Àlex Gubern

12/09/2025


Actualizado a las 19:38h.

El ministro de Comunicaciones de Israel, Shlomo Karhi, ha ordenado cancelar la participación de este país en la próxima edición del Mobile World Congress de Barcelona, una orden que adopta Tel-Aviv en respueta a las acciones «antiisraelíes» de España y su «apoyo sistemático a Hamás».

Según adelantó el diario ‘Haaretz’ citando una carta del citado ministro, la respuesta afectará tanto a la presencia institucional del Estado de Israel como a las empresas de este país con voluntad de participar en la importante cita tecnológica, prevista en su edición de 2026 entre el 2 y el 5 de marzo.

Israel cita la posición de España en el conflicto con Gaza como uno de los motivos, y se produce tras la escalada diplomática entre los dos países y después de que el primer ministró israelí, Benjamín Netanyahu, acusase al presidente español, Pedro Sánchez, de lanzar «amenazas genocidas» contra su país.

La reacción llega, también, después de que la ciudad de Barcelona, en el pleno municipal de julio, decidiese romper relaciones con Israel, en una toma de posición que también instaba a Fira de Barcelona a no acoger en sus instalaciones a pabellones representando a Israel, lo que en la práctica habría conducido a un veto a esta presencia. El estado hebreo, de alguna forma, se anticipa a este veto y anuncia su renuncia por voluntad propia.

La misma proposición del Ayuntamiento, que salió adelante con el voto de los partidos de izquierda, obliga al Ayuntamiento a dejar de contratar a las empresas incluidas en un listado elaborado por la ONU en 2023 de firmas con intereses en los asentamientos israelíes, un paso que ahora mismo impide que Alstom, en una decisión recurrida por la multinacional, pueda presentarse a un importante concurso de suministro de convoyes para el Metro de Barcelona valorado en 331 millones, un pedido al que opta la planta de la empresa en Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona).

El pasado 22 de agosto, Israel denegaba la entrada al alcalde Jaume Collboni por las mismas razones alegadas ahora para no acudir al Mobile de Barcelona, la misma ciudad desde la que salió el 31 de septiembre la flotilla de activistas, con la exalcaldesa Colau a bordo, con voluntad de llegar a Gaza.

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