Resultados malos que no apocalípticos para el ciclismo español en el Tour

El ciclismo español ha finalizado el Tour de Francia 2025 con ocho corredores clasificados.

El mejor situado ha sido Cristian Rodríguez, cerrando el top 20.

CCMM Valenciana

Ante este resultado, muchos ya buscan estadísticas para confirmar el supuesto declive, alimentando el discurso pesimista que algunos llevan tiempo defendiendo: cuanto peor, mejor.

Es evidente que el rendimiento ha estado por debajo de lo deseado.

No se ha ganado ninguna etapa y el mejor español ha quedado fuera del top-10, incluso rozando el top-20.

Pero una cosa es no lograr resultados, y otra es afirmar que vivimos una situación catastrófica.

Lo cierto es que se han dado varias circunstancias que han condicionado el papel español en esta edición: la ausencia o el bajo estado de forma de las principales bazas, y la mala fortuna que ha acompañado a varios corredores.

La caída de Iván Romeo en la penúltima etapa es un ejemplo claro de esa falta de suerte.

Un talento emergente que, como ocurre con los ciclistas italianos y franceses, ha visto cómo el protagonismo tradicional de sus países se ha visto desplazado por nuevas potencias.

Ya no es una novedad: desde hace años, países como Eslovenia o Dinamarca han dado un paso al frente para dominar el ciclismo mundial.

Especialmente significativo es el caso de Dinamarca, con una generación potente y consolidada encabezada por Jonas Vingegaard. Y, por supuesto, el dominio esloveno sigue intacto.

Si miramos el top-10 de la general final, solo hay doble representación de Francia y Eslovenia, y aun así, los franceses no han tenido opciones reales de podio.

Es un reflejo de lo que está pasando: el ciclismo es hoy mucho más global y competitivo.

Volviendo a España, hace unos días ya hablábamos de las bajas de Enric Mas y Carlos Rodríguez.

El primero tuvo que redefinir sus objetivos en plena carrera, al ver que las generales le quedan, hoy por hoy, muy lejos.

El segundo, por su parte, sigue arrastrando una suerte de “leyenda negra”, con una racha de lesiones, enfermedades y caídas que no le dejan rendir al nivel que mostró hace un par de temporadas.

Carlos lo dijo hace tiempo: “el nivel medio del ciclismo ha subido mucho”, y su frase cobra todo el sentido ahora.

Ya no solo es difícil ganar una etapa o luchar por la general del Tour, es que el simple hecho de acercarse al podio se ha vuelto prácticamente imposible para los nuestros.

Hay una mezcla de realidad deportiva y de circunstancias individuales que no podemos ignorar.

Juan Ayuso y el propio Carlos Rodríguez son ciclistas de enorme talento, pero el camino hacia la élite absoluta no está siendo sencillo.

A pesar de merecerlo por calidad, no están logrando asentarse entre los mejores.

Y eso nos obliga a revisar aquella visión demasiado optimista que muchos tenían cuando estos jóvenes empezaban a despuntar.

En este contexto, es justo reconocer el 20º puesto de Cristian Rodríguez, uno de los mejores fondistas del pelotón nacional.

Su actuación ha sido coherente con su pasado en un equipo que, además, no atraviesa su mejor momento.

También hay que destacar a Raúl García Pierna, que ha sido clave en el top-10 logrado por Kevin Vauquelin.

En cuanto al Movistar Team, su Tour ha sido decepcionante: se han movido, sí pero sin victorias de etapa y con la sensación de que nada ha salido como esperaban.

Decir que ha sido solo mala suerte sería simplificar demasiado.

Lo cierto es que, pese a los intentos y movimientos, el equipo no ha logrado estar donde se le esperaba.

Mientras otros conjuntos de perfil similar —como Soudal o Alpecin— se marchan con botines importantes, Movistar vuelve a quedarse con las manos vacías.

Tampoco fue muy lógico escuchar que Enric Mas, tras quedarse sin opciones, dijera que ahora sus compañeros tendrían “más libertad”, como si en algún momento el equipo hubiera tenido una estrategia sólida para su general.

Su hundimiento en los Pirineos ya había descartado cualquier posibilidad real.

Y mientras tanto, seguimos esperando la explosión definitiva de Iván García Cortina, como otros de su generación sí han propiciado.

El paso del tiempo duele, porque no acaba de lograr ese éxito que le coloque entre los grandes.

Más allá de los nombres consolidados, el futuro pasa también por nuevas promesas como Pablo Castrillo, entre otros jóvenes que deben crecer y asumir el relevo.

El ciclismo español necesita adaptarse a un escenario mucho más internacional, con más países compitiendo al más alto nivel y con una exigencia brutal en todas las carreras.

Este Tour 2025 ha sido amargo en cuanto a resultados, sí.

Pero lo importante es no caer en análisis apocalípticos.

Los ciclistas españoles no son ni mejores ni peores que hace tres semanas, cuando la carrera partía de Lille.

El reto ahora es claro: seguir trabajando, crecer, mantenerse sanos y, sobre todo, entender que el nivel mundial no deja de subir. No hay atajos, el péndulo va y viene…

Imagen: ASO/Jonathan Biche