El 23 de mayo de 2024, en la rueda de prensa previa al Gran Premio de Cataluña de MotoGP, Aleix Espargaró decidió anunciar que esa iba a ser su última temporada como piloto profesional. Atrás quedarían más de 300 carreras, más de 1.700 puntos e infinidad de momentos para el recuerdo.
Algunos tan brillantes como su primera victoria, conseguida en Argentina. Y otros más amargos como esos años en los que se veía en la parte baja de la tabla sin encontrar respuestas. De hecho, fue por aquel entonces cuando la idea de la retirada ya le rondaba la cabeza.
Aleix siempre tuvo claro que quería bajarse de la moto siendo relativamente joven. Marcharse en lo más alto, sin alargar más de lo necesario una vida que ya había sido un sueño y agradeciéndole todo a un deporte que le había dado un camino que jamás podría haber imaginado.
Sin embargo, decidió apostar por continuar unos años más y vinieron sus temporadas más brillantes, llegando incluso a pelearle el título a estrellas como Pecco Bagnaia, Fabio Quartararo y compañía. No obstante, a pesar de los éxitos, el mayor de los Espargaró empezaba a tener clara su siguiente etapa.
Cuando la pasión por las motos se iba apagando poco a poco, Aleix encontró un nuevo amor: la bicicleta. Empezó a entrenar como un loco por los puertos de su querida Andorra y a seguir cada vez con menos esfuerzo la rueda de amigos como Enric Mas, Marc Soler, Juanpe López o Iván García Cortina.
Fue entonces cuando le picó el gusanillo de, por qué no, hacer una auténtica locura. Dejar las motos profesionalmente, abandonar MotoGP, para convertirse en ciclista. Pero en ciclista de verdad. De los que entrenan seis días en semana con sesiones de hasta 7 horas y de los que pesan hasta el último gramo que comen.
Y para guiar los pasos de su nuevo mundo apareció su gran amigo Carlos Verona. Poco a poco, la idea de cambiar las motos por las bicis fue calando hondo en la cabeza de Aleix que, tras varios acercamientos, encontró a sus 35 años en Lidl-Trek su nueva casa. Así que se bajó de la Aprilia y se subió a la Madone. Y se vistió con los colores de estrellas como Mads Pedersen, Jonathan Milan, Giulio Ciccone o Mattias Skjelmose.
La vida de Aleix ha dado muchas vueltas en este último año. Especialmente en este 2025 en el que compagina su papel como ciclista del equipo Lidl-Trek, una función de lo más particular y que él mismo se encarga de explicar a EL ESPAÑOL, con su nueva etapa como piloto probador de Honda.
Lejos de relajarse, Aleix vive ahora con menos tiempo que nunca, entrenando más y mejor que nunca, pero también disfrutando más que nunca. Y es que, como sabe hasta su mujer Laura, la bicicleta es su nuevo amor y lo que más feliz le hace solo superada por su gran familia.
Y qué mejor compañía para recorrer este camino que la familia Lidl, una empresa que decidió dar el salto al mundo de los deportes y que ha convertido al equipo Trek en uno de los mejores del mundo. Solo en 2025 acumulan ya 44 victorias. Pero además, se han convertido en una referencia en las categorías de desarrollo y en el World Tour femenino.
Por si fuera poco, son el entorno perfecto para el crecimiento de un ‘enfermo’ de la nutrición como Aleix, ya que Lidl cuida al máximo la procedencia de todos sus productos, los cuales se convierten en la gasolina de todos sus corredores. De nutrición, de ciclismo, de motos y de mucho más, habla Aleix Espargaró en esta charla con EL ESPAÑOL.
Aleix Espargaró dando una vuelta por una tienda de Lidl con su bicicleta Trek.
Imagen cedida
¿Cuándo y cómo empieza esta aventura? Porque llevas mucho tiempo montando en bici a muy buen nivel, pero ¿cuándo haces el click de decir, «oye, ¿por qué no ser ciclista profesional?».
