Lienzos sin autoría tras los que se encuentran usuarios de Proi. Cuadros clasificados por cifras que reflejan los nombres tras los trazos. Anas, Nidia, Fati, Ana, Sana, Paloma, Dina, Mohamed, Yaser, Ismail, Agus, Iris, Abdo, Amal, Manuel, Raúl y Nerea celebran la vida a través del pincel y lo exponen en público en Ceuta.

Ellos son los artífices de la nueva exposición del Museo del Revellín ‘Colores vivos’, una muestra que exhibe su mirada hacia el mundo. Son 70 las creaciones las que cuelgan entre las paredes de la sala cultural.

Formas y siluetas de tonos cálidos han dado la bienvenida a sus autores, sus familiares y visitantes que se han reunido este viernes para estrenar la colección. Como en años anteriores, este espacio pictórico es fruto del taller adaptado coordinado por el pintor Antonio San Martín.

Un faro en el arte

Él guía a los alumnos que participan en la actividad para que saquen de su interior toda esa amalgama de emociones y de perspectivas. El resultado en esta ocasión han sido piezas en las que, los tonos rosados anaranjados, cobran un especial protagonismo.

Pinceladas vibrantes o rápidas, otras metódicas y más geométricas se han fusionado en las instalaciones. Cada una ha llevado adjunta un número representativo. No se sabe quién es el autor, pero, tampoco es realmente necesario.

Como si se hubieran puesto de acuerdo, todas están hiladas por la armonía. Aunque cada una es diferente, siguen una misma línea. Destacan entre los paneles una bandada de palomas que alza el vuelo.

Palomas por la paz

Son una clara representación de una petición de los ceutíes que se han aventurado con el pincel: el fin de los conflictos y del sufrimiento en el mundo. Antonio San Martín, durante el acto de presentación de la exposición, ha hablado de esta parte dentro de la selección.

“Este año hemos traído unas palomas pintadas por cada uno de ellos, cada uno de los artistas de Proi. Estas aves que inician el vuelo es nuestra aportación a todo lo que ocurre en el mundo”, ha detallado.

“Este se constituye como un símbolo de la paz. Es el modo en el que la pedimos ante los terribles acontecimientos que se viven como la guerra en Ucrania o Gaza”, ha especificado.

Celebrar la vida

No es lo único que se esconde tras cada silueta o forma colorida. La muestra es un grito, una exaltación a la vida, tal y como ha trasladado el pintor. “Al ver las obras, cualquiera puede darse cuenta de que ‘Colores vivos’ es un título bien elegido. Verdaderamente, hay mucho colorido, creatividad y ganas de pintar”.

“De hecho, cuando estamos en el taller, siempre pienso en que lo que estamos haciendo, de alguna manera, es celebrar la vida con la pintura. Los veo poniendo ilusión en todo lo que hacemos”, ha manifestado.

Es este el motivo por el que, a su juicio, cada cuadro encierra una fortaleza y unas emociones que se desplazan hasta el espectador al contemplarlo. “Cuando son observados uno a uno, enamoran. Dan un pellizco en el corazón. Eso es lo más importante del conjunto”.

Obsequio

Los talentosos autores han querido mostrarle su cariño y agradecimiento a San Martín. Lo han hecho a través de un obsequio especial. Han entregado mano a mano una placa conmemorativa de cristal y un ramo de flores.

Los asistentes al acto han aplaudido el gesto y, tras cerrar la inauguración, han aprovechado la ocasión para hacerse unas fotos de recuerdo. Sonrientes, cercanos unos a otros, han festejado este momento clave.

A las imágenes se ha sumado un marco a modo de Photocall para, en el futuro, tener instantáneas que rememoren esta exposición llena de color. Al acto han asistido familiares, vecinos y representantes tanto de la Ciudad como de la Delegación del Gobierno.

Setenta obras. Setenta miradas. Setenta lienzos de naranjas, rosas o azules que hablan de la vida, de cada camino en particular y, sobre todo, de todo lo que aún quedar por recorrer.