máximas estrellas del escalafón, con un pique público por unas u otras razones, reunidas en un mismo cartel suponen un estímulo de primer orden para los aficionados. Tanto que, desde hace varios días, se han agotado las localidades. Un ‘No hay billetes’ anticipado y previsible. Y, sí Marco Pérez ha contribuido con su juvenil presencia, a rematar la jugada. Los toros, salmantinos de Garcigrande, presagian embestidas que difícilmente se verán desaprovechadas. Más fácil que en la muleta será un enganchón entre Morante y Roca Rey. Un artesonado nazarí no es menos consistente que el hormigón.


Morante de la Puebla no llega a San Antolín, sí estará Roca Rey


Apoteosis de Morante en Salamanca

Los ‘victorinos’ –sábado 13- son los únicos toros que, por sí mismos, dan sentido a un cartel. Su fama y su carácter, temible y con efectos amplificadores de los triunfos, otorgan a cada una de las faenas que se les ejecuta una naturaleza de gesto (y a veces de gesta, aunque no siempre). Uceda Leal (clasicismo con solera), Jiménez Fortes (verdad y transparencia) y Tomás Rufo (ortodoxia y frescura) forman una terna que no dejará pasar la oportunidad de triunfar.

Y, para rematar, la corrida de los banderilleros, que a su vez es la de la juventud. Tres rehileteros consumados como son El Fandi, Manuel Escribano y el joven salmantino Ismael Martín, se enfrentarán a un encierro de Antonio Bañuelos. Una tarde para disfrutar del toreo más entusiasta y con menos rigores canónicos. Una tauromaquia más disfrutona, que tiene su público fiel y bullicioso.

Cuatro tardes, cuatro, con elementos humanos y ganaderos que no han dejado indiferentes a los aficionados, que han respondido con fuerza en las taquillas.

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