Todo empezó hace 5 o 6 años, cuando estuve a punto de dejar MotoGP. La Aprilia no funcionaba, hice una prueba con Movistar, me reuní con Eusebio y estuve muy cerca de firmar con ellos. Al final decidí seguir con Aprilia y fue un acierto, porque fueron los mejores años de mi carrera deportiva.
Ya el año pasado tenía dudas sobre renovar otro contrato, y mi amigo Carlos Verona me animó a probar a ser ciclista. Así que decidí dejar MotoGP a tiempo completo, firmé como piloto de pruebas de Honda para tener más tiempo y probé ser ciclista con Lidl-Trek, uno de los equipos más grandes del mundo. No dudé en aprovechar una oportunidad tan única.
Estuviste a punto de firmar con Movistar y al final eliges Lidl-Trek. ¿Por qué?
Cuando decidí retirarme de MotoGP, Carlos habló con el equipo porque era una oportunidad muy buena a nivel de marketing para ambas partes. Y me dijo «puedes cumplir tu sueño de ser ciclista». Fui al Tour de Francia a verle, hablé con la dirección del equipo, con Luca Guercilena, y desde el primer momento estaban súper interesados. No hablé con ningún otro equipo porque Lidl-Trek es de los tres mejores del mundo. Y no tuve ninguna duda. Es un orgullo estar en este equipo con estos colores.
¿Qué fue lo más duro de dejar MotoGP, sobre todo al nivel en el que estabas? Estabas peleando carreras, campeonatos…
No fue duro como tal porque la retirada fue meditada. No tenía ya la energía positiva necesaria para estar a tope en un deporte de élite como MotoGP. Llevaba 20 temporadas, cada vez más viajes, más lejos de la familia, y tenía la sensación de que ya había dado todo a Aprilia y Aprilia a mí. Fue un fin de ciclo, así que fue un paso natural.
¿Qué te dijo Laura cuando le contaste que ibas a dejar de ser piloto profesional para dedicarte a las bicis?
Mi mujer ya lo intuía, sabía que con 35 años y retirado no estaría quieto en casa. Llevo con ella desde los 17 años, me conoce perfectamente, sabe lo que realmente me hace feliz y la bici me ha hecho feliz estos últimos años. Y en una oportunidad tan única como esta me ha apoyado desde el principio.
Ahora tienes una nueva vida en la que compaginas ser piloto probador con ciclista. ¿Quién cede más, Honda o Lidl-Trek? ¿Cómo lo compaginas?
Ha sido muy difícil. Tengo que decir que más de lo que pensaba. Sabía que no iba a ser sencillo, pero no está siendo tan fácil como yo pensaba cuadrar los dos calendarios. El ciclismo es un deporte muy duro que requiere mucha continuidad y cualquier día perdido de entrenamiento se nota mucho.
Honda está en un momento en el que el equipo de entrenamiento es muy importante, necesitan mucho al equipo de pruebas para mejorar la moto, así que compaginar ambos calendarios está siendo bastante complicado y estresante a nivel mental y físico. Cuando termino con la MotoGP tengo que entrenar con la bici y viceversa, cuadrar los viajes de un mundo con el otro… Pero está siendo un reto divertido.
¿Por qué es tan importante un piloto probador en una escudería como Honda y por qué se da tanta importancia a pilotos como tu hermano Pol o como Dani Pedrosa en KTM?
Por el reglamento de MotoGP, los pilotos oficiales no pueden hacer test, solo los equipos de pruebas pueden. Las homologaciones solo pueden cambiarlas los pilotos de pruebas y eso es crucial para desarrollar la moto de cara al futuro. Si no sería muy complicado porque ellos solo tienen un test de pretemporada, en invierno, en enero, en Malasia. Y para las fábricas, las pruebas son cruciales.
Como ciclista amateur tenía buen nivel, pero esto es otra liga. Tenía dudas de si con 35 años podría mejorar.
¿Qué le falta a Honda para dar ese salto de calidad que sí han dado otras marcas como KTM, Aprilia o Ducati?
