10 iconos de la Bauhaus para el hogar que deben estar en tu lista

Cuando la Bauhaus se trasladó de Weimar a Dessau a mediados de la década de 1920, Walter Gropius hizo que cada uno de sus profesores construyera una residencia donde vivir con sus familias. Además de retiros privados, las Casas de los Maestros también servían de estudios; de hecho, se cice que Paul Klee daba conferencias en la suya. Mientras que la arquitectura de los adosados (solo Walter e Ise Gropius vivían en una casa independiente) seguía de forma ejemplar los principios de diseño del movimiento moderno, el mobiliario dependía de los residentes. Lyonel Feininger, por ejemplo, no quería desprenderse de las pesadas cómodas de madera, mientras que el hogar de Dessau del matrimonio Moholy-Nagy podría describirse con toda seguridad como una sala de exposiciones de la Bauhaus.

Una de las Casas de los Maestros de la Bauhaus.

© Picture alliance/Getty ImagesDel taller a la tienda

László Moholy-Nagy escribía en 1928 que la Bauhaus había «inventado el piso moderno». Se refería a habitaciones que ya no estaban dominadas por enormes armarios y cortinas de terciopelo. En su lugar, los muebles modulares, fácilmente transportables de un sitio a otro, campaban a sus anchas. Un buen ejemplo es la silla plegable Bauhaus de Marcel Breuer, que ahora fabrica Tecta. Breuer, entonces jefe del taller de muebles, también proporcionó a Wassily Kandinsky un diseño personalizado para su hogar: un sillón con estructura de acero que más tarde recibiría su nombre de pila.

La lámpara WG24, una reedición autorizada de Wagenfeld para Tecnolumen.

Tecnolumen

Otra pieza que se ha convertido en parte integrante de la historia del diseño fue creada por Wilhelm Wagenfeld. Su lámpara de sobremesa WG24, creada en 1924 en la Bauhaus de Weimar, sigue disponible hoy en Tecnolumen. Casi todos estos diseños, muchos de ellos a la venta en la actualidad como reediciones autorizadas, fueron pensados originalmente para una nueva forma de vida, ahora además de su uso cotidiano, cumplen con otra función: la de piezas de coleccionismo cuyo valor se mantiene asombrosamente estable.