La llegada inédita al imponente Morredero, con sus rampas verticales tras pasar por el Alto de la Cruz y Peñalba de Santiago, no resolvió nada… al contrario: abrió varios capítulos que se decidirán en los cuatro últimos días de competición. Entre ellos, dos momentos clave ya marcados en rojo: la contrarreloj de Valladolid, reducida a 27,2 kilómetros, y la gran etapa de montaña con desenlace en la Bola del Mundo, que pondrá el broche a la alta montaña de esta convulsa 80ª edición.

Vingegaard contra Almeida: la batalla por el rojo

El duelo estelar sigue siendo el que enfrenta al líder Jonas Vingegaard con Joao Almeida. En El Morredero ninguno se atrevió a mover ficha: el fuerte viento de cara les obligó a reservar fuerzas y ambos ofrecieron menos brillo que en días anteriores. Mientras Giulio Pellizzari se coronaba con una victoria brillante, acompañado en la exhibición por Matthew Riccitello y Tom Pidcock, los dos grandes favoritos se escondieron en el grupo. El danés, cuarto en meta, arañó apenas dos segundos al portugués, que ahora se mantiene a 50’’ del maillot rojo.

Pidcock frente a Hindley: el podio en juego

El británico vive otra contienda particular. Tras sufrir en los finales de L’Angliru y La Farrapona, parecía perder la tercera plaza del podio frente a Jai Hindley. Sin embargo, en León volvió a mostrar la ambición de los primeros días y, aunque el viento frenó su ataque, se llevó el premio en el esprint final: segundo en meta, sumó dos segundos de diferencia sobre el australiano más otros dos por la bonificación. En la general, Pidcock dispone ahora de 36’’ sobre Hindley, tercero en la etapa pero cuarto en la tabla.

Pellizzari contra Riccitello: la lucha por el blanco

La subida también dejó un cara a cara generacional. Pellizzari brilló con un triunfo de prestigio, mientras Riccitello no dejó de atacar. El estadounidense, corredor del Israel-Premier Tech —equipo en el ojo del huracán por las protestas propalestinas—, pudo incluso haberse llevado la victoria, lo que habría generado aún más polémica. En lo puramente deportivo, el maillot blanco se le complica: la diferencia respecto al italiano asciende a 1’08’’ después de perder 36’’ adicionales en El Morredero.

Balderstone y Guardeño: orgullo español

El pulso por ser el mejor español de la general recae en Abel Balderstone y Jaume Guardeño, ambos del Caja Rural. En la etapa leonesa fue Guardeño quien cruzó antes la meta, duodécimo, mientras Balderstone llegó tres puestos más atrás. Sin embargo, en la general el catalán sigue por delante, aunque apenas con un minuto y 22 segundos de renta sobre su compañero. Ambos se mueven entre los puestos 13º y 14º y comparten el mismo sueño: colarse en el Top 20.

Manifestantes frente a organización: la partida más delicada

Más allá de lo deportivo, el pulso más complicado se libra fuera de la carretera. La organización, agotada, se aferra a terminar la Vuelta en Madrid; los manifestantes prosiguen con su objetivo de frenar la carrera mientras siga en competición el Israel-Premier Tech. Valladolid este jueves y la Bola del Mundo el sábado están marcados como escenarios calientes, aunque tampoco se descarta tensión en Guijuelo y, sobre todo, en el paseo final de la capital.