Lo primero que le faltaba es un poco de orden. Honda es una fábrica enorme, la más grande del mundo, con un gran presupuesto. Ahora nos hemos reforzado con ingenieros europeos que siempre facilita las cosas porque el desarrollo era complicado desde Japón y todo iba muy lento. Ahora hemos dado un paso hacia delante.
Y luego crecer poco a poco. Honda traía prototipos nuevos cada año y siempre arrancabas de cero. Ahora con el equipo de pruebas vamos paso a paso. Creo que los resultados se van viendo con Joan (Mir) y Luca (Marini) estando cada vez más cerca de los mejores. No se puede pasar de decimoctavo a primero en un mes.
¿Cómo está siendo tu 2025 y cómo ha sido dar el paso a para ser ciclista profesional en un equipo como Lidl-Trek? Llevas entrenando a muy buen nivel mucho tiempo, pero el profesionalismo es otra historia…
Sí, sí, sin duda. Como ciclista amateur tenía buen nivel, pero esto es otra liga. Realmente aquí van muy rápido. Tenía dudas de si con 35 años podría mejorar, pero está claro que una cosa es ir en bici y otra estar en una estructura como Lidl-Trek, con los mejores directores, médicos, preparadores físicos…
A partir de diciembre empecé a evolucionar muchísimo, a entrenar de manera muy distinta y con 35 y 36 años he mejorado todos mis registros de un minuto, de cinco, de 20, de una hora, mi umbral… He mejorado muchísimo y he aprendido mucho, mucho. Estar en un equipo como este es muy duro porque los entrenamientos son muy duros, pero mejoras mucho.
¿Es más dura la preparación para ser ciclista profesional que la de piloto?
Sí sí, mucho más. A nivel cardio, en MotoGP te sirve con mucho menos. Antes hacía más gimnasio, pero no me parece más duro. La exigencia no es comparable con el ciclismo. No conozco todos los deportes del mundo, pero sin duda es uno de los más duros que existen.
¿Cómo de importante es ahora para ti la alimentación, algo clave para Lidl como empresa, sobre todo desde el punto de vista del origen del alimento y de cómo está tratado?
Muchísimo. El ciclismo es un deporte donde el peso importa mucho. Muchas veces, cuando la gente ve desde casa a los ciclistas tan delgados tienden a pensar que no comen, pero no es así. Los ciclistas comen mucho porque esto ha evolucionado mucho. El nivel de carbohidratos tanto antes, como durante y después es una barbaridad.
Pero es cierto que hay que ser muy consciente de lo que se come. Hay que comer muy limpio y adaptarlo mucho al entrenamiento. Usamos muchas plataformas para controlar los macros que comemos y Lidl nos ayuda mucho en este aspecto. Gracias a ellos eres consciente del producto que comes. Y eso es la gasolina que mueve al ciclista.
¿Cómo has llevado las críticas que has recibido todo este tiempo y frases como «le está quitando el sitio a los jóvenes»? ¿Te has sentido odiado por una parte de la afición? Parece que hay un sector al que le molesta todo lo que haces.
Creo que tú mismo has respondido a la pregunta. Llega un momento en el que las críticas no me afectan porque es lo que dices. Incluso si regalara una tarjeta con compra infinita en Lidl a cada uno de mis seguidores, alguno diría «no, pero la comida está mala». Así que tienes que hacerlo lo mejor que puedes e intentar disfrutar tu vida.
Las críticas al principio las podía entender por la gente que pensaba que le quitaba una oportunidad a un joven, algo que no está bien. Pero cuando te enteras de mi papel como ciclista dentro del equipo, que no tenía nada que ver una cosa con la otra, pues la gente dejó de dar la turra en ese sentido. Yo creo que lo que estoy viviendo es también un sueño de muchísima gente y el poder enseñar desde dentro cómo es una carrera, que es algo que muchos ciclistas no hacen, o cómo son los training camps, cómo entrenamos, qué comemos…
El contenido que estamos creando es algo bueno si te gusta el ciclismo y eres un aficionado como yo lo soy. Entiendo que la oportunidad que he tenido en Lidl-Trek es porque he sido un deportista de élite en otra disciplina y que a nivel de marketing es bueno para los dos partes. Y hay que avanzar. No solo vale ganar el Tour de Francia, también tienes que ser capaz vender y en este sentido creo que Lidl-Trek es un equipo que está a la vanguardia.
