Además de una crónica de sucesos diaria al hilo del conflicto por la presencia del equipo Israel y las protestas, muchas de ellas ya violentas, en favor de Palestina, la Vuelta a España es un puesto de reciclaje profesional para muchos exciclistas. Unos son … comentaristas, otros son embajadores de marca, algunos más trabajan en distintos servicios de la organización, al mando de coches de invitados o de empleados de la carrera. Todos tienen una pasado profesional en el ciclismo. Conocen la materia. Una gran parte de ellos analizan para ABC el cisma originado por las manifestaciones en favor de Palestiona.
«Las protestas están influyendo decisivamente en la carrera, porque en Mos se cortó un puerto y nunca sabremos si Almeida o Vingegaard echarán de menos ese puerto, teniendo en cuenta que queda una contrarreloj en Valladolid –comenta ‘Purito’ Rodríguez, nueve etapas en la Vuelta, tres en el Tour, dos en el Giro–. Cuando no se acaba la carrera que está prevista, todo cambia. Es una pena que los deportistas no puedan hacer su trabajo y terminar la carrera con normalidad».
Óscar Freire fue tres veces campeón del mundo, consiguió siete etapas en la Vuelta, cuatro en el Tour. «No sabemos cómo va a terminar la Vuelta. Es complicado mantener la seguridad durante tantos kilómetros y que no pase nada. En Galicia parecía un día tranquilo y no se pudo acabar la etapa. Ojalá se pueda acabar la Vuelta y hablar solo de deporte».
El exciclista cántabro recuerda otros pasajes: «Manifestaciones nos han tocado muchas, nos han parado alguna vez en el Tour por reivindicaciones sociales, pero algo puntual. Esto es diferente. La han tomado con el ciclismo. El otro día hubo un Italia-Israel de fútbol y no pasa nada. Como deportistas no podemos cambiar nada. La política depende de los gobiernos, de la UE, de los que nos mandan. Dentro de cinco días acabará la Vuelta y seguirá todo igual. Las protestas no están siendo pacíficas. Estamos de acuerdo con su mensaje, pero si es pacífico. Y vemos a una minoría que son violentos. La Vuelta y la policía se ven impotentes. Por supuesto que es incomparable con lo que está sucediendo en Gaza, pero nosotros no podemos hacer nada. Somos solidarios con los seres humanos. Pero hay que entender que aquí están atentando contra la vida de los ciclistas. El otro día se metió una persona dentro del grupo y pudo pasar cualquier cosa cuando bajan a sesenta por hora».
Roberto Laiseka logró dos triunfos de relieve, en el Tour en Luz Ardiden y en la Vuelta en Abantos. En la Vuelta conduce el coche de dirección de carrera. Y opina al respecto: «Hay que separar el deporte de las acciones. Me parece perfecto que haya gente manifestándose en las carreteras, lícito del todo, pero detener una prueba deportiva no me parece bien. Es como si vas a otro sitio y no te dejan trabajar. Es lo mismo. Con coherencia se pueden hacer las cosas, no hay nada contra las manifestaciones pacíficas, pero lo que pasó en Mos o en Bilbao no puede ser. La gente tiene que hacer su trabajo. Siempre hubo manifestaciones en el ciclismo, protestas por cuestiones sociales o locales, un puente, un hospital, no sé. Perfecto. Manifestación sin violencia, como ha habido en Bilbao y en Mos».
Pedro Delgado, vencedor de un Tour y dos Vueltas, expresó su opinión en su posición de comentarista de TVE: «No son manifestaciones espontáneas, sino cuidadosamente planificadas. Unos quieren protagonismo y el deporte, la Vuelta a España no lo soluciona, es un problema político. Si los que protestan, con motivo, no quieren entender eso, pues no pueden echar al equipo de Israel porque se encontraría un gran problema la propia Vuelta. Tienen derecho y no se les puede expulsar así porque sí y por lo tanto es un tema político».
Igor Antón obtuvo una victoria simbólica. Ganó en Bilbao, en 2011, en el regreso de la Vuelta al País Vasco: «Yo estoy con el ciclismo. Esto es un deporte y me abstengo de lo que es la política, estoy disfrutando de este deporte desde que era niño, tengo una escuela de ciclismo y yo quiero que funcione lo mejor posible este deporte maravilloso. Nada más. Solo me cuestiono que podamos disfrutar de este deporte, que es lo que me importa. Todos tenemos nuestras opiniones políticas y ahí no quiero entrar».
Ángel Vicioso ejerció como gregario en el Kelme, la ONCE, el Astana…: «Esta situación nunca la hemos vivido en la Vuelta a España, de todas las ediciones que participé como ciclista nunca la había conocido. Y es tá influyendo decisivamente en la carrera porque llega un momento en que desde el interior de la carrera no sabes quién ha ganado en la meta. Estás perdido por la cantidad de comunicaciones que hay, los recortes de etapas, las situaciones de protesta. Desde los coches nos preocupamos de la seguridad del ciclista. Es indeseable y muy complicada la realidad para el organizador. Y lo mismo es para los ciclistas, porque no saben si acabarán las etapas, si algún altercado comprometerá su seguridad… Sale una persona de una cuneta, empujan a un ciclista y no saben lo peligroso que puede ser eso».
Eladio Jiménez, exciclista del Banesto y el Kelme, viaja en el coche médico de la Vuelta: «El pelotón no sabe lo que se va a encontrar por delante. Ayer tiraron chinchetas y clavos a la carreteras y desde el coche médico es un estrés total. Eso puede provocar un accidente para cualquier ciclista. Nos encontramos a diez o doce ciclistas en la carretera esperando a arreglar las bicis. Un desastre la verdad. Es la primera vez que veo un desastre como este. El ciclismo y el deporte debe alejarse de la política. Los ciclistas son trabajadores y no les dejan trabajar. Para la Vuelta es un ejercicio de supervivencia, a ver si se llega a la meta».