La protesta contra la participación de los del Maccabi y Hapoel Tel Aviv ha pasado de la cancha a las instituciones. (Raúl BOGAJO | FOKU)
El diputado general de Araba Ramiro González ha abierto este martes el curso político y en su discurso ha introduducido una petición expresa a la Euroliga, en previsión de que no uno, sino dos equipos israelíes –el Maccabi y el Hapoel Tel Aviv– visiten el Buesa Arena. Ha solicitado la expulsión del torneo de los dos conjuntos israelíes en medio de un alegato en la que ha denunciado la «inacción» de la comunidad internacional, incapaz de reaccionar ante el genocidio que se está dando en Gaza. «La historia juzgará con dureza a los mandatarios internacionales que están siendo incapaces de parar este genocidio», ha destacado.
Para empezar, ha insistido sin ambages que lo que se está dando en Gaza es un genocidio. «Un genocidio se da cuando se quiere desplazar a la población o acabar con una parte significativa de la población». Por eso ha vuelto a insistir en que «es responsabilidad de todos alzar la voz».
González ha reiterado su «condena absoluta» a lo que está ocurriendo en Gaza y ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional «a que haga todo lo posible para detenerlo», especialmente a la Unión Europa, «que está mostrando unas dudas y unos debates internos que no tienen recibo ante este genocidio».
Pero Ramiro González ha ido un poco más allá en lo que toca a Gasteiz. Así, ha pedido a la Euroliga que expulse a Maccabi de Tel Aviv. «Lo que está pasando en Gaza no es menos grave que lo que está pasando en Ucrania», ha advertido.
Hay que tener en cuenta que la expulsión de Rusia –y Bielorrusia– de todas las competiciones internacionales y la obligacióna los deportistas que actúan de manera individual a tener que participar sin bandera, amén de mostrarse públicamente en contra de la invasión. Deportistas como el ajedrecista Sergey Karjakin, nacido en Crimea pero nacionalizado ruso, ha sido vetado a nivel mundial cuando en su momento mostró su apoyo a la invasión de Ucrania. En cambio, que jugadores del Maccabi que han mostradu su poyo explícito al ejército israelí, jamás han tenido sanción alguna.
De hecho, la clave estriba en las sanciones. Estas expulsiones de Rusia y Bielorrusia son medidas tomadas a tenor de las sanciones que pesan sobre esos países, mientras que Israel no debe lidiar con ninguna sanción.
Y es por eso por el que Saski Baskonia por el momento se lava las manos. El director deportivo azulgrana, Félix Fernández, ha dejado claro que la postura del club está alineada con la posición de la Euroliga, que «permite que estos equipos jueguen». En este punto, ha apostillado que el Maccabi «es además accionista».
También es propietario de la máxima competición del baloncesto continental el CSKA de Moscú y fue expulsado de la competición en 2022 tras la invasión de Ucrania, sin fecha de regreso prevista. Ante este hecho, Fernández ha explicado que la diferencia radica en que «a nivel mundial se tomó una decisión con los rusos, pero con los israelíes no se ha dado el caso».
«Condenamos cualquier violencia, pero si la Euroliga no recibe un input directo, siguen participando. Esa es la situación». Por tanto, ha concluido que «nuestra posición (como propietarios de la Euroliga) es que sigan participando», ha remachado Félix Fernández.
Deporte y política
«Son organismos del deporte internacional. Y esas decisiones tienen que llevarlos a pensar que lo que ocurre en Gaza no es menos grave que la agresión de Rusia a Ucrania», ha insistido el principal mandatario alavés, que además ejerce de dueño del Buesa Arena, emplazamiento en el que Saski Baskonia juega sus partidos de Euroliga como local.
Sin embargo, la inacción de la Euroliga «pone en situaciones difíciles a organizaciones locales, como ocurre con Baskonia, que no puede actuar al margen de organizaciones internacionales».
No hay que olvidar, por otro lado, que Saski Baskonia es copropietario de la Euroliga, y Gasteiz se ha consolidado históricamente como el lugar en el que más se ha defendido la causa palestina en cada visita de los macabeos. Además, la actuación del Mosad (con la connivencia de Ertzaintza) ha provocado en algunos años importantes enfrentamientos.
No ha ocurrido así en las dos últimas ocasiones, ya tras la invasión de 2023. Anteriormente se retiraban banderas palestinas e incluso también pañuelos palestinos. Una falta de libertad de expresión que ha sido censurada en numerosas ocasiones. En el recuerdo queda también aquel encuentro de 2002 en el que la Estrella de David brilló en las bombillas de los tiros libres de la cancha, y que Saski Baskonia reconoció que les habían «metido un gol».
Mientras no suceda lo contrario, tanto el Maccabi con Hapoel de Tel Aviv visitarán el Buesa Arena en la presente edición de la Euroliga. Maccabi visitará Zurbano en la última jornada en casa: el 7 de abril a las 20.30. Un par de semanas antes, el 27 de marzo a las 20.30,e l Happoel Tel Aviv de Dmitris Itoudis, que también juega este año la Euroliga al haber ganado la Eurocup, también visitará la Euroliga.
Las protestas contra la presencia del Maccabi no son cosa de hoy ni de los dos últimos años, pero la fuerza y la implicación de la sociedad civil de Araba en particular y de Euskal Herria en general por la población palestina ha ido en aumento hasta niveles muy altos.
Deportistas a nivel individual, clubes deportivos y estamentos sociales se adherían el pasado mes de febrero al manifiesto publicado por el colectivo Palestinarekin Elkartasuna, un impulso que derivó en una manifestación multitudinaria de camino a un Buesa Arena acordonado por la Ertzaintza, que además negó la entrada de una pancarta de «Indar Baskonia Hintxa Taldea» pese a que contaba con el permiso expreso de Juegos y Espectáculos.
Así las cosas, estas declaraciones del diputado general de Araba suponen un el salto cualitativo en unas protestas que saltan de lo individual a lo colectivo y de lo colectivo a lo institucional, que contradicen ese sonsonete que pide «no mezclar política y deporte», cuando la presencia de equipos y deportistas israelíes en competiciones europeas ante el silencio, la inacción y hasta la connivencia de las autoridades competentes, se da precisamente porque política y deporte están mezclados de cabo a rabo.
La Final Four 2026, en Atenas
En lo que al apartado deportivo se refiere, la Final Four de la Euroliga de Baloncesto de 2026 se disputará en Atenas, según informó este miércoles la organización.
Esta será la segunda vez que la capital de Grecia organiza la fase final de esta competición. La primera vez fue en 2007 y se impuso el Panathinaikos ateniense.
Las semifinales de 2026 se disputarán el viernes 22 de mayo y la final dos días después en el Telekom Centrem –el antiguo OAKA–.
Según una comunicado de la Euroliga que recoge las palabras de su presidente, Dejan Bodiroga, «Atenas es una ciudad con una profunda tradición en el baloncesto y es la base de una de las aficiones más apasionada en Europa».
Por su parte, el consejero delegado de la Euroliga, el lituano Paulius Montiejunas, ha destacado que la vuelta de la Final Four a la capital griega refleja el compromiso de la organización con sus «mercados tradicionales».
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