¿Has recibido o te ha llegado algún comentario de alguien que te haya molestado especialmente o algo que haya dicho alguien te ha sorprendido?
No. Los periodistas en general, y sobre todo los especializados, lo han entendido muy bien. Por ejemplo desde Eurosport con Javier Ares y Alberto Contador. Cada vez que han hablado de mí en una retransmisión daba gusto escucharles. Como te decía, Lidl-Trek tiene a los mejores ciclistas del mundo, ganamos un montón de carreras al año, pero también sabes que hoy en día no es suficiente. Tienes que vender, el marketing es muy importante y el equipo lo entiende. Las personas inteligentes han entendido muy bien el fichaje.
Aleix Espargaró, nuevo corredor e imagen de Lidl-Trek.
Imagen cedida
¿Crees que no estarías aquí si no fueras tan activo en redes y tuvieras tu canal de YouTube? ¿Ha ido todo eso creando un nuevo Aleix que ha conseguido cumplir su sueño?
Sin duda. La base fue haber sido deportista de élite y saber transmitirlo. Fui bastante pionero hace cuatro o cinco años cuando empecé a contar desde dentro el mundo MotoGP y hacer blogs en YouTube. Eso ha gustado mucho a los fans. Hoy en día, lo que más vende es el «behind the scenes». Ya vemos a los ciclistas subir un puerto o a Marc Márquez ganar carreras, pero queremos saber qué hace cuando se baja de la moto o qué hace Pedersen cuando se baja de la bicicleta. Qué comen, cómo descansan…
¿Qué es lo que más te ha impresionado de Lidl-Trek a nivel de estructura y de equipo, pero también a nivel de aficionado al ciclismo?
Yo vengo de un mundo donde nuestros equipos son fábricas enormes con presupuestos millonarios y aún así no somos tanta gente. Lo de Lidl-Trek… Recuerdo llegar al primer training camp con 160 personas y me parecía una barbaridad. Es cierto que seguramente sea el equipo más grande del mundo porque tenemos al Devo, al World Tour masculino y al femenino y eso hace que seamos casi 200 personas que me parece una barbaridad.
Y luego, en el primer training camp, salir a rodar con Pedersen, Ciccone, Skjelmose, soy muy fan de Thibau Nys… Yo soy muy amigo de Juanpe y de Verona, pero no es lo mismo salir a entrenar con ellos que estar con todos los mecánicos a tu disposición, los masajistas, los nutricionistas, los médicos haciéndote pruebas, midiendo tus valores constantemente… Son muchos imputs que te hacen mejorar y es una pasada haberlo vivido desde dentro.
Llega tu debut en el Tour de Austria. ¿Cómo pasas esos nervios de los días previos y de la noche de antes? ¿Te recordó a tu primera carrera en MotoGP?
Estaba incluso más nervioso porque tu primera carrera en MotoGP ya habías corrido antes en Moto3 y en Moto2. Es como cuando los ciclistas debutan en el World Tour, estarán nerviosos, pero ya han corrido antes muchas carreras en otras categorías. Pero para mí es distinto. Hay muchos automatismos que no conocía. Cuándo se baja al coche, cuándo se coge la bolsa de avituallamiento, cuándo parar a orinar… Mil tonterías que desconoces, pero una vez más, el hecho de estar en un equipo tan grande te ayuda y te facilita las cosas. Y los compañeros me ayudaron mucho.
¿Qué te impresionó más de ir en el pelotón?
La tensión antes de un puerto. No me impresionó mucho la velocidad con la que suben, era consciente de ello porque entreno con ellos y sé lo rápido que van, lo buenos que son y la diferencia que hay con un ciclista amateur. Pero sobre todo la tensión que hay antes de empezar un puerto, de eso la gente no se hace una idea.
