A los 38 años, mientras la mayoría de los tenistas de su generación ya han colgado la raqueta, Novak Djokovic sigue dando guerra en lo más alto del circuito. Con 24 títulos de Grand Slam en su haber y aún con la ambición encendida de sumar alguno más, el serbio ha vuelto a captar la atención del mundo, esta vez no solo por su tenis, sino por los secretos detrás de su físico casi sobrenatural.

En una entrevista con ‘TheTennis101’, Djokovic ha revelado aspectos hasta ahora poco conocidos de su rigurosa, y en ocasiones excéntrica, rutina de bienestar, que combina espiritualidad, ciencia, superalimentos, y algunas prácticas poco convencionales. Su vida parece un laboratorio de longevidad, y el cuerpo, su mejor testimonio.

El primer paso: gratitud y agua con sal

«El momento exacto en que me despierto hago siempre una oración. Es una expresión de gratitud, ante todo, por estar vivo y tener otra oportunidad de vivir ese día», confesó. No es solo una cuestión física. Para Djokovic, la salud empieza por la mente.

Djokovic y Alcaraz se abrazan.

Djokovic y Alcaraz se abrazan.

Luego viene la parte técnica. Antes de ingerir cualquier alimento sólido, se hidrata con agua tibia, limón y sal, seguido de una fórmula especial para reponer electrolitos y minerales. “No es solo agua. Es una mezcla pensada para activar el cuerpo desde dentro”, aclara.

Frutas, superalimentos y muchos dátiles

Su desayuno preferido está lejos del café y las tostadas tradicionales. Djokovic prefiere arrancar el día con batidos de frutos rojos y dátiles, a los que añade semillas de cáñamo, maca en polvo, espirulina y otros superalimentos. “¡Me encantan los dátiles, dátiles todo el día!”, afirma entre risas.

La clave viene tras una mezcla en polvo verde que contiene algas y algas marinas, rica en antioxidantes, proteínas, vitaminas y minerales, aunque él mismo admite que no siempre sabe bien: “Por suerte, el sabor se oculta bien con otras cosas. Pero lo importante son los beneficios”.

Sin café y con mucha actividad al aire libre

En una revelación que sorprendió a muchos, Djokovic confesó que no toma café, una bebida prácticamente omnipresente en el mundo del deporte. “Quizás tomo un té verde con cafeína de vez en cuando”, dice. En lugar de eso, apuesta por mantener el cuerpo activo desde temprano.

Djokovic.

Djokovic.

Incluso en los días sin entrenamiento formal, el serbio busca contacto con la naturaleza: nadar en el mar, andar en bicicleta, hacer senderismo, correr o jugar al fútbol, baloncesto o pádel. Para él, moverse es fundamental, no solo para mantenerse en forma, sino para conectar cuerpo y mente.

El otro lado del entrenamiento: sauna y baños de hielo

Tras la actividad física, Djokovic se enfoca en la recuperación: sauna, baños de hielo, respiración consciente y descanso activo son parte esencial de su rutina diaria. Es una visión integral del bienestar, donde el cuidado postejercicio tiene tanto peso como el esfuerzo físico.

Su enfoque ha sido clave para recuperarse de lesiones que habrían apartado a otros definitivamente del circuito. En Wimbledon 2024, por ejemplo, sorprendió al volver a competir solo semanas después de una operación de rodilla.

Los trucos “mágicos”

Djokovic no rehúye hablar de sus métodos poco ortodoxos. En varias ocasiones ha sido visto bebiendo “pociones” entre juegos, especialmente durante Wimbledon, donde reconoció que una mezcla preparada por su equipo médico lo ayudó a superar un bajón físico en su debut ante Alexandre Muller.

«Son fórmulas específicas de hidratación, recuperación y energía», explicó alguna vez, sin entrar en detalles. Aunque las llama en broma “píldoras mágicas”, está claro que hay ciencia detrás de cada gesto, cada sorbo y cada cucharada que consume.