La electricidad, mejor dicho, su acuciante ausencia es el principal problema al que se enfrenta el desarrollo industrial de Burgos y, por extensión, de la mayor parte de España. La realidad es muy preocupante:En la provincia no existe en la actualidad ningún nudo de conexión disponible y abierto para facilitar la energía suficiente para la implantación de nuevos proyectos empresariales. Son 124 nudos repartidos por todo el territorio, con especial presencia en los grandes centros urbanos e industriales (Burgos, Aranda de Duero y Miranda de Ebro), y en solo 6 centros se podrían contemplar suministros en el largo plazo, siempre y cuando se refuerce la red de distribución, uno de los grandes problemas a los que se enfrenta el país. 

Este es el preocupante panorama que dibujan los mapas de capacidad de consumo para conectar la demanda, unas herramientas digitales y públicas, supervisadas por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que desde este martes están obligadas a publicar y actualizar todos los gestores de la red de distribución, entre ellos I-DE Iberdrola, compañía hegemónica en el territorio provincial.

Los mapas ofrecen información de cada nudo de la red con tensión  superior a 1 kilovoltio (kV) y su primera publicación deja claro un mensaje: el 83,4% de los puntos de suministros disponibles en la geografía española están saturados y no pueden atender nuevas demandas de energía, lo que congela cualquier posibilidad de crecimiento industrial en su entorno. 

La falta de electricidad es ya un problema empresarial de primer nivel

En el caso de Burgos, ese porcentaje se dispara hasta el 100%, lo que supone un serio hándicap para cualquier proyecto industrial que se plantee en los próximos años, desde la implantación de los centros de datos, claves para atender los requerimientos de la economía digital, pasado por los grandes proyectos de descarbonización de los procesos industriales en marcha, hasta la implantación de la red de cargadores para los vehículos eléctricos o la puesta en funcionamiento de la economía del hidrógeno, que también necesita de la electricidad en sus procesos.

El problema que tiene Burgos no es exclusivo y también lo sufren a nivel regional Ávila, Segovia y Soria, mientras que las provincias de Palencia, Zamora, Valladolid, León y Salamanca mantienen porcentajes mínimos de disponibilidad eléctrica, entre el 17% y el 4%, lo que les otorga una ventaja competitiva a la hora de atraer industria en estos momentos. Hay otros territorios vecinos, como es el caso del País Vasco o La Rioja, que están igual que Burgos, saturados.   

La falta de energía y la enorme competencia en torno a la misma entra así de lleno en los ya acuciantes problemas a los que se enfrenta el futuro industrial de Burgos: la falta de mano de obra cualificada, suelo industrial competitivo, competencia de otros territorios y países, cambios de los modelos productivos como en la automoción.

Las eléctricas  urgen un cambio regulatorio que haga viables las inversiones 

El mapa de consumo confirma que en Burgos hay una demanda ocupada de más de 1.050 megavatios de potencia (MW), siendo sus principales puntos de consumo los grandes polígonos industriales.

Los mapas dejan claro que, en estos momentos, no hay posibilidad alguna de atender proyectos industriales que superen demandas de decenas de MW (que ya son la mayoría) e incluso lo hay que superan el centenar. 

La única alternativa a largo plazo la presentan los 6 nudos que tienen posibilidades de refuerzo y que se ubican en Briviesca (2), Cerezo de Río Tirón, Pancorbo, Quintanapalla y Villafranca Montes de Oca. Estos nudos, detalla Iberdrola, podrían ganar capacidad condicionada a la ejecución de refuerzos en la red de distribución.       

Soluciones. La Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (Aelec), a la que pertenecen Endesa, Iberdrola y EDP España, explica que el origen de la saturación no solo obedece al incremento de solicitudes de acceso y conexión sino a que en los últimos años, «se ha seguido un ritmo inversor y unos criterios distintos a los que exigía al crecimiento de la demanda, mucho más intenso y concentrada en determinados puntos».

Por ello, ven «imprescindible» reforzar y digitalizar la red de distribución, incrementando su capacidad para integrar la nueva demanda eléctrica.

Eso requiere, a su juicio, tener un esquema regulatorio y modelo retributivo que permita la realización de las inversiones para lo que se precisa, por un lado, un modelo retributivo «coherente y estable» que asegure la recuperación de las inversiones y, por otro, una retribución financiera adecuada que permita el pago de los capitales (recursos propios y ajenos) y atraiga la inversión necesaria, incentivando las inversiones que sirvan para incrementar la capacidad.

Más de la mitad de la electricidad consumida en la provincia, el 54,7%, es de uso industrial. Burgos es la provincia de la región con mayor consumo en este ámbito y se ve muy afectada por los problemas en la demanda 

Al mismo tiempo, consideran fundamental contar con una planificación ágil y mecanismos rápidos que permitan reforzar la red allí donde la demanda lo requiera, evitando cuellos de botella que frenen la transición energética y procedimientos para liberar capacidad.

«Sin estas condiciones, no será posible conectar a la industria, la vivienda, el almacenamiento o la movilidad eléctrica, desaprovechando el potencial de las energías renovables y limitando el crecimiento económico y la competitividad que la electrificación puede aportar a España», concluyen.