En dos semanas, del 26 al 28 de septiembre, la Ryder Cup 2025, la competición más ilustre del circuito de golf y una de las más exclusivas de todo el deporte mundial, se celebrará en el Bethpage Black Course, campo ubicado en Farmingdale (Nueva York). Días atrás Derek Sprague, el director ejecutivo de la Asociación de Golfistas Profesionales de Estados Unidos, anunció que la PGA calcula que este duelo en el que se enfrentan los equipos de Europa y Estados Unidos en medio de una exaltación patriótica desbocada generará un impacto económico de 200 millones de dólares. Hay pocos acontecimientos en el panorama deportivo que lleven implícito un negocio económico de las dimensiones de la Ryder Cup, el torneo de golf más prestigioso del mundo que en la última edición alcanzó una cobertura de 620 millones de espectadores de más de 190 países a través de 39 cadenas de televisión distintas, y más de 600 millones de interacciones en redes sociales.

Jon Rahm celebra la victoria en la última edición de la Ryder Cup de Roma en 2023.

Jon Rahm celebra la victoria en la última edición de la Ryder Cup de Roma en 2023.LAPRESSE

513 millones de impacto económico en Roma 

Y eso que en las dos últimas ocasiones en que la Ryder se ha celebrado en terreno europeo los ingresos fueron todavía mayores. Así, en 2018 el duelo entre Europa y América dejó 235 millones de euros en París, mientras que en la última edición celebrada en suelo europeo, la de 2023, los organizadores de Roma estimaron unos ingresos directos de 277 millones. Más de 270.000 aficionados se desplazaron hasta la capital de Italia para presenciar in situ la gran batalla deportiva entre continentes, realizando un gasto medio de 760 euros en entradas para el torneo, 350€ en hoteles y 270€ en restaurantes de la zona. Un estudio de KPMG valoró el impacto económico de aquella Ryder en 513 millones de euros, de los cuales 277 eran considerados directos y 236 indirectos. Eso significa un retorno que triplica los 157 millones que la Federación Italiana de golf había realizado como inversión previa en infraestructuras. Unas cifras gigantescas que demuestran que la Ryder ya trasciende el deporte y se ha convertido en un proyecto con enormes implicaciones económicas, urbanísticas, sociales y medioambientales.

Llegados a este punto conviene recordar que la Ryder Cup 2031 se celebrará en el Camiral Golf & Wellness de Caldes de Malavella, en la comarca gerundense de La Selva, en la que será la segunda ocasión que la Ryder recale en España tras la edición de Valderrama (Cádiz) en 1997. Algunas proyecciones no oficiales en torno al proyecto de la Ryder 2031 en Girona hablan de un impacto económico para la Costa Brava superior a los mil millones de euros, y la Generalitat ya ha anunciado una inversión de 30 millones.

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Los deportistas cobrarán por primera vez

En medio de toda esta vorágine de cifras sobre ganancias, inversiones y retornos llama la atención que los protagonistas, los 24 golfistas que se enfrentarán durante tres días ante unos doscientos mil aficionados que habrán pagado 750 dólares diarios por seguir la Ryder en vivo y en directo, no reciban nada. Al menos hasta ahora. Porque después de 44 ediciones en esta Ryder Cup 2025 por primera vez los jugadores estadounidenses cobrarán por participar. Así, cada uno de los 12 golfistas recibirá medio millón de dólares, de los que 300.000 serán donados a organizaciones benéficas que elegirá cada jugador. La PGA quiso dejar bien claro que “ningún jugador ha pedido ser compensado. Es emocionante imaginar el impacto que los miembros del equipo de la Ryder Cup de Estados Unidos de 2025 ofrecerán a causas benéficas y comunidades de todo el país”. El de la remuneración a los golfistas por participar en este torneo es un asunto alrededor del cual viene produciéndose debate desde hace tiempo. En una entrevista reciente con Golf Digest una leyenda del golf como Tiger Woods mostró su postura sin medias tintas: “La Ryder Cup siempre ha sido algo sobre honor y orgullo nacional, pero el juego está cambiando. Los jugadores dedican mucho tiempo y esfuerzo, y reconocer eso con una compensación es algo lógico en el mundo actual”.

Logotipo de la Ryder Cup 2025 que se celebrará en Farmingdale (N. York) del 26 al 28.

Logotipo de la Ryder Cup 2025 que se celebrará en Farmingdale (N. York) del 26 al 28.LAPRESSE

15.000€ en dietas para los europeos

Por su parte, en el bando europeo cada golfista recibe 15.000 euros en dietas para él y 5.000€ para su caddie como ayuda para compensar gastos. Al conocerse que la PGA retribuirá a sus golfistas por primera vez desde que se disputa este torneo, el norirlandés Rory McIllroy declaró que “yo personalmente pagaría por el privilegio de jugar en la Ryder Cup”. El sentimiento patriótico y el orgullo paneuropeo es lo que mueve a participar a 24 golfistas millonarios con unos ingresos en 2025 solo en premios que varían desde los 32,9 millones de dólares del español Jon Rahm en el circuito LIV a los tres millones que acumula el danés Rasmus Hojgaard. En el bando norteamericano las cifras son similares, con una horquilla de ganancias en torneos que va de los 26,5 millones que lleva ganados Scottie Scheffler a los 3,1 de Jordan Spieth.