El matador de toros madrileño Fernando Adrián está a la espera de someterse este jueves a diferentes pruebas médicas para conocer el alcance de la grave lesión que le produjo el pasado domingo un toro en la feria de Tovar (Venezuela). El parte médico confirma la fractura sin desplazar de apófisis espinosa C7 y hernia discal T7-T8, además de traumatismo craneal. Ante tales hechos, su presencia en Albacete pende de un hilo.
Y es que, Adrián está anunciado el próximo lunes en la Feria de Albacete junto a José Fernando Molina y Alejandro Peñaranda con la corrida de La Quinta, con la que obtuvo un gran triunfo el pasado año, que le valió para ganar el trofeo al mejor toreo al natural de la feria que otorga el Club de Abonados de Albacete.
Esa lesión pone en riesgo su presencia este año en el abono manchego. El fisioterapeuta Juan Carlos Ciriza, encargado de tratar a Fernando Adrián, explicó a El Digital de Albacete que una “apófisis espinosa es un tema muy serio, más de lo que se piensan”. “Ayer vino a hacerse pruebas y no podía ni andar”, añadió.
Reconoció Ciriza, especialista en la puesta a punto de los toreros, que esta lesión es “muy complicada” y que “no se puede infiltrar”. Desde el entorno del torero confirmaron a este periódico que, “pese a que no puede mover el cuello”, la intención es torear en Albacete recurriendo, si es preciso, a la infiltración.
Otro fisioterapeuta especializado en trabajar con toreros, José Antonio Salas Lluch, el fisio de Roca Rey, explicó a El Digital de Albacete que “el alcance de estas fracturas no siempre es el mismo y, en función de la zona y de la carga de peso que soporta, los plazos de recuperación se pueden alargar o acortar”.
Y puso el ejemplo de Sebastián Castella, que en 2023 sufrió una lesión similar toreando en Castellón y se recuperó en cuestión de días. Igualmente, reconoció que, si esa fractura es más complicada de la cuenta, “la infiltración podría generar un efecto adverso”.
Marta Díaz, fisioterapeuta en el IRF La Salle y profesora en la Universidad CEU San Pablo, no se atrevió a hablar de tiempos de recuperación en conversación con este medio, pero si explicó que “de base, una lesión de ese alcance requiere de, al menos, tres semanas con la fractura inmovilizada”.
La vértebra C7 es la última vértebra cervical, encargada de soportar buena parte del peso de la cabeza. Independientemente de los tiempos de recuperación, adelantar los plazos, en una profesión de riesgo como la de torero, podría provocar otro percance que acarrearía lesiones mucho más graves.
Reconocen los especialistas consultados, viendo la imagen del percance, que “se podría haber quedado tetrapléjico”. De hecho, antes de la cogida en Venezuela, el torero de Torres de la Alameda ya había sufrido una fuerte voltereta el 31 de agosto en Alcalá de Henares (Madrid).