El Eurobasket 2025 pasará a la historia como uno de los más imprevisibles y emocionantes de las últimas décadas. A las tempranas eliminaciones de potencias como Francia, Serbia y Eslovenia, se suma ahora la sorprendente derrota (68-94) de Grecia en semifinales ante Turquía, que firmó una gesta memorable para alcanzar la final del torneo continental.

El combinado heleno, liderado por Giannis Antetokounmpo, llegaba como uno de los grandes favoritos al título tras su sólida trayectoria en la fase de grupos y unos cruces convincentes en octavos y cuartos. Sin embargo, se topó con una Turquía valiente, disciplinada y con una fe inquebrantable, que logró imponerse en un partido eléctrico disputado en Riga.

Un triunfo coral

El equipo otomano, con Cedi Osman y Alperen Şengün como principales referencias, exhibió un baloncesto coral, capaz de frenar el poderío físico griego y castigar con triples certeros en los momentos decisivos.

Turquía, que no alcanzaba una final europea desde 2001 —entonces perdió contra la extinta YUgoslavia por 78-69—, se ha convertido en la gran revelación del campeonato, desafiando todos los pronósticos y devolviendo la ilusión a una afición que llevaba años esperando un salto de calidad.

La derrota supone un duro golpe para Grecia, que veía en este Eurobasket la oportunidad de volver a la cima continental dos décadas después de su último título (2005). Pese al esfuerzo de Antetokounmpo, que firmó 12 puntos, 12 rebotes y 5 asistencias, el combinado heleno se vio superado en intensidad y perdió frescura en el tramo final, donde Turquía supo manejar mejor los nervios.

Torneo imprevisible

Con Francia y Serbia eliminadas en octavos de final, y con Eslovenia de Luka Doncic cayendo en cuartos, el adiós de Grecia confirma que este Eurobasket se ha convertido en el campeonato de las sorpresas.

La selección dirigida por Ergin Ataman disputará la gran final contra Alemania —verdugo de la selección finlandesa con una victoria por 98-86— en busca de un título que nunca ha conquistado. Pase lo que pase en la última cita, Turquía ya ha hecho historia en un Eurobasket marcado por la caída de gigantes y el ascenso inesperado de selecciones que, hasta ahora, habían permanecido en un segundo plano.