La divulgadora científica Rocío Vidal ha respondido con toda contundencia e indignación a la periodista Mariló Montero por unas palabras que ésta pronunció sobre la tauromaquia en La Revuelta, el programa que David Broncano presenta en TVE.

«No se le maltrata. Desde luego no es la intención, pero no es maltrato, es arte. Es una tradición muy bonita. Además, el toro si no hubiera tauromaquia se moriría, estaría en la extinción», afirmó Montero.

En un vídeo publicado en sus redes sociales, Vidal ha sido clara: «Yo estaba dando volteretas por el sofá, no me podía creer que otra vez los mismos argumentos saliera, y esta vez en la televisión española. Por cierto, esta gente sólo alza la voz para defender esa España castiza y rancia que supuestamente tiene que estar en la tele pública y no alza la voz para por ejemplo denunciar que han cancelado los dos programas de divulgación científica que había, que eso sí es verdaderamente indignante».

«Así que los voy a desmontar de forma muy sencilla en un minuto. Si las corridas se acabaran, la especie del toro de lidia desparecería: eso no tiene sentido científico puesto que la especie es el bos taurus, no es ninguna especie distinta el toro de lidia. Las razas pueden ser variedades creadas artificialmente por el ser humano con objetivos concretos, en este caso ser torturados finalmente en una plaza como final de su vida», asegura la divulgadora

«La sociedad avanza y en este caso también podría avanzar: las dehesas se pueden convertir en conservación de especies. Al final todo depende de las decisiones humanas y de lo que queramos hacer con ella. Pero que una supuesta especie, que no es especie, se mantenga por una tradición arcaica que implica el sufrimiento profundo de una animal, tampoco tendría sentido», afirma.

Luego, Vidal aborda la afirmación de que «el toro no sufre, no es maltrato»: «Se ha demostrado científicamente que el 93% de toros que pasan por la plaza presenta acidosis metabólica, compatible con el sufrimiento más profundo. El 60% tienen el cráneo fracturado, 20% lesiones oculares y una gran retahíla de torturas de distinto tipo».

«La única explicación que se me ocurre a negar la evidencia mayor es que no pueden reconocer que disfrutan públicamente del maltrato público de un animal porque eso les situaría en una categoría de personas muy cuestionables», asegura la divulgadora.