Se va a 60 o 70 kilómetros por hora. Todo el mundo quiere estar delante, nadie quiere perder la posición, el riesgo y la tensión son una barbaridad. No me lo esperaba. Cuando arranca el puerto dices por fin. Que parece lo contrario porque viene lo duro, pero en realidad es lo más sencillo de la carrera porque la tensión antes de ese estrechamiento es una locura.
Tuviste una caída y te hiciste daño en la mano, ¿cómo lo recuerdas? ¿Te quedó un poco de shock o estabas en cierto modo preparado para que ese sueño que estabas viviendo se cortara de golpe?
Me dio mucha rabia porque me tocó debutar en Austria, una carrera dura con mucha montaña y con mucho nivel y estaba lloviendo. En cada carrera vemos que aproximadamente el 20% de los ciclistas no terminan o por caídas o por enfermedad, pero cuando te toca a ti te da rabia.
Soy una persona que tiene el umbral de dolor bastante alto después de toda mi carrera en MotoGP, pero me fue imposible. Salí a la etapa 3 con el ligamento roto y no podía frenar, así que no tenía sentido seguir. Al menos me pude quitar la espina en Getxo, pero me dio mucha rabia no terminar Austria. Yo quería debutar en una carrera por etapas, el equipo me llevó y me dio rabia no terminar.
¿Cómo has visto a Lidl-Trek en La Vuelta y este año en general? No se ha podido optar a la general con Ciccone, pero se ha conseguido victoria de etapa con Mads Pedersen, el maillot verde…
El equipo está muy fuerte, especialmente en clásicas. Ahí no hay duda de que tenemos el equipo más fuerte del mundo. A nivel de carreras por etapas, había mucha esperanza con Ciccone después de la exhibición que hizo en País Vasco. Después hizo un buen bloque en altitud y llegaba muy fuerte a La Vuelta, de verdad pensaba que podía hacer podio. Me ha sabido muy mal por él porque tenemos muy buena relación y me hacía mucha ilusión. Pero teniendo el maillot verde de Mads, lograremos ganarlo en las tres Grandes Vueltas este año y tenemos otros buenos resultados. Es para estar muy satisfechos.
Me haría mucha ilusión el fichaje de Juan Ayuso. Tenemos un bloque bestial para las clásicas, pero nos falta un hombre para las carreras por etapas.
Se habla mucho de la posible llegada de Juan Ayuso el año que viene, ¿qué opinas?
Me haría mucha ilusión. Hay pocos ciclistas con tanta proyección y tanto nivel como Ayuso. Es un ciclista muy joven que ha sido capaz de ganar carreras súper importantes, español, conoce muy bien a muchos corredores del equipo. Sería una oportunidad única. Tenemos un bloque bestial para las clásicas, pero nos falta un hombre que junto a Ciccone y Skjelmose pueda disputar carreras por etapas. Así que ojalá se pueda cerrar.
¿Dónde ves tu futuro este año y el que viene? Cuando termine 2026, ¿te ves más en las bicis o en las motos?
En motos como mucho me veréis como ahora. Tengo tres años de contrato con Honda. Y en Lidl-Trek me gustaría seguir. Es claro que mi recorrido no será muy largo. Tengo 36 años y el ciclismo cada vez dispara más abajo y cada vez los chavales de 18 años van más rápido y ganan más. Pero es cierto que es un proyecto bonito que acaba de empezar. Y, de una manera u otra, me gustaría seguir ligado a él.
Y la última. Estás en dos mundos que cada uno tiene a su propio genio, así que ¿con quién te quedas, Pogacar o Marc?
Es una muy buena pregunta. Realmente para mí empatan. Son sin duda los mejores en su mundo ahora. Y creo que estaríamos de acuerdo el 90% de la población en que son los dos mejores de la historia en su deporte. Marc y Pogacar, Pogacar y Marc empatan porque son dos fenómenos.