La búsqueda del sospechoso del asesinato del activista conservador Charlie Kirk continúa sin descanso este jueves. El FBI anunció en una conferencia de prensa en Salt Lake City (Utah) que el hombre que disparó a Kirk desde la distancia una bala que le dio en el cuello y que lo mató inmediatamente lo hizo, según las primeras conclusiones de la investigación, con un “rifle de alta capacidad” que ha sido hallado “en un bosque cercano” al lugar del crimen.
Aliado estrecho y amigo personal del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Kirk se hallaba el miércoles al mediodía, hora local, al principio de un acto público, protegido solo por una carpa, debatiendo con los centenares de asistentes a uno de los eventos que organizaba regularmente en campus de todo el país. La muerte le llegó en la universidad de Utah Valley, en la localidad de Orem, cerca de Salt Lake City. Tenía 31 años.
En la conferencia de prensa, un portavoz del FBI dijo que disponen de imágenes, que de momento no piensan hacer públicas, en las que se ve “claramente” al individuo, que vestía vaqueros y camiseta e iba con la cara tapada. “Aparenta estar en edad universitaria”, agregó el portavoz. No descartan que fuera alumno de Utah Valley.
También afirmó que estaban peinando los alrededores de la universidad, “tocando puertas en varios vecindarios” para dar con él. De momento, 19 horas después del trágico suceso, esa operación no ha dado sus frutos. “Si nuestra búsqueda sigue sin dar resultados, entonces facilitaremos esas imágenes a los medios de comunicacion para que las divulguen.
Después, Robert Bohls, el agente encargado de la investigación habló sobre el arma empleada. También dijo que contaban con 130 pistas facilitadas por la “comunidad”, cuya colaboración agradeció. También, añadió Bohls, disponen de huellas del sospechoso. El FBI, además, confirmó que habían mapeado los movimientos del sospechoso desde que se dirigió al edificio desde cuyo tejado disparó, hasta que, después de perpetrar su crimen, salió huyendo del lugar de los hechos.
Kirk murió en cuestión de minutos, mientras lo llevaban a un hospital cercano. El asesinato lo captaron decenas de teléfonos móviles, pero ninguna de esas lentes estaba enfocando en ese momento al lugar en el que estaba apostado el asesino, según las primeras investigaciones, un tejado a unos 50 metros de distancia, desde donde pudo apuntar cómodamente a su objetivo. Algunos vídeos divulgados en redes sobre los momentos inmediatamente posteriores al disparo sí muestran a quien parece ser el autor correr a toda velocidad sobre el tejado desde el que presuntamente disparó.
Kirk, fiero defensor de la Segunda Enmienda, que garantiza el derecho a portar armas, se hallaba a mitad de una discusión sobre la recurrencia de los asesinatos masivos en Estados Unidos.
Confusión en las primeras horas
La universidad dijo rápido que un sospechoso había sido detenido. Al rato, la policía desmintió a las autoridades académicas: había un arrestado, sí, pero por “obstrucción de la justicia”, que había quedado rápidamente en libertad. La confusión continuó cuando, horas después, Kash Patel dijo en X que habían dado con el tipo al que andaban buscando. “El sujeto del horrible tiroteo que hoy se cobró la vida de Charlie Kirk se encuentra ahora bajo custodia. Gracias a las autoridades locales y estatales en Utah por su colaboración con el FBI”, escribió. El bochorno llegó al rato, con el anuncio de que el segundo sospechoso tampoco era el asesino de Kirk.
El sospechoso, una vez den con él, se enfrenta a la pena de muerte en el Estado de Utah, según recordó su gobernador, el republicano Spencer Cox, en una emocionada conferencia de prensa concedida el miércoles, pocas horas después del asesinato. Cox también descartó que hubiera más personas implicadas. Si lo juzgaran por un delito de terrorismo, entonces entraría en el sistema penal federal, y el Fiscalía General también podría perseguir una condena a la pena capital. Teniendo en cuenta la estrecha relación de Trump con Kirk, no hay duda de que llegado el caso, así será.